Este tipo de energía se sitúa como la principal clave para enfrentar el cambio climático
21 de enero de 2020. Varias organizaciones, gobiernos y expertos han advertido sobre la importancia de contrarrestar el avance del cambio climático que ya está teniendo consecuencias en el planeta. La ONU, por ejemplo, alertó hace poco sobre la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos que ponen en peligro la salud y seguridad de millones de personas, por lo que todas las acciones que contribuyan a parar el avance son importantes.
Allí aparecen las energías renovables, aquellas cuyas fuentes no se gastan al ser aprovechadas y, además, son más amigables con el medio ambiente. Dentro de ellas se encuentran la energía solar, eólica, hidroeléctrica y de biomasa, entre otras. América Latina viene trabajando en acciones que le permitan avanzar en este camino y es uno de los mercados en crecimiento.
“Históricamente las energías renovables tienen un rol destacable en muchos países de América Latina por la importancia de los grandes recursos hídricos. Existen grandes centrales hidroeléctricas que han aprovechado estos recursos desde hace varios años generando acciones en pro del medio ambiente. Entre las nuevas energías renovables se encuentran la energía eólica y fotovoltaica, las cuales están en crecimiento. El informe ‘IRENA, 2020’, destaca que en la actualidad solo se usa el 6% del potencial que tienen las energías renovables”, informó Kristin Dietrich, directora de la maestría online en Energías Renovables de la Universidad Internacional de Valencia.
Dietrich agregó que durante los primeros cuatro meses de 2020, cuando en muchos países tomaron medidas para frenar la dispersión del coronavirus, la demanda eléctrica se redujo. En este período el uso de carbón y petróleo cayeron 8% y 5% respectivamente. Sin embargo, parte del sector de energías renovables se vio afectada por la crisis debido a cierres parciales y retrasos en el suministro de materiales o equipos necesarios para las instalaciones.
La implementación de energías renovables permite generar más empleo y proporcionar mejores retornos de inversión en comparación con otras medidas. Previsiones sobre el empleo prevén entre 20 y 30 millones de empleos para el año 2030, según el escenario analizado por IRENA 2020.
En 2017 había alrededor de 12 millones de empleos en el sector de las energías renovables. Estos números no incluyen sectores relacionados como el de la eficiencia energética o en redes eléctricas y flexibilización de la energía. La necesidad de formación y perfiles especializados en este ámbito se hace también necesario a nivel global y en Latinoamérica en particular.
En cuanto al cambio climático, algunos de los sectores que más emisiones de efecto invernadero causan son el eléctrico y la industria de transporte. Al lograr reemplazar fuentes no renovables se evitaría una gran parte de esas emisiones: reduciendo una previsión de 43Gt en 2050 a 33Gt en 2050 (el 45% de esta reducción vendría directamente por el uso de fuentes renovables en los distintos sectores). En un escenario más ambicioso, se podrían disminuir estas emisiones a 9,5Gt en 2050 (un 42% de esta reducción tendría su causa en el mayor uso de las distintas renovables, sobre todo de energía eólica con 17% y solar fotovoltaica con 14%), según el informe de IRENA 2020.