La dependencia europea del gas ruso

El gasoducto Nordstream 2 verá la luz más pronto que tarde. Europa se arrodilla ante el gas ruso. Se abraza a Putin como si no hubiese otra solución, cuando realmente sí la hay.

Por: RAMÓN ROCA

20 de agosto de 2021.   Verano de 2015. Rusia corta el suministro de gas a Ucrania. Se crea una primera gran crisis energética en la Unión Europea con el gas natural de fondo. Meses después, con el apoyo de la Comisión Europea, Rusia y Ucrania alcanzan un acuerdo. Europa se prepara para reducir la dependencia rusa con el gas. Arias Cañete y el vicepresidente Sefcovic anuncian un día y otro también que Europa está obligada a tener otros suministradores de gas.

Comienza la gran batalla del gas natural licuado (GNL) en el Viejo Continente. EEUU entra de lleno en el suministro llevando barcos con su gas barato procedente del shale. Mientras tanto también se anuncian nuevos gasoductos. Pero con el paso de los años, Europa, a través de Alemania, lo único que ha conseguido es aumentar más aún la dependencia europea del gas ruso.

¿Cómo? A través del nuevo gasoducto Nordstream 2. Está previsto que entre en funcionamiento este 2021, de cara al otoño-invierno próximos. Su construcción está cerca de finalizar, dicen que para finales de agosto. Buena parte de la Unión Europea se opuso a la construcción. También, en su momento, Donald Trump que anunció duras sanciones y las llevó a cabo.

Pero tanto Rusia como Alemania han seguido con sus planes y el Nordstream 2 verá la luz más pronto que tarde. Europa se arrodilla ante el gas ruso. Se abraza a Putin como si no hubiese otra solución, cuando realmente sí la hay.

La gran influencia rusa

Rusia se ha convertido con el transcurso de los años en uno de los mayores productores de petróleo y gas del mundo y en uno de los mayores exportadores. Ahora no hay acuerdo de la OPEP sin el visto bueno del Kremlin. Con el gas, Rusia hace y deshace a su antojo creando tensiones en los mercados de cara a obtener mayores beneficios.

Reducciones de suministro cada dos por tres, fallos en las plantas de producción o en los envíos. Europa lo ha sufrido este año sin ir más lejos. Tiene el mercado donde quiere. Primero convenció a China de las necesidades de almacenar gas y dejó a Europa sin el suministro suficiente para abordar el invierno que viene.

Europa tiene ahora un problema de suministro importante si no alcanza el 95% de los reservorios. A día de hoy sus niveles están bajísimos y a pesar de los esfuerzos de los últimos días o semanas por hacerse con más gas, probablemente sea tarde para países como Alemania u Holanda. Y eso que se espera entre pronto el Nordstream 2.

El escenario de precios es perfecto para Rusia. Trastoca el mercado a su antojo con amenazas de corte de suministro. Consigue aumentar la dependencia europea mientras hace que los precios suban en todo el planeta. Y ahora que viene el invierno se va a hacer de oro suministrando más gas que nunca a una Europa que se dispara en el pie continuamente.

Alemania mira hacia otro lado, con sus políticos como Schroeder en los consejos de administración de Nord Stream AG y en la rusa Rosneft (meterlo en Gazprom ya era demasiado).

Francia y el resto de la Unión Europea no han podido con Alemania que es quien manda en el Viejo Continente. EEUU, ahora con Biden, da el visto bueno al gasoducto no se sabe muy bien con qué intenciones.

En definitiva, Europa no aprende y se encamina hacia uno de los inviernos más duros que haya podido vivir en mucho tiempo, con importantes olas de frío.

Tomado de elperiodicodelaenergia.com

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