En caso de Niño, las térmicas aportarían la mitad de la energía del país

Las agencias meteorológicas internacionales coinciden en que para finales de 2023 hay una alta probabilidad de que se presente un Fenómeno de El Niño, lo que pondrá a prueba el sistema energético colombiano.

A mediados de mayo, la demanda de energía en Colombia era de 220 gigavatios (GW) hora/día y, en caso de que se presente un Fenómeno de El Niño, el parque térmico está en capacidad de aportar la mitad de esa demanda: 110 GW hora/día en obligaciones de energía firme.

Así lo señaló Alejandro Castañeda, director Ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG), que agremia a la mayoría de generadoras térmicas del país.

El panorama para enfrentar El Niño es el siguiente: La capacidad instalada total del país es de 18.993 megavatios (MW), de los cuales 12.584 MW son hidroeléctricas, que han venido generando en los dos últimos años entre el 80 y el 85% de la energía que requiere el país.

Por su parte, el parque térmico cuenta con una capacidad instalada de 5.811 MW, de los cuales 2.700 MW son a carbón, 1.800 MW son las térmicas de la costa Caribe que están respaldadas con la planta de regasificación de Cartagena, y que eventualmente pueden operar con gas importado; los restantes 1.322 MW son las plantas del interior, que están respaldadas con contratos de gas nacional.

Castañeda asegura que todas las plantas térmicas están listas para operar, pues en estos años de alta pluviosidad, aprovecharon para hacer los mantenimientos, las ampliaciones y la modernización de equipos, y cuentan con los contratos de combustibles que las respaldan.

Si bien, en esta ocasión el país está mejor preparado que hace ocho años para enfrentar el Fenómeno de El Niño, cuando la planta de regasificación no estaba lista, un tribunal ordenó el cierre de El Quimbo y se presentaron fallas en otras hidroeléctricas; lo cierto es que ahora, en 2023, no se contará con la energía de las renovables, pues los proyectos tanto de generación como de transmisión están retrasados por temas de licenciamiento ambiental y conflicto con las comunidades. Solo por mencionar un caso, con el retraso de Colectora se dejan de conectar a la red 1.500 MW de energía eólica de La Guajira.

El mayor problema del sistema eléctrico

Justamente, para Castañeda, el mayor problema hoy del sistema eléctrico del país es el retraso de los proyectos por la conflictividad social, especialmente en la Guajira y el resto de la costa.

“Hacer un proyecto de transmisión o de generación en el país se volvió un problema”, dice y agrega: “Colectora, que es un activo de conexión, arrancó con consultas previas a 90 comunidades, hoy lleva ejecutadas 120 y le faltan unas 13 por realizar. La Guajira se volvió un territorio muy complejo de manejar, pues la expectativa de la gente es que las empresas le solucionen todos los problemas y las empresas no están para eso, para eso está el Estado. Hay una ausencia total del Estado en La Guajira, y cada vez es más complejo sacar los proyectos adelante, pero también hemos tenido problemas en el interior y en la región Caribe, Termocandelaria, por ejemplo, ha tenido problemas por bloqueos a la entrada de la planta en Mamonal.

“Pasamos de plazos de ejecución de 3, 4, 5 años a 10, 12 años. Entonces cuando los proyectos llegan cinco años después, el sistema ya está subdimensionado, se quedó corto frente a las necesidades de la demanda. Es un tema que le venimos tocando al Gobierno desde el comienzo, lamentablemente no hemos tenido la respuesta o la efectividad por parte de ellos para sacar adelante estos proyectos. Yo creo que el Gobierno se ha quedado corto en facilitar la entrada de los proyectos, y es lamentable, porque una oportunidad que tiene La Guajira de arrancar una transición y migrar a energías renovables, al final del día terminaremos haciendo muy poco de lo que se tenía planeado.”

Y las cifras así lo confirman: En 2021 entraron 81 MW de los 1.100 MW que se esperaban en renovables, y el año pasado se esperaban 1.200 MW y entraron 200 MW. “Yo creo que ahí el Gobierno se ha quedado corto en ese acompañamiento y seguimiento a los proyectos. Ellos escuchan, entienden la problemática, pero uno no ve acciones para destrabar esos proyectos o apoyar el tema con las comunidades”, señala Castañeda.

El dirigente gremial agrega que a esto se agrega la incertidumbre que pesa sobre el proyecto de Hidroituango, pues no se tiene certeza si las unidades 3 y 4 puedan entrar a operar este año, aunque el gerente de EPM anunció el pasado 18 de mayo que entrarían en noviembre próximo.

Problemas con el suministro de combustibles

Pero, si bien en la parte técnica las térmicas están listas para entrar en operación plena, a Castañeda le preocupa el suministro de combustibles por temas de orden público y cierre de minas.

A comienzos de mayo fueron quemados cinco camiones en Norte de Santander, a raíz de lo cual los transportadores se niegan a entrar a la región del Catatumbo para cargar carbón con destino a Termotasajero.

En el interior, en Boyacá, la Agencia Nacional de Minería ha cerrado algunas minas por diferentes temas. El llamado que hace ANDEG es que apenas cumplan con los requerimientos las minas puedan ser abiertas en el menor tiempo, con el fin de atender el suministro a las térmicas.

Otra preocupación de ANDEG es la eventual subida de los precios de la energía por mayores costos en la generación durante El Niño, aunque reconoce que el impacto dependerá de qué tan expuestos están los agentes a los precios de bolsa.

“Del lado de los industriales, la cobertura es del 90-92%, quiere decir que están bien cubiertos y cualquier variación de bolsa va a pesar únicamente al 10% frente a la generación total.

“Del lado de la demanda, hay siete empresas distribuidoras que tienen una exposición a bolsa entre el 40 y el 65%, de esas, cuatro son de la Nación (Huila, Nariño, Caquetá y Pacífico). El mensaje al Gobierno es: ojo con esas empresas porque los precios de la energía pueden subir demasiado en esas regiones”, dice Castañeda.

Cuánto cuesta remplazar las térmicas

El Gobierno, en su narrativa anti fósiles, ha expresado su deseo de remplazar las plantas térmicas. Un estudio de Fedesarrollo, liderado por Juan Benavides, muestra en primera instancia que este cambio no se puede hacer uno a uno, pues entra a jugar el factor de energía media, es decir, cuánto tiempo es capaz de entregar energía cada fuente.

Así, para remplazar los 5.800 MW térmicos, que es capaz de entregar energía el 90% del tiempo, se requeriría instalar cuatro veces esa capacidad en parques eólicos, pues esta tecnología solo puede aportar energía entre el 25 y el 30% del tiempo. En el caso de la solar, se requeriría entre 6 y 7 veces de mayor capacidad, pues el factor de entrega de esta tecnología es de solo el 15%.

Así, Fedesarrollo concluye que remplazar todo el parque térmico por renovables le costaría al país 168 billones de pesos. Por su parte, cálculos de ANDEG señalan que remplazar solo las térmicas a carbón costaría 40 billones de pesos, o sea dos reformas tributarias.

“Ahí se ve que no es todo o nada, uno necesita tener complementariedad en las fuentes, no es complementariedad de las hidroeléctricas con fuentes intermitentes como las renovables, porque el agua también es intermitente. Siempre se necesita en un sistema tener firmeza, que por ahora la dan los combustibles”, dice Castañeda.

Foro Energético

Justamente, para analizar el complejo sector energético colombiano y el entorno que lo rodea, ANDEG realizará el 10º Foro Energético el próximo 8 de junio en Bogotá.

El primero de los temas que tocará será una revisión al recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo, en un panel con economistas. El segundo será el tema obligado de la transición energética, donde se hará un examen de lo que el país puede hacer en esta materia y aprovechar la experiencia internacional, especialmente lo que pasó en Europa con la escasez de energía y el alza de tarifas, a raíz del cierre de sus plantas térmicas.

En la jornada de la tarde se tocarán los temas de sostenibilidad, para darle una mirada a lo que están haciendo las empresas del sector, especialmente en la hibidración de generación con fuentes renovables como la solar y en la captura y compensación de CO2. Finalmente, se dará un espacio a los desarrollos tecnológicos, tanto en generación como en captura de CO2.