Qué son los proyectos piloto de fracking y cómo se harían en Colombia

El vicepresidente Técnico de la Fundación de XUA ENERGY hace un análisis detallada de cómo y para qué se realizarían los Proyectos Piloto de Investigación Integral en el Magdalena Medio.

Por: JOHN F. CERÓN*

26 de marzo de 2020.   En la película “Dónde está el Piloto” (1980), que muchos de las  generaciones milenials actuales no tuvieron la oportunidad de ver, se desarrolla una parodia que ocurre en un avión en emergencia, cuando un ex piloto de guerra neurótico toma los controles del avión ante la intoxicación del piloto del mismo, y aunque termina aterrizando en condiciones atmosféricas adversas, son muchas las tensiones y pánico que se desatan a bordo durante la operación.

Ante la discusión de los Proyectos Piloto para investigar la prospectividad de los Yacimientos No Convencionales (YNC) en Colombia, ¿estamos ante un piloto neurótico y ante una crisis abordo, con la confusión que puede causar el término “Pilotos de Fracking”, tan discutido en los medios colombianos, o es posible que no se tenga claridad sobre el alcance de este término propio de las etapas de un proyecto de desarrollo industrial?

Abordaremos este tema que, aunque técnico, pueda ser entendido por todos.

¿Qué es un Proyecto Piloto?

Un Piloto es una etapa dentro de un proyecto que permite moverse del concepto teórico de la oficina al campo o al desarrollo práctico. Este conjunto de pruebas a menor escala, permite decidir si se debe y cómo mover el proyecto a escala plena o de carácter industrial o productiva. Mediante la realización de un piloto también se comunica a la gente cómo se mide la incertidumbre y cómo se planifica la mitigación de los riesgos.

Ejemplos diarios de pilotos lo constituyen los prototipos de un producto, servicio o tecnología que se realizan antes de lanzarlos al mercado; las pruebas de mercadeo que lanzan restaurantes, medios de comunicación o inclusive tiendas de pueblo para probar la penetración de un producto; las pruebas en animales o voluntarios para verificar la eficacia de una vacuna, etcétera.

En la industria manufacturera es común la implementación de pilotos antes de entrar a desarrollos a escala plena, y se pueden distinguir tres tipos diferentes de piloto, que también permiten identificar la etapa de madurez en la cual se encuentra el proyecto:

  1. Pilotos de Concepto. En la industria de hidrocarburos responden la pregunta: ¿Tiene el modelo geológico potencial de entregar hidrocarburos?
  2. Piloto de Evaluación Técnica: Responden a la pregunta: ¿Puede el modelo geológico entregar hidrocarburos en forma comercial?
  3. Proyectos Piloto Tecnológicos. Se realizan en la etapa madura del proyecto para probar la eficiencia de tecnologías maduras, ya probadas en otras partes. Responden a la pregunta: ¿Puede esta tecnología mejorar un aspecto específico del desarrollo del proyecto?

En el análisis de los resultados del piloto se debe:

  • Incluir la revisión de resultados tanto de las pruebas exitosas como de las pruebas fallidas,
  • Caracterizar el reservorio para determinar la viabilidad del prospecto,
  • Compartir lo aprendido con los grupos de interés: comunidad, entes de control, gobierno e inversionistas y,
  • Formar las bases para el desarrollo comercial del play.

De la Fase Piloto usualmente se pasa a una fase de implementación de lo aprendido en más pozos y en más ubicaciones, profundizando en la curva de aprendizaje, logrando eficiencias en todas las etapas del desarrollo y estableciendo claramente la rentabilidad del proyecto, para pasar definitivamente al desarrollo a gran escala o fábrica de pozos.

Un aspecto que ha sido poco revisado en Colombia es la escala a la cual se desarrollará el proyecto, dadas nuestras limitadas áreas accesibles para perforación.

El Valle Medio del Magdalena tiene aproximadamente 60 km de ancho por 150 km de largo, pero a ésta área hay que sustraerle las áreas donde no se puede operar, tales como cuerpos de agua, reservas ambientales, etc. contenidas en el mapa de restricciones socio – ambientales.

Mientras que en los Estados Unidos al 2016 se habían sobrepasado los 670.000 pozos horizontales e hidráulicamente fracturados, en Colombia el número máximo a lograr es del orden de 2.000 a 3.000 pozos, o sea una escala de 1:300. Esto también resultará en volúmenes a utilizar de agua, propante, posibles efectos ambientales y demás aspectos, notoriamente menores que en los  EEUU.

Los pilotos tecnológicos

Una vez se ha comprobado la producibilidad del Play y se encuentra avanzando la etapa de desarrollo industrial (fábrica de pozos), puede ser necesario volver a retomar pilotos de investigación para profundizar en preguntas fundamentales que afectan a toda la industria.

Tal es el caso de los Sitios de Prueba de Fracturamiento Hidráulico (HFTS por su sigla en inglés) adelantados en años recientes en los Estados Unidos, donde alianzas público-privadas conformadas por operadores, academia y entidades gubernamentales unen esfuerzos para realizar campañas de perforación y corazonamiento tendientes a mejorar la eficiencia del fracturamiento hidráulico en pozos horizontales, observar las fracturas creadas y distribución del propante, y reducir y minimizar potenciales efectos ambientales y demostrar la confiabilidad de las operaciones.

Acerca de los PPII en Colombia

En Colombia, una comisión integrada por 13 expertos fue conformada para dar recomendaciones al gobierno acerca de la conveniencia o no de adelantar la exploración de los YNC.

Una de sus principales recomendaciones fue la de adelantar Proyectos Piloto de Investigación Integral (PPII) definidos como: “Procesos integrales de investigación técnica y científica, de carácter temporal, que buscan recopilar información social, ambiental, operacional y de potencial de gas y petróleo, bajo la técnica de fracturamiento hidráulico multietapa con perforación horizontal (FHPH). También buscan generar fortalecimiento institucional y promover la participación ciudadana y evaluar los efectos de ésta técnica en Colombia.”

Pareciera evidente que esta definición de PPII corresponde en un todo a un piloto de evaluación conceptual, en donde se ha extendido el concepto a la recopilación de información social y al fortalecimiento institucional, aspectos que en sí no forman parte de un piloto pero sí tienen una gran influencia, si se acepta que en forma intrínseca se está hablando del concepto de la Licencia Social.

Mencionan estos autores que la diferencia entre aprobación (tener una opinión favorable) y la aceptación (consentir) constituyen la diferencia entre un nivel más bajo de Licencia Social suficiente para poder operar y un nivel más avanzado de aprobación en el cual la comunidad, los entes de control, los gobiernos nacional, regional y local y los operadores están todos alineados en la búsqueda del éxito del proyecto, y los inconveniencias que puedan surgir durante su desarrollo son solucionados por todos, pues se busca el beneficio común de la sociedad.

Acerca del Decreto 328 del 2020

Con el objeto de definir los lineamientos para actividades de exploración en ‘Proyectos Piloto de Investigación Integral’ (PPII) en yacimientos no convencionales el gobierno de Colombia expidió el Decreto 328 del 28 de febrero de 2010, luego de poner a consideración y discusión pública el borrador del mismo.

Algunos críticos  han manifestado su inconformidad con el Decreto, pues resaltan que los “PPII no pueden ser transformados en proyectos piloto de exploración”. Puesto que dicho Decreto menciona en varios apartes que el Piloto propuesto debe llegar hasta el dimensionamiento del yacimiento, (Art. 2.2.1.1.1A.1.2, Art. 2.2.1.1.1A.2.12) se observa que para el Gobierno Colombiano los Pilotos no solamente deben ser de evaluación conceptual, sino que contemplan la etapa de Evaluación Técnica. Más aún, cada área independiente constituye un Piloto en sí mismo, según se observa  del Artículo 2.2.1.1.1A.2.2:

“Los requisitos técnicos determinados por el Ministerio de Minas y Energía deberán establecer las ubicaciones donde se podrán adelantar los Proyectos Piloto de Investigación Integral – PPII y el número de locaciones y pozos que se podrán desarrollar en cada uno de los Proyectos Piloto de Investigación Integral –PPII.”

En cada etapa de los Proyectos Piloto de investigación Integral, se siguen lineamientos en cuanto a Centro de Transparencia, Mesas territoriales de diálogo y seguimiento, Plan de monitoreo ambiental participativo, Diálogos Territoriales y Fortalecimiento Institucional.

La conclusión es que el Decreto 328 está diseñado como un Piloto de Evaluación Técnica para llegar hasta la evaluación del yacimiento, cosa que solo se consigue con un proyecto extendido de pozos piloto que comprueben no solamente las variaciones laterales del yacimiento, sino también otros niveles estratigráficos, por lo cual los PPII quedan inmersos como una etapa inicial de dicho macro-proyecto, y no se especifica claramente un Punto de Decisión (Gate) de aprobación de la Licencia Social que determine en qué momento la comunidad está de acuerdo con la etapa de exploración y cuando comienza la misma.

Una propuesta de conciliación

Se hace necesario, pues, encontrar un lugar común entre lo que pretenden los PPII, según lo propuso la Comisión de Expertos, y lo descrito en el Decreto 328 de 2020 y los reglamentos técnicos que del mismo se desprenden y que, a la fecha de este escrito, aún no han sido publicados.

Resulta evidente que el espíritu del decreto mencionado es establecer si existen las condiciones científicas, ambientales, institucionales, sociales y técnicas para avanzar a la etapa de exploración y explotación comercial de los YNC, bajo unos lineamientos de transparencia y el debido acceso a la información pública, así como el fortalecimiento institucional de todas las entidades involucradas.

Por su parte, al Comisión de Expertos pensó los PPII como un vehículo para viabilizar el uso de la técnica, asegurar la realización de unas líneas base robustas en salud, hidrología, hidrogeología y sismicidad, hacer eficaz la Ley de Transparencia, hacer realidad el fortalecimiento institucional y capacitar a la ciudadanía, y poner en marcha mecanismos de veedurías que aporten al entendimiento de la técnica.

Las mesas técnicas de trabajo que ya vienen funcionando deben en esta etapa dar a conocer sus resultados a la comunidad y grupos de interés. Aquí las ONG’s y centros de pensamiento independientes, (como XUA ENERGY) y las Asociaciones técnicas pueden jugar un rol de comunicación muy importante, para llevar a las comunidades la información relevante, y junto a ellos entrenar a sus voceros para que sepan leer y entender en un mínimo temas técnicos tales como los registros eléctricos, como se interpretan pruebas de pozos y datos de completamiento, como se mapean, se hace seguimiento y se mitigan los riesgos y, en fin, un nivel de conocimiento suficiente que les permita tener conversaciones simétricas con operadoras, el gobierno nacional y demás entes de control, y puedan transmitirlo a sus pobladores.

De esta forma, se sugiere que cada PPII sea uno de los primeros pozos de investigación científica de que habla el Decreto 328 de 2020 y su realización debería ser un proyecto conjunto entre un consorcio de operadores, el gobierno a través de sus entes de investigación y control, la academia representada por investigadores de los temas en observación, y la comunidad a través de “Veedurías Constructivas”, que participen desde la selección del sitio y el diseño del pozo, la construcción del vertical con especial énfasis en el estado mecánico y cómo se protegen los acuíferos de superficie, y la construcción y estimulación de un lateral con algunas etapas de estimulación en donde se logre recuperar fluidos de formación, analizar sus características y, muy importante, entender los esfuerzos geomecánicos locales que constituyen una de las grandes incógnitas en nuestro medio.

La recomendación de la comisión de expertos de respetar una distancia mínima de 2,5 km a los centros poblados prácticamente obliga a dos industrias que son altamente compatibles a buscar sinergias y acercamientos para bien mutuo: la exploración de hidrocarburos a través  de las empresas operadoras y la industria de la palma de aceite (existen cerca de 150.000 hectáreas sembradas de palma en el VMM).

Adicionalmente, se pueden empezar a hacer las investigaciones para buscar sinergias a futuro en lo que se ha denominado “el tercer uso de agua”, tema sobre el cual varios de los fundadores de nuestra Fundación han trabajado de tiempo atrás, que necesariamente debe darse de ser exitosas las pruebas.

En resumen: El Decreto 328 de 2020 permitirá trazar un camino abierto y transparente a nivel normativo, informativo y de controles, que deben seguirse para la realización de las líneas base y estudios que permitan estructurar unas mediciones de impacto socio – ambiental concertadas y conocidas para todos.

Los primeros pozos a adelantar, si se siguen las recomendaciones del Comité de Expertos, bajo un marco de transparencia y discusión abierta de sus resultados, darán las bases para evaluar si existe el recurso para pasar a pilotos extendidos, y mediante una discusión amplia pero objetiva permitirán establecer si se obtiene la Licencia Social para seguir con la etapa de exploración.

*PhD. VP Técnico Fundación de XUA ENERGY, Colombia.

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