Soberanía energética

El Experto Comisionado de la CREG señala los riesgos de desabastecimiento de gas natural que se corre si no se continua la exploración.

Por: ANDRÉS BARRETO GONZÁLEZ*

19 de agosto de 2022.   Las discusiones alrededor de la transición energética deben ser abordadas desde una perspectiva técnica y sin apasionamientos que sesguen un buen análisis, pero, sobre todo, las mejores decisiones.

Los asuntos energéticos nos afectan a todos, desde el pago de la factura por el servicio de gas o luz, hasta el combustible del vehículo familiar o empresarial, o cómo se impacta el precio de productos o servicios como fletes, alimentos y pasajes, entre otros.

Sí, es un asunto mayor de la economía personal, es un tema altamente sensible de soberanía. Para todos es un anhelo encontrar las mejores fuentes de energía, renovables, ambientalmente sostenibles y amigables.

Esta búsqueda depende de la capacidad, de la tecnología, las reservas y la posibilidad de ir migrando las fuentes existentes en tanto se tengan los medios para ir sustituyéndolas.

Las realidades deben acompasarse con los anhelos, las reformas legales o las mejoras regulatorias deben obedecer a análisis y estudios, y no al imaginario de que normarlo o prohibirlo todo automáticamente genera espontáneamente los resultados.

Son varias las voces que han advertido el gran riesgo de desabastecimiento que se corre sin seguir buscando y produciendo gas. En igual sentido, el importarlo triplicaría el costo de la factura por su consumo, nos haría dependientes del proveedor con los riesgos que esto conlleva, pero perderíamos la autosuficiencia alcanzada.

Para no entrar en la discusión regional, miremos el conflicto latente que hoy mantiene en vilo al mundo por la invasión de Rusia a Ucrania.

Hace solo 15 años los Estados europeos producían más gas que el que Rusia exportaba, sin embargo la producción europea decayó más de la mitad en la última década, lo que vino a ser reemplazado con las exportaciones rusas que cerraron la brecha, pero hoy los hace dependientes, vulnerables y víctimas del chantaje político y económico del gobierno ruso.

Aunque las finanzas rusas están golpeadas y los mercados europeos se mantienen, la dependencia energética de los europeos a manos de Putin complica cualquier plan o estrategia energética para garantizar la provisión y reemplazar las importaciones de gas ruso.

No podemos caer en el falso dilema de la transición energética como ideología, debemos dar la discusión, como se ha venido haciendo, con evidencia, con técnica y con hechos, como los que se alcanzaron en los últimos cuatro años con políticas públicas energéticas enfocadas en crecimiento verde, energías renovables, descarbonización e incentivos para limpiar y transformar.

El fracking seguirá siendo un tema sensible y no puede ser abordado sólo por el legislativo ni con inmediatez política, nadie se puede oponer a sustituir energías o fuentes contaminantes por otras renovables y limpias, pero en tanto no se siga explorando y encontrando gas -sea de yacimiento u otra fuente-, lo que está en juego es nuestra propia subsistencia.
*Experto Comisionado de Energía y Gas. Columna publicada en Portafolio

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