La incertidumbre sin precedentes sobre la demanda y el nivel insuficiente de inversión en gas natural, gases renovables y con bajas emisiones de carbono están poniendo en riesgo la transición energética, socavando la asequibilidad, la seguridad y la sostenibilidad de la energía, concluye el Informe Global del Gas 2023.
La Unión Internacional del Gas (IGU), Snam y su socio de conocimiento Rystad Energy, publicaron el Informe Global del Gas (GGR) 2023, donde señala que como consecuencia de los shocks de oferta y precios que siguieron a la invasión de Rusia a Ucrania, la demanda mundial de gas disminuyó 1,5% en 2022 en comparación con 2021. Las mayores caídas se registraron en Europa y Asia y fueron parcialmente compensadas por un fuerte crecimiento en América del Norte.
La demanda de gas de Europa disminuyó casi un 12% en 2022. Los picos en los precios internacionales del gas natural licuado (GNL) provocaron que la demanda en Asia cayera 18 billones de metros cúbicos (Bcm) (1,9%) en 2022, con una destrucción significativa de la demanda en el sur de Asia, donde los precios inasequibles del GNL provocaron escasez de gas y apagones. Pakistán y Bangladesh se vieron muy afectados y experimentaron caídas de gas del 12% y el 15%, respectivamente, en 2022.
Por el contrario, la demanda de gas de América del Norte creció 4,8% en 2022, ya que los precios norteamericanos se mantuvieron en gran medida aislados y asequibles. En el primer semestre de 2023, China vio crecer la demanda de gas un 5,4% interanual hasta alcanzar los 194 Bcm.
El director general de Snam, Stefano Venier, destacó: “Como parte de un mercado global cada vez más interconectado, el sistema gasista europeo logró superar los enormes desafíos enfrentados en 2022, también gracias a la flexibilidad proporcionada por el GNL y a la mayor diversificación del suministro de gas, que hizo que los almacenamientos estuvieran casi a plena capacidad. Es importante seguir invirtiendo en infraestructura para asegurar un suministro de gas natural confiable y asequible y acelerar el desarrollo de gas verde y con bajas emisiones de carbono y CAC, considerando el papel clave que desempeñarán las moléculas en la matriz energética del futuro.”
La producción mundial de gas en 2022 se mantuvo estable con un aumento marginal de 8,3 Bcm o menos del 0,5%, lo que mantuvo la escasez de suministro mundial de gas.La reducción de la producción de Rusia en 2022 se vio compensada por el crecimiento de la oferta en América del Norte, Medio Oriente, Europa y Asia, equilibrando aproximadamente el volumen de suministro de gas disponible en el mercado al nivel anterior a la guerra entre Rusia y Ucrania. África experimentó una pequeña caída en la producción de gas entre 2021 y 2022.
Los precios del gas natural se mantienen por encima de los niveles anteriores al covid y a la crisis energética en el segundo semestre de 2023, pero se enfriaron desde los máximos récord de 2022.
La reducción de precios en 2023 se debió en gran medida a la caída de demanda, principalmente en Europa y Asia. A finales de agosto de 2022 el precio del gas natural había registrado un pico histórico, ya que el TTF con sede en los Países Bajos cerró en alrededor de 90 USD/MMBtu y los precios al contado asiáticos del GNL superaron los 60 USD/MMBtu. La posterior contracción de la demanda, el crecimiento marginal de la oferta y la descongestión de la infraestructura ayudaron a que el mercado alcanzara un equilibrio frágil e inestable.
La presidente de la UIG, Li Yalan, destacó: “La crisis energética recordó al mundo que sólo cuando la energía sea asequible y segura podrá volverse verdaderamente sostenible. Muchos países en desarrollo de Asia, África y América del Sur seguirán necesitando más gas para impulsar la economía y reducir la contaminación del aire y las emisiones. Está claro que para construir sistemas energéticos sostenibles y asequibles para todos se necesitan urgentemente inversiones en gas y más energías renovables.”
En Europa el GNL ha sido fundamental para superar la crisis, compensando la escasez y manteniendo las luces encendidas, pero la escasez de suministro global y los precios excepcionalmente altos dejaron a algunos países de Asia en la oscuridad.
En 2022, las importaciones europeas de GNL aumentaron un 69% hasta alcanzar los 169 Bcm, en medio de un mercado global estrechamente abastecido.
El estudio señala que para restaurar la seguridad global del suministro de GNL, es necesario abordar el déficit actual. A pesar del optimismo reciente, el crecimiento de la inversión se está produciendo tras un período prolongado de baja inversión, y el nivel total y los acuerdos de compra aún son insuficientes para producir una oferta suficiente.
En el período comprendido entre 2014 y 2020, las inversiones en desarrollo del suministro de gas cayeron un 58% y solo comenzaron a recuperarse marginalmente en 2021.
El análisis de las trayectorias potenciales futuras de los fundamentos del mercado mundial del gas hacia 2030 ilustra que se necesitan inversiones continuas en la cadena de valor del gas natural para hacer frente a la demanda global y el probable crecimiento en algunas regiones.
Las perspectivas energéticas internacionales proyectan una amplia gama de escenarios para la oferta y la demanda de gas hasta 2030 y más allá.
Los proyectos actuales de gasoductos de gas natural y gases bajos en carbono no satisfarán muchas de las posibles perspectivas de demanda. Sin más inversiones, se espera que el nivel actual de producción de gas existente y aprobado alcance aproximadamente 4.100 Bcm en 2023, disminuyendo a 3.100 Bcm en 2030 y a poco menos de 1.000 Bcm en 2050, debido a la maduración de los activos y al declive natural.
A finales de 2022, la capacidad de suministro mundial de hidrógeno bajo en carbono se situaba en 3,2 millones de toneladas anuales y el biometano se acercaba a los 7 Bcm, una magnitud inferior a la mayoría de los objetivos para 2030.
Las emisiones totales mundiales de CO2 energético en 2022 alcanzaron otro récord con un crecimiento anual del 1,1%. Los altos precios del gas llevaron al cambio del gas al carbón y a un máximo histórico en las emisiones del carbón, alcanzando alrededor de 16,8 gigatoneladas de CO2 equivalentes.
En 2022 y 2023 continuó la tendencia de una década en la que el carbón representó el 40% de las emisiones globales del sector energético, mientras que los motores económicos globales y los principales consumidores de energía como China e India aumentaron el uso de carbón y aprobaron nuevas plantas de carbón para mitigar los riesgos de seguridad energética.
Finalmente, en el primer semestre de 2023, los precios más bajos del gas, la recuperación nuclear y la producción de energía a partir de fuentes de energía renovables han reducido el consumo de carbón y las emisiones, especialmente en Europa.