Colombia no se puede quedar atrás frente a este reto. En la región, países como Argentina, México, Perú, Bolivia y Venezuela le apuestan a este tipo de proyectos.
Por: JUAN ESPINAL*
El 16 de diciembre se radicó en el Congreso de la República el Proyecto de Ley para la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear en el país. Sin duda alguna, un gran paso porque se abre un importante debate que no había sido abordado, quizás por temor o falta de audacia, ya que expertos locales hay y muchos.
Este proyecto recoge la firma de varios sectores políticos, lo que demuestra que este tipo de iniciativas no deben tener color ni mucho menos ideología, pues se enfoca en la consolidación y expansión de sus aplicaciones en materia de salud, ambiente e industria.
El sector nuclear en Colombia genera cerca de 45.000 empleos y representa actualmente el 0,25% del PIB, lo que equivale a aproximadamente 3,6 billones de pesos anuales.
Con este proyecto de ley gana la economía y el desarrollo del país de manera significativa en los próximos cinco años, fortaleciendo las capacidades productivas en áreas como la medicina nuclear, la industria y la investigación ambiental, aumentando la competitividad del país.
Seguramente se dará un debate álgido, pues es evidente que la Energía Nuclear está estigmatizada como el fracking. Lo que se debe buscar es que sea un debate con responsabilidad técnica, alejado del debate ideológico que tanto daño hace.
Este proyecto busca regular de manera integral el uso seguro y pacífico de las tecnologías nucleares, con estándares internacionales y sentar las bases para el desarrollo de capacidades técnicas y científicas nacionales en sectores estratégicos.
La creación de la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear (ANSN) es el primer paso regulatorio para aprovechar el uso de esta herramienta, garantizando un control eficiente con enfoque en la seguridad, así como en la promoción de la cooperación internacional, posicionando a Colombia como líder regional en la utilización de tecnologías nucleares.
Son muchos los beneficios: En materia de salud se benefician más de 30.000 pacientes al año de la medicina nuclear, especialmente para tratamientos de cáncer, y la producción de radiofármacos; en materia ambiental, se contribuirá a la investigación en el uso de técnicas nucleares como la hidrología isotópica, que permite monitorear fuentes de agua dulce, detectar contaminantes y garantizar su uso sostenible.
La industria, por su parte, tendrá una gran oportunidad con las tecnologías nucleares que son clave para su modernización. Aplicaciones como el control de calidad en procesos de manufactura, el uso de radiaciones en la esterilización de productos y la investigación de materiales, impulsarán la productividad y competitividad de empresas en sectores como el de alimentos, textiles y químicos.
La agricultura sería otro de los sectores con mayor potencial, por medio del mejoramiento de los procesos de conservación de los alimentos y el desarrollo de nuevos cultivos que contribuirían a garantizar la seguridad alimentaria y, de esta manera, aumentar las exportaciones; además, se podrían aportar técnicas eficientes para el control de plagas, así como para garantizar la salud del suelo y el agua en zonas de cultivo.
Finalmente, esta ley establece bases sólidas para preparar al país frente a un eventual desarrollo de la núcleo-electricidad. Si bien el Plan Energético Nacional de la UPME, contempla explorar esta alternativa a partir de 2035, la ley define la estructura institucional necesaria para garantizar que, si se llega a tomar la decisión de incluir energía nuclear en la matriz energética, el país cuente con un marco normativo robusto, una autoridad reguladora independiente y se garantice una planeación energética a largo plazo.
¡Llegó el momento para que Colombia le diga sí a la energía nuclear!
*Representante de la Cámara por el Centro Democrático.