Alternativas para el suministro de gas en Colombia

Acipet y ACGGP presentaron tres alternativas para contar con el volumen de gas que demanda el país.

La Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (ACIPET), como cuerpo técnico consultivo del Gobierno Nacional en materia de hidrocarburos, y la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP) consideran oportuno, con ocasión del reciente informe presentado por la UPME, aportar información relevante, técnica y de ingeniería, que ilustre al Gobierno Nacional, a las Agencias del Estado, los entes de control y la ciudadanía en general, sobre un análisis de las alternativas actuales para responder a la falta de gas si se presenta un desabastecimiento en el futuro próximo.

Se estima que Colombia tendrá un aumento temporal de la demanda de gas para generar electricidad que compense la baja de generación de las hidroeléctricas como consecuencia de la sequía que produzca el fenómeno de El Niño.

En consecuencia, Acipet y ACGGP presentaron tres alternativas para contar con el volumen de gas que demanda el país:

La primera es la producción de gas de los actuales yacimientos, producción que viene declinando en los últimos años, pero que se puede incrementar con nuevos descubrimientos, ya sea en tierra o costa afuera.

“Debe estimularse la exploración y el desarrollo de los descubrimientos de recursos anunciados costa afuera y de los demás recursos en tierra que, de confirmarse, garantizarían la auto sostenibilidad de gas en Colombia para toda la transición y más allá”, señalan los gremios.

La segunda es la importación de gas a través de la planta de regasificación de SPEC en Cartagena, actualmente con capacidad de suministrar el faltante que se presente, en buenas condiciones contractuales de precio y disponibilidad sin compromisos de consumo ni de tiempo. Es una propuesta interesante con buena calidad de gas y disponible para las necesidades que se prevén.

Y la tercera es la de importar gas de Venezuela. Pero los gremios señalan que desde muchos aspectos esta es la peor decisión que puede tomar Colombia. “Hay puntos por aclarar sobre el cumplimiento por parte de Venezuela de los compromisos adquiridos en el Contrato del 2007 para el préstamo de unos 400 MPCD que se entregaron hasta el 2015”, señalan.

Se habla de gasoducto y facilidades de manejo de gas completamente abandonados y en mal estado y hay dudas sobre la calidad del gas que podría entregar Venezuela. Si a esto se suma la incertidumbre política por el bloqueo que se anuncia a la posible exportación de productos de la minería y al petróleo y gas de Venezuela hace esta la alternativa menos viable de todas las que se pueden presentar.

En resumen, los gremios señalan:

  • La relación actual de volumen de producción diaria promedio de gas vs demanda en condiciones climáticas normales es positiva del orden de 1,25 veces oferta/demanda.
  • En un escenario climático normal, la demanda estimada en 2023 fue de 883 millones de pies cúbico diarios (MPCD).
  • La producción promedio está entre los 1.100 a 1.120 MPCD, la demanda se puede cubrir quedando un margen disponible superior a los 200 MPCD.
  • En un escenario temporal crítico como el fenómeno de El Niño la demanda de gas podría subir a 1.333 MPCD, con un déficit temporal de 233 MPCD respecto a la producción promedio de 1.100 MPCD.
  • Este volumen adicional se puede obtener por medio de la terminal de regasificación de Cartagena. Esta terminal tiene las siguientes ventajas:
    • Origen del GNL de cualquier país exportador (no depende de un solo proveedor), lo cual permite un precio de compra competitivo
    • Amplia relación de capacidad de producción máxima a mínima en volumen de regasificación (>10:1)
    • Capacidad máxima de 533 MPCD, con esta capacidad se cubre  más del 50% de la demanda nacional.
  • El precio de gas importado por la terminal de Cartagena estaba en el orden de US$6 Millón BTU para mediados de 2023. Faltaría conocer el detalle del precio contratado hacia el futuro al menos en un término de 5 años y compararlo con el precio de gas a importar por el gasoducto Antonio Ricaurte.
  • Según comunicado de Ecopetrol, el inicio de la operación de importación desde Venezuela está previsto para diciembre 2024. En estas condiciones y de acuerdo con los pronósticos climáticos más recientes del IDEAM, el fenómeno de El Niño ya habrá pasado y, en teoría, según lo descrito anteriormente no se requerirá importar gas.
  • De anotar, además, que recientemente han entrado al Sistema Interconectado Nacional (SIN) las unidades 3 y 4 de la hidroeléctrica de Ituango (+600 MW) en su primera fase y Termo Candelaria en ciclo combinado (adiciona 241 MW con el mismo consumo de gas) y entrarán alrededor de 1.000 MW de plantas con fuentes renovables, lo cual en total adicionara un aproximado de 10% a la capacidad instalada de generación de energía eléctrica nacional, sin uso de gas combustible.
  • Lo anterior compensaría la declinación de producción y/o aumento de demanda de gas para los años próximos hasta tener el desarrollo de los nuevos descubrimientos en tierra y los bloques costa afuera.

Conclusiones y recomendaciones

  • Es claro que la alternativa más viable técnica y económicamente soportada es optimizar la producción nacional de gas y, en caso que se requiera, utilizar la importación de gas de la planta de Cartagena, mientras que en un tiempo prudente se cuenta con el desarrollo de nuevas reservas, incluyendo los hallazgos costa afuera, los campos del Valle Inferior del Magdalena y los Yacimientos No Convencionales, en discusión, cuyo recurso potencial calculado por la ANH en 2019 es de 167 terapíes cúbicos de gas (50 veces las reservas actuales de gas, 2,8 tpc).
  • La importación de gas por el gasoducto Antonio Ricaurte presenta muchas dudas en cuanto a su conveniencia para nuestro país.
  • Las dudas más notorias están relacionadas con i) el precio de venta de gas puesto en el terminal de Ballena en la costa norte colombiana, ii) el plazo del contrato iii) los volúmenes de gas por día garantizados, iv) la calidad del gas podría suministrar Venezuela, v) el estado de las facilidades de producción y transporte.El precio de venta del gas de Venezuela no debería ser mayor que el de importación por la terminal de regasificación de Cartagena. Debería existir un margen amplio considerando que los precios del gas a futuro bajarán por la mayor oferta que se pronostica a nivel mundial y la terminal de regasificación podría conseguir estos precios bajos debido a la capacidad de negociación.
  • No sería aceptable que, sin consultar la realidad de precio de importación por la terminal de regasificación y de precio internacional de venta de gas por ejemplo a mercado europeo, se contrate el precio de importación por el gasoducto Antonio Ricaurte a un precio un poco por debajo de US$20 /MBTU para demostrar beneficio económico. Se interpretaría que es bueno para mejorar las finanzas de Venezuela, pero dramáticamente inconveniente para Colombia.
  • El volumen por importar en cualquiera de las modalidades debe corresponder a las necesidades puntuales de gas de Colombia, sin incluir ningún mínimo de toma o paga en la negociación.
  • En caso de que se tome la decisión errada de importar gas de Venezuela y que el volumen sea mayor al 40% de la producción nacional, sin resolver que hacer con los excedentes que arroje el balance oferta-demanda, seria inconveniente para el país continuar este contrato con PDVSA, el cual generaría, entre otros, perjuicios como: pérdida de empleos, regalías, impuestos y dependencia energética de un país extranjero.
  • En el esfuerzo técnico económico para poner en condiciones seguras e integridad el gasoducto Antonio Ricaurte, se entiende que ni el gobierno colombiano ni Ecopetrol participarán siendo que este gasoducto es propiedad de PDVSA. Además, se observa que el gasoducto está en condiciones lamentables, y que requeriría cuantiosos recursos económicos para su puesta en condiciones adecuadas para una operación segura.