El exministro Amilkar Acosta analiza las consecuencias para las finanzas de la Nación que traerá la caída en los precios del petróleo y el desplome de las utilidades de Ecopetrol.
Por: AMYLKAR D. ACOSTA
12 de mayo de 2020. Las cifras dadas a conocer por el presidente de ECOPETROL Felipe Bayón son reveladoras sobre las repercusiones de la contracción de la demanda, concomitantemente con el desplome de los precios internacionales del petróleo.
Su utilidad netaen este año cayó estruendosamente, al pasar de los $2.7 billones en el I trimestre de 2019 a sólo $133.000 millones en el I trimestre de este año, un espantoso 95.2%. Y eso que la mayor caída del precio del crudo se registró en el mes de abril y sigue sin reponerse. Por ello, según Bayón, “el segundo y tercer trimestre serán más críticos”. Y no es para menos, pues la suerte de los precios del petróleo está atada a la de la economía, que seguirá por un largo rato en un coma inducido a consecuencia de la pandemia de la covid-19.
No solo ECOPETROL, toda la industria petrolera se está viendo impactada por el desplome de los precios y la baja en la producción a consecuencia del mismo. Bien ha dicho el presidente de la Junta Directiva de ACIPET Carlos Leal, al referirse al caso de ECOPETROL, que “los resultados y el impacto no son distintos a los que en general se han visto en la industria”.
En el caso específico de ECOPETROL, se vio precisada a cerrar más de 300 pozos productores, dado que su umbral de “dolor”, donde la extracción del crudo deja de ser rentable, está alrededor de los US$30 el barril, el mismo precio al cual se ha anclado su cotización en lo corrido de este mes. Ello, junto con la baja de los precios, repercute en los ingresos de la Nación, en el desempeño de la economía, así como en la generación de empleo e ingresos.
Se estima que, de finalizar 2020 con precio promedio del crudo de la referencia Brent de US$30, que es muy probable, los ingresos de la Nación por concepto de la renta petrolera y los dividendos se reducirán en $12 billones, aproximadamente. Y los ingresos de las entidades territoriales por concepto de regalías se verán reducidos en $6 billones, aproximadamente.
Se puede repetir la historia de 2016, cuando ECOPETROL, por primera vez, no repartió dividendos, debido a las pérdidas de $3,9 billones el año anterior. Después del 2016, esta ha sido la evolución de las utilidades y el reparto de dividendos en los últimos años: Utilidades en 2016 $1.56 billones, dividendos recibidos por la Nación en 2017 $837.000 millones / utilidades en 2017 $6.2 billones, dividendos recibidos por la Nación en 2018 $3.2 billones / utilidades en 2018 $11.5 billones, dividendos recibidos por la Nación en 2019 $8.1 billones / utilidades en 2019 $7.4 billones, dividendos recibidos por la Nación $6.5 billones + $3.6 billones de las reservas extraordinarias de utilidades.
Qué pasará en 2021, esta es la gran incógnita, aunque no se auguran mejores tiempos, pues se ha vuelto un lugar común reconocer que lo peor de esta crisis está por venir.
Desde luego, sigue siendo inconveniente la excesiva dependencia de la economía nacional del petróleo: 40% de las exportaciones, 24% de los ingresos corrientes de la Nación y las regalías, que son los únicos recursos ciertos con los que cuentan las entidades territoriales para inversión (entre 40 y 50% de su presupuesto de inversión), se verán reducidas por lo menos en un 50%.
Recordemos que todas las proyecciones de todas las variables de la economía (crecimiento del PIB, exportaciones, renta petrolera y regalías) para 2020 se hicieron sobre la base de un precio del barril de crudo de US$60.5 el barril y una producción de crudo de 854.000 barriles/día. De no cumplirse estas previsiones las consecuencias no se harán esperar. Es imperiosa la necesidad de diversificar la economía, para no seguir al vaivén de los precios del crudo.
La amenaza que se cierne sobre la economía y las finanzas es tanto mayor habida cuenta que las precarias reservas probadas con las que cuenta el país, así hayan repuntado levemente en los últimos dos años, al pasar de 1.782 millones de barriles (relación reservas/producción 5.7) en 2017 a 1.958 millones de barriles en 2018 (relación reservas/producción 6.2) y al cierre de 2019 alcanzaron los 2.036 millones (relación reservas/producción 6.3), para un incremento del 4%.
Además, ese ligero repunte en las reservas obedece, en un porcentaje mayor de las 2/3 partes al recobro mejorado, no así a nuevos hallazgos, y las mismas se ven menguadas con la baja de la cotización del crudo, pues las reservas están en función de los precios. Así, mientras que con precios del crudo de la referencia Brent de US $60 el barril las reservas oscilan alrededor de los 2.006 millones de barriles, a US $30 el barril se reducirían a sólo 1.520 millones de barriles.
No es previsible que con la recesión económica global que, según el FMI, será la peor en 90 años, que los precios del petróleo retornen en el corto o mediano plazo a niveles que superen los US$50 el barril.
Según cifras de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), la inversión exploratoria caerá este año de US$640 millones a solo US $270 millones, con una caída del 60%, en la producción de petróleo. Solamente ECOPETROL ha recortado en US$1.200 millones su Plan de inversión para 2020.
Según Francisco Lloreda, con un precio estimado de US$35 el barril, la producción se ha reducido en 35.000 barriles/día y si baja de ese nivel se reduciría aún más. Según él, así las cosas, se “pasaría de un recaudo estimado en el 2019 de $16.1 billones en regalías, impuestos y derechos económicos a un recaudo estimado de 4 billones en 2020”. Esto será la debacle para la economía y las finanzas públicas.