Cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por las Naciones Unidas. Esta efeméride está íntimamente relacionada con la sostenibilidad.
Por: MAURICIO LÓPEZ*
Recordemos que hemos reiterado que la sostenibilidad es integral entre las dimensiones ambientales, sociales y económicas. Sin menoscabo de lo anterior es claro que celebrar este día es un llamado a la acción para crear una narrativa que permita consolidar una conciencia global acerca de los problemas ambientales y por supuesto, generar estrategias, programas y actividades en todos los niveles para cuidar nuestra Casa Común.
Estamos ante una situación especial que exige toda nuestra inventiva y decisión porque muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos para el 2030 a nivel mundial apenas van con cumplimientos promedios al 25% y en algunos casos menores.
A manera de ejemplo, hay una evidente escasez de agua que afecta a más del 40% de la población mundial. En Latinoamérica y el Caribe la eficiencia en el uso de agua disminuyó de 13.4 USD/m3 a 11.8 USD/m3. Todo esto impone que hay que mejorar la eficiencia en el uso del agua para reducir el estrés hídrico.
Uno de los límites planetarios o techo ecológico que no debemos sobrepasar tiene que ver con el cuidado de los océanos, ya que se encuentran en una situación de riesgo por el aumento de la eutrofización, la acidificación, el calentamiento de sus corrientes, la contaminación por plásticos y la sobrepesca.
De otro lado, en Latinoamérica y el Caribe se experimentó una degradación de la tierra y bosques más rápida que la media mundial. En Colombia tenmos alrededor de 200 mil hectáreas desforestadas por año, lo cual es francamente decepcionante.
Este 2024 la convocatoria se ha hecho para resaltar la resiliencia y la adaptación a la desertificación, bajo el lema “Nuestras tierras, nuestro futuro”. Y sigue la secuencia de años anteriores, relacionados sobre los mismos ejes.
En 2023 se habló de “Restauración de Ecosistemas”, con un enfoque en prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo. En 2022, con el llamado a “Una Sola Tierra”, se destacaba la necesidad de vivir de manera sostenible en armonía con la naturaleza. En 2021, la narrativa se centró en “Reimagina, recrea, restaura”, llamando la atención en la restauración de ecosistemas dañados como una forma de combatir el cambio climático y proteger la biodiversidad.
En todas las convocatorias aparecen como ejes centrales, la conciencia y la educación, presentando prácticas sostenibles y fomentando la educación ambiental. También, promoviendo una Acción Colectiva para lograr una movilización global, procurando un empoderamiento efectivo y con conocimiento de las comunidades. Por supuesto todo enfocado dentro de la Agenda 2030 de Sostenibilidad con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con una materialidad mayor en aquellos relacionados con el medio ambiente, como la acción climática (ODS 13), vida submarina (ODS 14), vida de ecosistemas terrestres (ODS 15), y la gestión sostenible del agua (ODS 6).
Dentro de todas estas dinámicas, los Objetivos Basados en Ciencia (Science-Based Targets, de ahora en adelante SBT, por su sigla en inglés) se presentan como parte crucial del enfoque general de la sostenibilidad para abordar el cambio climático y promover prácticas empresariales responsables.
Dentro del ODS 17 –Alianzas para la sostenibilidad, la iniciativa de Objetivos Basados en Ciencia -SBTi, surge como una colaboración efectiva entre varias organizaciones, destacando el Pacto Global de las Naciones Unidas, el CDP, el Instituto de Recursos Mundiales y WWF. Se pretende validar los objetivos de las empresas para que estén debidamente alineados con la ciencia del Clima. Los puntos centrales pueden resumirse en:
- Reducir emisiones de carbono
- Preservar los recursos del agua dulce y la seguridad hídrica
- Mantener la biodiversidad y los servicios ecosistémicos
- Conservar y regenerar los sistemas terrestres
- Asegurar océanos sanos y diversos
En este escrito, nos enfocaremos esencialmente en el primer item, de Reducción las emisiones de Carbono.
En temas de Cambio Climático, los SBT se pueden definir como las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) alineadas con los expertos mundiales, especialmente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), creado en 1988 para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta.
De hecho, en las últimas reuniones se ha insistido en la necesidad de limitar el calentamiento global a niveles seguros, generalmente por debajo de los 2°C y preferiblemente a 1.5°C, en comparación con los niveles preindustriales. En Global Compact a nivel mundial estamos promoviendo claramente este límite de 1,5°C.
Para este propósito y lograr que se establezca SBT, hay que tener una evaluación de las emisiones actuales de GEI; una vez hecha la evaluación se pasa a la definición de los objetivos de reducción, que sean consistentes con los niveles necesarios para cumplir con los acuerdos climáticos internacionales; posteriormente empieza la implementación, con estrategias claras para lograr estos objetivos y finalmente la realización del monitoreo y reportes periódicos para mostrar los avances.
Existe una relación armónica entre los SBT y la Sostenibilidad, empezando por la complementariedad, ya que los SBT son específicos dentro del marco más general de los ODS, al estar enfocados en la reducción de GEI para abordar el cambio climático.
De otra parte, se promueve que haya una Integración Estratégica, dado que las empresas que establecen SBT generalmente incorporan estos objetivos en sus estrategias de sostenibilidad más amplias. Eso se ve reflejado en una reducción en todas las operaciones y procesos de las empresas, en las cadenas de suministro y productos. También tienen conexión estrecha con la gestión de residuos, la eficiencia energética y por supuesto, en los impactos positivos en los diferentes grupos de interés.
De esta manera se tienen importantes beneficios al incorporar los SBT. Se destacan, la reducción de riesgos, con una clara referencia al cumplimiento cada vez más restrictivo de las regulaciones ambientales; igualmente se mejora en la eficiencia operacional, reduciendo los costos operativos.
De otra parte, se impulsa la innovación, sobre todo en productos y procesos sostenibles, lo que deriva en una mejora de la reputación y fortalecimiento de lamarca; todo esto, también viene acompañado con una mayor facilidad en el acceso a inversionistas, con menores tasas de colocación del recurso financiero y una mayor diversificación de ofertantes.
En definitiva, implementar SBT es crucial para el medio ambiente y, además, proporciona ventajas competitivas y asegura la resiliencia y el éxito a largo plazo de las empresas.
*Director Ejecutivo Pacto Global Red Colombia