Transición Energética, un diálogo de sordos

El Gobierno desatiende los llamados del sector energético y, por el contrario, radicaliza su discurso en contra de los empresarios. ¿Está en la mira la estatización?

Por: MARTÍN ROSAS

Ya no hay medias tintas. Las posiciones quedaron claramente definidas al cierre del Congreso de Naturgas que se realizó en Cartagena a comienzos de abril.

Gremios, congresistas, académicos, especialistas y hasta entes de control, alertan sobre la pérdida de la soberanía y la autosuficiencia energéticas, con todo lo que implica en términos de retroceso económico y aumento de la pobreza en un país de 50 millones de habitantes. Mientras el Gobierno se vuelve radical en su narrativa contra el sector minero energético y a Colombia, que no es responsable del cambio climático, pretende echarle al hombro la responsabilidad de salvar el planeta del cataclismo ambiental, pese a que en Plan Nacional de Desarrollo contemplaba la importancia del gas natural.

En el discurso de clausura, Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas y del Consejo Directivo de Naturgas, señaló que en el Plan se contemplan cuatro temáticas que tienen que ver con una Transición basada en la justicia social, el respeto a la naturaleza, la soberanía, y con seguridad, confiabilidad y eficiencia.

“En cuanto a la Transición Energética basada en la justicia social, podemos decir que nuestra industria, la del gas natural en Colombia, está contribuyendo significativamente al cierre de brechas de desigualdad”, dijo Rojas.

Agregó que la industria está cumpliendo con las metas del Plan, dado que durante los dos últimos años se han conectado 694.778 nuevas familias al servicio de gas natural; es decir, se han beneficiado más de 2,5 millones de colombianos principalmente de zonas rurales aisladas.

“El gas natural es entonces un instrumento poderoso en la lucha contra la pobreza energética, pues actualmente cerca de 11 millones de hogares lo usan, representándole ahorros a usuarios de Estrato 1 de alrededor de $50.000 por mes frente al GLP, y su combustión en estufas ha permitido que millones de hogares remplacen la leña como fuente de cocción, evitando la destrucción de ecosistemas y enfermedades visuales y respiratorias.”

En segundo lugar, y en cuanto a la Transición Energética basada en el respeto a la naturaleza, Rojas reconoció el papel que juega el gas natural en la mitigación del cambio climático y la descarbonización. “Es así como la generación de energía eléctrica con gas natural produce 50% menos de Gases Efecto Invernadero que el carbón; y vehículos movidos por gas natural emiten un 30% menos de CO2 que el diésel y un 99% menos de material particulado.Ahora bien, si no aumentamos nuestras reservas de gas, el proceso de sustitución de carbón en procesos industriales se hará más lento.”

En relación con la Transición Energética basada en la soberanía, el Plan Nacional de Desarrollo indica que “…se monitorearán los resultados de los contratos de exploración y producción vigentes con el fin de realizar una evaluación y balance oferta/demanda del gas y crudo que sea necesario para la toma de decisiones en pro de garantizar la seguridad energética de corto, mediano y largo plazo”.

Sobre este punto, Rojas resaltó la situación crítica del balance actual, y la preocupación que existe, “dado que durante la última década pasamos de la abundancia a la escasez de gas. Como lo confirmó la ACP, nuestras reservas probadas se han reducido 50% en los últimos 15 años. Nuestro balance actual indica una situación de déficit de gas doméstico con mayor prevalencia en el interior del país, y la necesidad de importar por primera vez gas para usos distintos al térmico. De ahí que se hace crítico reconocer la importancia de la exploración y desarrollo de los recursos de gas para asegurar la soberanía y la seguridad energética de nuestra nación.”

Además de señalar las implicaciones que tendría la importación de gas natural en costos de tarifas para los segmentos más vulnerables de la población, “la dependencia en fuentes externas podría afectar significativamente la competitividad de industrias pudiendo llevar incluso a la sustitución por combustibles más lesivos con el medio ambiente como líquidos y carbón”.

Finalmente,  con relación a la Transición Energética con seguridad, confiabilidad y eficiencia el Plan de Desarrollo establece que “…en la transición se garantizará el abastecimiento de gas y los energéticos requeridos para la seguridad energética y la confiabilidad, desarrollando la infraestructura necesaria para llevar los energéticos desde la fuente hasta la demanda y se establecerán los lineamientos de política y las medidas regulatorias para determinar las condiciones de prestación del servicio.”

“El país requiere entonces desarrollar infraestructura crítica para la conexión de las nuevas fuentes de oferta con los mercados. Proyectos de bidireccionalidad de los sistemas, ampliación de la regasificadora existente, una nueva regasificadora en el Pacífico, y la definición de cargos para remunerar dicha infraestructura, entre otros”, dijo Rojas.

Concluyó que “en repetidas ocasiones, tanto agentes públicos como privados buscan imponer una visión en la que se privilegian equilibrios parciales alrededor de la Transición Energética, y no equilibrios generales que favorecen el bienestar de todos. Buscan llevarnos a una discusión de electrones o moléculas e imponer una visión que ignora los imperativos más amplios de la justicia social, la sostenibilidad ambiental, la seguridad, confiabilidad y soberanía nacional, en vez de una visión de equilibrio general con un enfoque holístico que considere el bienestar de todas las partes interesadas”.

Reducir emisiones y pobreza

Por su parte, Luz Stella Murgas, presidente de Naturgas, en el discurso de clausura dijo que si bien el Global Carbon Project de la Universidad de Exeter (Reino Unido) aún no ha consolidado las cifras de 2023, las emisiones de CO2 de Colombia para 2022 crecieron 4,13 por ciento y no parecen encaminadas a cumplir las metas fijadas a 2030.

“Tenemos la obligación de reducir esas emisiones y para hacerlo se requiere gas natural, porque como industria hemos asumido la responsabilidad de ser eje de la verdadera transición”, dijo y agregó que Colombia tiene un doble problema: reducir las emisiones y al mismo tiempo reducir pobreza energética de 9,6 millones de colombianos.

“5,4 millones de esos compatriotas, aún se ven obligados a deforestar nuestros bosques para cocinar con leña, colombianos destinados a una vida de pobreza constante, si como país no actuamos de manera contundente y articulada”, dijo.

Murgas recordó cómo los únicos países que han logrado reducir sustancialmente sus emisiones de CO2, Estados Unidos y Reino Unido, lo han hecho gracias a reemplazar carbón por gas natural, que produce la mitad o menos del CO2 para generar la misma energía.

“Por eso es estratégico promover el desarrollo del gas natural. Sobre todo, cuando Colombia es, junto a Brasil, Indonesia y República Democrática del Congo, uno de los países donde la deforestación de selvas tiene mayor peso en el total de emisiones país”.

“Presidente Gustavo Petro, los países pobres necesitamos con urgencia más acceso a la energía barata y abundante que permitió a los países ricos desarrollarse. El gas natural tiene esa capacidad”, le sugirió al mandatario.

Murgas le recordó al presidente que Colombia tiene la oportunidad de aumentar sus fuentes de gas natural y que Naturgas propuso la implementación del Plan Integral de Seguridad Energética (PISE), que prioriza y agiliza la exploración y desarrollo de los descubrimientos realizados, así como habilitar todas las fuentes de suministro externas que sean viables desde lo jurídico, lo económico y lo operativo.

Para materializar el PISE, el gremio señaló que es determinante que el Gobierno Nacional adopte a tiempo las decisiones regulatorias, ambientales y sociales requeridas para acelerar el desarrollo de los proyectos de: i) Perforación de pozos, ii) Ampliación de la capacidad de transporte, Iii) La disponibilidad de gas de fuentes externas, y iv) Construcción de infraestructura de transporte para el desarrollo de hallazgos costa afuera en el Caribe.

Además, hay decisiones pendientes por parte de la Comisión de Regulación de Energía y Gas y la ANLA, y es necesario el acompañamiento de los Ministerios de Minas y Energía y del Interior en los procesos de consulta previa y mitigación de la conflictividad social.

Murgas concluyó que “estamos en capacidad de mostrar con el ejemplo que es posible hacer del gas un vehículo de estabilidad, como lo ha sido para el mercado energético mundial

también para la economía y la política regional, así como en las comunidades, con la llegada de un energético de bajas emisiones que mejora la salud, reduce la pobreza energética y monetaria, que dignifica y libera tiempo sobre todo para mujeres en zonas rurales y más aún para las que son cabeza de hogar”.

Crisis climática, problema estructural

Con su ahora infaltable cachucha de beisbolista, moda que impusieron en la región los dictadores tropicales de izquierda Hugo Chávez y Daniel Ortega, el presidente Petro escuchó a los dirigentes y comenzó su intervención con una perorata sobre la crisis climática y la actual sequía que afecta Bogotá y que, según el mandatario, se debe a que los constructores urbanizaron la Sabana.

En el discurso lanzó puyas a la derecha, a los empresarios, al senador Miguel Uribe Turbay, quien estaba en la asamblea de Aosofondos en Cartagena, donde también estaba invitado Petro para el cierre pero no asistió, y hasta a los ganaderos, actividad que calificó de ilegal.  

Frente a la crisis climática dijo que “estamos perdiendo la batalla por una realidad: la economía fósil, la que emite CO2 a la atmósfera, que está altamente concentrada en las economías del norte, no cede en sus intereses. Se inventa una ideología, construye un falseamiento de la realidad por seguir, por no hacer el tránsito rápido. Es lógico, tiene una lógica, una ganancia, ¿cómo sacrificar la ganancia por la vida?”

En esa lógica insistió en que el cambio climático es producto de la codicia, y que son los empresarios que se han llenado el bolsillo con la economía extractiva los que no han dejado hacer la transición.

“Claro que el gas emite menos, pero emite, es decir, se agrava el problema. Estamos sustentándonos en una economía fósil, y debemos dejar de hacerlo,pero no se va a lograr en mi gobierno, ni en el próximo. Es la derrota de la humanidad por la codicia”, dijo.

Señaló, además, que el próximo añopresentará una reforma tributaria que busca estimular que Colombia sea la potencia de las energías limpias, “pero puede ser ilusoria dadas las realidades políticas del Congreso”, aclaró.

Señaló que “la crisis del Caribe colombiano es que está dependiendo de lo que menos debería depender, del gas importado, cuando tiene sol, viento y agua. Se debería generar en el Caribe colombiano una energía muy barata, no que los generadores se quebraran, pero tampoco que ganen todos esos billones. El desarrollo consiste en abaratar la energía”.

Pero las acciones del Gobierno no van en esa dirección. A la fecha no ha salido la Ruta de la Transición Energética y en la última reforma tributario aumentaron la tributación de las energías renovables.  

Agregó que “la fórmula tarifaria de la energía eléctrica, que yo no he podido cambiar, es donde el más ineficiente pone el precio, el más eficiente es el agua, el más ineficiente con todas sus ganancias pone el precio. Ese precio lo pone un importador de gas, porque en Colombia hace muchos años se importa gas”.

Y planteó que el problema del debate en Colombia es de dónde viene el gas: “Dicen que se pierde la soberanía si ese gas viene de Venezuela, por qué no se ha perdido por el gas que viene de otros países. El problema es que ese importador no se llama Maduro, sino Luis Carlos Sarmiento Angulo”, en referencia a que el empresario es accionista de la planta regasificadora SPEC a través de Corficolombiana.

Invitación a una mesa

El presidente explicó que bajo la administración de Ricardo Roa, Ecopetrol adelantó una investigación que arroja que el hidrógeno verde, que no necesita de hidrocarburos, se puede producir en La Guajira a 4,7 dólares por kilogramo, un precio inferior al que está exportando Chile desde la Patagonia.

Cuentas de servilleta, pues, primero Chile aún no exporta, y segundo desconoce que para que el hidrógeno sea competitivo se requiere un precio por debajo de los dos dólares el kilogramo, valor que hasta el momento no ha logrado ningún país.

Finalmente, invitó a los empresarios del sector gasífero reunidos en Cartagena a acompañar al gobierno en una mesa de transición energética, que permita dilucidar estos asuntos de una mejor manera.

Propuesta que suena bien, pero que puede quedar en el aíre como los ríos aéreos que recorren medio país para llegar a Chingaza o el tren aéreo entre Buenaventura y Barranquilla, que propuso en campaña, pues no respondió a las propuestas concretas del gremio ni a los planteamientos de sus dirigentes.

Los economistas Mauricio Reina y Mauricio Cárdenas han alertado que la estrategia de Petro es generar crisis en varios sectores para forzar a una Asamblea Constituyente, donde el principal punto seguramente sea la reelección. Y señalan que otros tres sectores pueden ir por el mismo camino que la salud: la infraestructura, al intervenir peajes y desviar las vigencias futuras; la educación, al retrasar los pagos del Icetex a las universidades privadas y controlar las universidades públicas; y el energético, al intervenir tarifas, mantener en interinidad a la CREG y cerrar la firma a nuevos contratos de exploración de hidrocarburos.

En concreto, el sector del gas propone al gobierno el Plan Integral de Seguridad Energética, pero mientras la discusión esté sesgada por temas ideológicos y fines políticos, la interlocución parece condenado a un diálogo de sordos.