Pese a los resultados positivos de las tres subastas de reconfiguración que convocó la CREG recientemente, el sistema eléctrico colombiano presenta retrasos en nueva oferta de energía en firme y líneas de transmisión.
En caso de presentarse un apagón en Colombia, como el que recientemente sufrió la península Ibérica, las pérdidas por cada hora sin fluido eléctrico serían de 200 mil millones de pesos. Una experiencia que el país no experimenta desde hace más de 30 años. Fedesarrollo calcula que un apagón como el de 1992 equivale a 1,5 puntos porcentuales de contracción de la economía, además de la pérdida de 230 mil empleos.
Y es que, pese a las recientes subastas de reconfiguración, el país presenta retrasos tanto en nuevos proyectos de expansión de energía en firme como en líneas de transmisión. De acuerdo con XM, el operador del mercado, entre 2021 y 2024 la tasa de entrada de nuevos proyectos fue de solo el 21%.
“Hoy tenemos más de 3.500 megavatios retrasadas, lo que equivale al 30% de la demanda nacional. Esto nos deja sin márgenes para enfrentar una eventualidad, por eso le pedimos al gobierno que camine de la mano de los gremios y las empresas, de tal manera que tanto la política como la regulación se orienten a la solución de los cuellos de botella, a la atracción de nuevas inversiones y a construir confianza”, dijo Natalia Gutiérrez, presidente de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgen), en la apertura del 17 Congreso del gremio que se realizó en Bogotá el pasado 15 de mayo.
Concretamente, las empresas del sector se han enfrentado a retrasos en el desarrollo de las consultas previas, así como incumplimiento de los plazos por parte de entidades involucradas en los trámites para el desarrollo de los proyectos, como las CAR, la UPME, la ANI y el Invías, entre otras.
Gutiérrez resaltó que desde hace 32 años Colombia no ha sufrido racionamientos debido al exitoso modelo eléctrico, que es reconocido a nivel mundial, y a las inversiones que realizan las empresas del sector para no tener interrupciones del servicio.
“En el último año, las empresas han invertido más de 2,6 billones de pesos en nuevos proyectos y mantenimiento de las plantas para asegurar confiabilidad. No obstante, se requieren entre $10,3 y $12,6 billones anuales, lo que implicaría multiplicar por cinco el nivel actual de inversión”, señaló Gutiérrez.
El problema son las cantidades, no las tarifas
Uno de los temas que ha puesto el actual gobierno en su narrativa es el de las tarifas de energía. “Pero reiteramos que este no es un asunto de las generadoras, sino que requiere de acciones estructurales, una parte es la cultura del no pago del servicio que se presenta en algunas zonas del país, así como cobros y tasas adicionales en la factura, ajenos al sector.
“De nuestra parte, reiteramos que una de las acciones más importantes a implementar para la reducción de costos es poder contar con más energía disponible. Los precios son síntomas de escasez, que solo se resuelve con más proyectos que nos garanticen energía firme”, dijo la dirigente gremial.
En varias ocasiones el gobierno ha expresado que los altos costos de la energía se deben a especulación en la bolsa, por lo que ha propuesto intervenir los precios. Pero, según Acolgen, poner topes a la venta de energía en bolsa tampoco lleva a la reducción de tarifas.
“La bolsa de energía no es el mecanismo prioritario para la venta de energía, pues en ella solo se transa el 20% de la energía que se consume en el país; es decir, más del 80% de la energía que consumimos los colombianos se pacta en contratos de largo plazo entre los generadores y los distribuidores. Además, la bolsa cumple una misión para equilibrar los balances diarios, ya que permite ajustar los precios según las condiciones climáticas y de disponibilidad de los recursos hídricos, térmicos y solares, tanto en épocas de sequía como de lluvia, garantizando así que se mantenga la confiablidad del sistema y que podamos contar con energía cuando más la necesitamos”, dijo Gutiérrez.
“Hoy la seguridad energética está en cuidados intensivos, y recibimos de buena forma la llegada del ministro Edwin Palma, porque estamos de acuerdo en que el principal problema de coyuntura que tenemos hoy es de falta de energía”, concluyó Natalia Gutiérrez.