Aunque la región avanza hacia el liderazgo en la transición energética, expertos señalan que aún existen importantes desafíos estructurales que deben enfrentarse para que América Latina consolide su posición en los próximos años.
En su más reciente estudio Green Energy in Latin America, Broadminded, el centro de investigación de la agencia de comunicaciones Sherlock Communications, resalta el gran potencial de América Latina para liderar la transición energética, recopilando datos y perspectivas de expertos multidisciplinarios sobre el avance de la energía verde en la región.
Según el documento, que reúne datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el 60% de la electricidad de América Latina proviene de fuentes renovables. Sin embargo, la situación en Colombia es diferente, ya que el país sigue dependiendo en gran medida de la energía hidroeléctrica y otras fuentes no renovables, que representan el 64% de su generación eléctrica. Esto pone de manifiesto la falta de una estrategia clara por parte de Colombia para alcanzar su meta de neutralidad de carbono para 2050.
Crecimiento de las fuentes renovables
Aunque la mayoría de los países se encuentran en la misma etapa, la región ha demostrado avances significativos en la diversificación de sus fuentes de energía limpia, especialmente eólica y solar.
Las autoridades colombianas buscan apoyo internacional para su transición energética, incluido un plan de inversión de 40.000 millones de dólares para reducir su dependencia del petróleo y gas, con 14.500 millones dedicados a la expansión de energías renovables, anunciado durante la Semana del Clima de Nueva York en septiembre de 2024.
“Colombia debe desarrollar un plan único de transición energética que aborde de manera realista su dependencia del petróleo, gas y carbón, reconociendo a su vez el vasto potencial renovable del país”, destaca Alejandro Castañeda, presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras.
El objetivo debería ser emular a Brasil, un país que aumentó su capacidad de energía eólica en 300% en los últimos 10 años, alcanzando actualmente 95 GWh, según datos de Ember. El crecimiento fue impulsado por inversiones en proyectos ubicados en la región Nordeste, donde las condiciones son favorables para este tipo de generación.
Otro ejemplo es Chile: el país registró un aumento de más del 1.300% en su capacidad solar, aprovechando el potencial del desierto de Atacama.
Según W. Schreiner Parker, director general para América Latina de la firma de inteligencia energética Rystad Energy, estos países están invirtiendo en energía eólica y solar no solo para abastecer sus propios sectores, sino también para explorar oportunidades de exportación, como el hidrógeno verde.
“América Latina, especialmente Brasil y Chile, podría convertirse en un importante exportador de esta fuente de energía. Sin embargo, el éxito de la región dependerá de navegar por las complejidades regulatorias, asegurar una financiación adecuada y equilibrar la transición de los ingresos provenientes de combustibles fósiles con las nuevas oportunidades para exportaciones de energía verde”, afirmó Parker.
Desafíos: Infraestructura, financiación e inestabilidad política
Aunque la región avanza hacia el liderazgo en la transición energética global, expertos entrevistados por Broadminded señalan que aún existen importantes desafíos estructurales que deben enfrentarse para que América Latina consolide su posición en los próximos años.
El sector de energías renovables en Colombia está atrayendo más inversionistas, con una previsión de financiación de 2.2 millones de dólares en 2024, que se destinarán a 66 proyectos que van desde la energía solar hasta la geotérmica. Sin embargo, es importante señalar que los proyectos de generación disminuyeron en 9.000 MW hasta julio pasado, lo que refleja una caída significativa en los proyectos renovables propuestos.
Los constantes retrasos y la mala gestión administrativa han obstaculizado el desarrollo adecuado de los proyectos de energía limpia. “No hemos podido agregar tanta capacidad como queríamos”, dice Castañeda, quien subraya que en 2023 solo el 17% de los proyectos se finalizaron.
El principal desafío, común a la mayoría de los países latinoamericanos, radica en definir estrategias de financiación para proyectos de infraestructura esenciales para la transmisión y el almacenamiento de energía. Sin el apoyo adecuado, el potencial de crecimiento del sector podría verse limitado, agrega Castañeda.
Según el ejecutivo, muchos proyectos de energía limpia han tenido que suspenderse por falta de inversión. “Lo que esperamos del gobierno es ayuda para hacer viables los proyectos y completarlos a tiempo. De lo contrario, enfrentaremos escasez de energía en Colombia entre 2027 y 2028.”
La transición energética global es uno de los temas centrales en la agenda de la cumbre del G20 y la COP30, que se celebrará en Brasil en 2025.
Para acceder al informe completo Green Energy in Latin America, visite: https://www.sherlockcomms.com/es/energia-verde-en-america-latina/.