El GLP, como combustible de transición, es sin duda un pasaporte hacia un futuro energético más limpio para Colombia.
Por: ALEJANDRO MARTÍNEZ VILLEGAS*
7 de agosto de 2021. En el mundo se ha vuelto una meta común la conversión de la canasta energética hacia energías renovables y, por eso, los países más poderosos del planeta han establecido políticas y planes concretos para eliminar su dependencia de los combustibles fósiles.
Es fácil estar de acuerdo con este planteamiento que busca reducir los niveles de contaminación del planeta y recuperarlo para las futuras generaciones, pero muchas veces el tema se trata a la ligera. No podemos perder de vista que esta no es una tarea sencilla ni de corto plazo y que conlleva retos serios, dada la enorme dependencia de los combustibles fósiles que tiene el mundo de hoy, situación de la cual no escapa Colombia.
Así las cosas, es claro que se necesita en nuestro país un plan de transición entre la canasta actual y una futura conformada por fuentes de energía renovable. Dicho plan implicará reducir gradualmente nuestra dependencia del petróleo (del cual el país tiene cada vez menos reservas descubiertas) y sus derivados, y usar menos energéticos contaminantes, que disminuyan el aporte de carbono y que, por lo tanto, impacten menos al medio ambiente.
Es lo que podemos llamar combustibles de transición, tales como los gases combustibles (gas licuado del petróleo -GLP- y gas natural). Pero haciendo conciencia de que esta no será una transición corta, porque abastecerse al ciento por ciento con energías renovables requiere tiempo, tecnología y dinero, el país debe plasmar este proceso en un plan gradual bien estructurado y con metas realistas.
Por todo lo anterior, es muy importante para la diversificación de nuestra canasta energética la reciente aprobación del Proyecto de Ley 391-21S, que ampliará el uso del Gas Licuado del Petróleo (GLP) como combustible para los vehículos (AutoGLP) y motores náuticos (NautiGLP).
La Ley, que ya fue sancionada como Ley de la República, va a generar impactos positivos en el medio ambiente, el bienestar de la población y el acceso a un servicio público de calidad, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022): “Pacto por Colombia, pacto por la equidad”.
La ley en mención promueve en el sector automotor una nueva alternativa de energía limpia para garantizar una movilidad terrestre, marítima y fluvial sostenible con el autoGLP y el nautiGLP, cuyo uso se dinamizará mediante una serie de incentivos como: i) exenciones a restricción vehicular (pico y placa), ii) sistema de etiquetado de vehículos, iii) fortalecimiento del SICOM (Sistema de información de combustibles líquidos), iv) cumplimiento de una cuota mínima del 30% de vehículos nuevos a gas combustible en el sector de transporte público, automotor de carga y servicio especial, v) disminución tarifa de impuesto sobre vehículos y vi) la exención del certificado de emisiones por 10 años.
De acuerdo con la Asociación Mundial del GLP (WLPGA, por su sigla en inglés), los automóviles cuyos motores utilizan autoGLP -en condiciones equivalentes a los que usan gasolina- emiten 81% menos de material particulado y 21% menos de monóxido de carbono; y comparado con los motores diésel, el GLP genera 74% menos partículas y 81% menos emisiones de carbono.
Otra ventaja del GLP para uso vehicular o náutico, es que es un combustible que se puede transportar fácilmente a cualquier lugar de nuestra geografía, ya sea por mar, ferrocarril, ducto o carretera, por lo cual estaría disponible con relativa rapidez en cualquier región.
El autoGLP no requiere de una infraestructura de transporte dedicada ni costosa. Existe, además, la alternativa de realizar una baja inversión para adaptar los vehículos originalmente diseñados para otros combustibles, por lo cual el ahorro, cuando se compara con otro tipo de conversión, es significativo.
La eficiencia energética del autoGLP es otra de sus virtudes: al tener un gran poder calorífico, permite a los automóviles que antes funcionaban con gasolina o diésel, conservar su potencia y explica porqué a nivel mundial camiones y vehículos de carga lo prefieren sobre otros combustibles alternativos.
La inclusión creciente de los gases combustibles en nuestra canasta energética nos permitirá avanzar en forma confiable hacia las energías renovables, haciendo la matriz cada vez más limpia, con un acercamiento gradual a las metas más ambiciosas en materia ambiental.
El GLP, como combustible de transición, es sin duda un pasaporte hacia un futuro energético más limpio para Colombia.
*Ex Viceministro de Minas y Energía y presidente de Gasnova.