La falta de compromiso por parte del Gobierno está llevando al traste la promesa de crear una industria del hidrógeno verde en Colombia.
Aunque siempre se ha vendido la idea que Colombia está ubicado en una posición estratégica y que el departamento de La Guajira tiene un potencial de clase mundial para la generación de energías renovables, principal materia prima para la producción de hidrógeno verde y sus derivados, la realidad es que esas promesas se están quedando en el papel.
Así lo señaló Mónica Gasca, presidente de la Asociación Hidrógeno Colombia, en la inauguración del Cuarto Congreso Internacional de Hidrógeno, que se realizó en Bogotá el 1 y 2 de abril.

Colombia cuenta actualmente con una canasta de 36 proyectos de hidrógeno y derivados, pero solo dos están avanzados. Uno de producción de amoniaco verde en Antioquia y el de Ecopetrol para producir hidrógeno verde en refinería, que cerró decisión de inversión en diciembre de 2024.
Pero la falta de apoyo por parte del Gobierno está llevando a que el liderazgo que inició Colombia en la región lo estén tomando otros países, como Brasil, Chile y Perú.
Estos países sí se están moviendo rápido. Brasil lanzó no solo incentivos a la industria, sino que también creó un fondo de 5.000 millones de dólares para apoyar los proyectos de hidrógeno. Chile, por su parte, ya tiene el facility de financiamiento con el que está haciendo una recolecta de fondos multilaterales para apoyar los proyectos. Y en Perú se aprobó el proyecto Horizonte de Verano con recurso por 11.200 millones de dólares.
En Colombia, por el contrario, aunque la Asociación ya hizo el estudio del facility de financiamiento, no se ha visto tracción desde el gobierno para su implementación.
La dirigente gremial señaló que el principal problema del sector es el poco compromiso de parte del gobierno. “Hablamos mucho y hay muchos documentos, pero cuando los proyectos tienen que desarrollarse no los atienden”.
Mónica Gasca agregó que Colombia no tiene estructurado un grupo para sacar adelante este tipo de proyectos. “El hidrógeno es muy transversal, que requiere una mesa de trabajo con los Ministerios de Minas, de Agricultura y otras entidades para que salgan adelante los proyectos, que son de billones de dólares, y hay que ayudarlos, para que vengan a invertir en el país”, dice Gasca.
Otro freno que mencionó es el riesgo país. “Al tener menos seguridad energética y menos seguridad jurídica los proyectos no se pueden desarrollar. Estos son proyectos grandes, por lo que necesitamos estabilidad para decirle al mundo: este es el país”.
Particularmente les preocupa la situación de La Guajira, donde empresas han abandonado proyectos de energía renovable y es el departamento donde se pueden desarrollar parques eólicos a gran escala que sirvan a la exportación de hidrógeno y sus derivados, con el beneficio que se puede tomar agua del mar para desalinizarla y emplearla no solo en la hidrólisis sino para atender las necesidades de agua potable de la población.
La regulación, otra materia pendiente
La interinidad en que ha mantenido el gobierno a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) también le ha puesto freno al desarrollo del hidrógeno en Colombia.
Gasca señala que: “Nos serviría mucho tener sand boxs regulatorios para analizar temas como el porcentaje de hidrógeno en el blendig con gas natural. En eso nos puede ayudar la Comisión. Y segundo, a nivel internacional existen esquemas tarifarios diferenciales para las industrias intensivas en electricidad, como la del hidrógeno, por lo que se necesita a veces no pagar algunos cargos en la tarifa, luego hay que analizar cuál sería el esquema tarifario para este tipo de proyectos”.
Y es que entre más barata sea la energía renovable más barato es el hidrógeno. Recordemos que en los costos de producción de la molécula la energía representa el 60%, luego es el factor clave de la competitividad.
“Los inversionistas privados ya dijeron queremos estar aquí, desde la Asociación estamos haciendo estudios de certificación, de redes de transmisión, de facility de financiamiento, pero si el gobierno no se pone la camiseta y dice vamos a implementar para pasar del papel al hecho, las inversiones se van a ir para otro país y pierde Colombia, porque solo con la base de los 36 proyectos se crearían casi 30 mil empleos, con una inversión estimada en 45 billones de dólares”, agrega.
Tal vez la última oportunidad que tiene el país de demostrarle al mundo que va en serio con el hidrógeno, la tiene el próximo 28 de abril, cuando en el marco del H2 Tour Colombia se realizarán dos reuniones en Bogotá enfocadas en la exportación. Una es la subasta que hace H2 Global y la otra es la subasta del Banco Europeo.
Por eso, la Asociación Hidrógeno Colombia le hace un llamado de urgencia al Gobierno, que si no se asume el hidrógeno como un tema estratégico, para pasar del papel a la realidad, todo el potencial de llegar a 20 Gw de electrólisis no se va a materializar, y los recursos buscarán otros países más serios, más comprometidos y más estables en lo político, lo jurídico y de seguridad.
“El tiempo apremia, la competencia es feroz y, si no actuamos con celeridad y decisión, perderemos la oportunidad”, concluye Mónica Gasca.