Retrasos, tramitomanía, cancelación de proyectos y una falta de coordinación entre los sectores público y privado, es lo que tiene frenado el impulso de las energías renovables en Colombia. Una situación que podría desembocar en un riesgo de desabastecimiento estructural en 2027.
Pese a que las energías renovables han venido creciendo en Colombia y se han consolidado, particularmente, a través de las subastas, hay muchos proyectos que deberían haber entrado en operación y muchos otros que deberían estar en construcción, y no lo están. De hecho, de las subastas de renovables ningún proyecto ha entrado a la fecha. Ese es el principal problema que enfrentan las energías alternativas en el país.
Así lo aseguró José Antonio Vargas, presidente del Consejo Mundial de Energía, capítulo Colombia, durante la inauguración del Séptimo Encuentro Renovables Latam, que se realiza en Barranquilla.
“Estamos teniendo problemas no tanto para que surjan los proyectos y se adjudiquen sino para que en la realidad entren en operación, ese es nuestro principal problema hoy en día”, aseguró Vargas.
De hecho, recordó que Enel Colombia suspendió indefinidamente hace un año la construcción del parque eólico Windpeshi (205 MW) en La Guajira, por la imposibilidad de acceder al proyecto, pues debido a los bloqueos por parte de las comunidades, solo podían trabajar un 50 por ciento del tiempo.
Para el directivo, los cuellos de botella están perfectamente identificados, y éstos son en términos de licenciamiento ambiental y social. “Ahí juegan un papel fundamental las autoridades nacionales y regionales, el gobierno en general, acompañando hasta donde sea posible la realización de estos proyectos, ese es el principal reto que tenemos en este momento”, dijo Vargas.
Por su parte, Alexandra Hernández, presidente Ejecutiva de SER Colombia, dijo que el 2024 es muy importante con mega vatios (MW) puestos en el mercado. “Este año esperamos entrar en operación 22 parques solares, 13 de ellos con 1.100 MW, ya están entregando energía y los otros 9 ya iniciaron construcción. Su puesta en marcha podrá suplir el consumo de 2,5 millones de colombianos, y a eso debemos sumar 44 proyectos que están en etapa de desarrollo y deben iniciar construcción entre 2024 y 2025, los cuales triplicarían la generación con renovables, pero otra historia estaríamos contando si los proyectos de La Guajira hubieran podido entrar a tiempo”.
Agregó que “esto evidencia que estamos construyendo un futuro renovable para Colombia, a pesar de las dificultades: los largos tiempos de entrada, los procesos de trámites y muchas veces reprocesos para arrancar los proyectos”.
“Por ello, urge trabajar articuladamente para adelantar los trámites que se requieran para poner en marcha los proyectos que están en construcción, que se abra un nuevo mecanismo de contratación a largo plazo, se simplifiquen los procesos de conexión a la red y se expidan las reformas regulatorias ya identificadas, especialmente cuando el consumo de energía eléctrica viene creciendo dos veces más que la capacidad de generación y se prevé que a partir de 2027 se presente un riesgo de desabastecimiento estructural”.
Pero para Vargas, las cifras no son alentadoras en materia de energías renovables. Aunque señaló que la baja tasa de ingreso de nuevos proyectos no es un fenómeno colombiano sino a escala mundial, según datos de XM, de los 1,8 GW nuevos que se esperaban en 2021 solo ingresó el 7 por ciento; para el 202 solo fue le 28% del total esperado (3,6 GW), y en el 2023 la cifra fue aún más baja, porque de los 6,6 GW que debían ingresar, efectivamente solo lo hizo el 17% (1,1 GW).
Vargas concluyó que “si de los 4,4 GW asignados en la última subasta de cargo por confiablidad 2027-2028, se les aplica el porcentaje de ejecución más optimista (28%), tendríamos un total de 1,2 GW, estaríamos comprometiendo la seguridad de nuestro país”.