Colombia, una reserva forestal en potencia

Como en tantos otros frentes, Colombia podría ser una potencia mundial en materia forestal; sin embargo, los años pasan y se siguen contando décadas perdidas.

El sector forestal en Colombia tiene inmensas bondades desde cualquier ángulo que se le mire. La conservación de bosques nativos y la plantación comercial es el mejor vehículo contra la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero; además, por ser uno de los pocos países en el mundo que cuenta con tierras para la expansión agrícola, tiene el potencial de multiplicar la generación de empleo, los recursos económicos y la sustitución de exportaciones; y hasta en la arquitectura, la madera es el material más sostenible de la construcción, pero no se utiliza en el país.

No obstante, pese a este inmenso potencial, nunca ha sido tomado en serio por los gobiernos. Los años pasan y el país sigue a la espera de políticas públicas que lo conviertan en una potencia forestal.    

En el reciente primer congreso del sector que organizó la Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas), se señalaron las enormes potencialidades del área forestal.

Efectivamente, Juan Miguel Vásquez, director Ejecutivo de Fedemaderas, señaló que Colombia cuenta con 538 mil hectáreas en plantaciones forestales comerciales y cerca de 70 mil hectáreas en aprovechamiento del bosque natural; pero en bosque natural se podría llegar a 4 millones de hectáreas y en plantaciones a 7,5 millones de hectáreas.

En términos de empleo, para un periodo de treinta años, pues la industria forestal es un negocio de largo plazo, se podría pasar de los actuales 170.000 empleos directos e indirectos y otros 23.000 en la cadena de transformación, a cerca de 2,5 millones de empleos formales e informales.

JUAN MIGUEL VÁSQUEZ, director Ejecutivo de Fedemaderas

Las oportunidades del sector están identificadas desde hace años. Fedemaderas considera que para hacerlas realidad se debe tener un único responsable institucional en el tema de la reforestación con plantaciones comerciales, al igual que un único responsable del manejo sostenible de los bosques naturales.

Y es que en la institucionalidad, las responsabilidades están muy particionadas. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que tienen un poco de liderazgo con el Servicio Nacional Forestal, está enfocado sustancialmente en bosque natural; el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural sigue más tímidamente enfocado en plantaciones forestales, y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo planteará propuestas en lo que el Gobierno llama la reindustrialización.

“Nosotros como Fedemaderas lo que buscamos es que nos tenemos que sentar los cuatro en la misma mesa para conectar todos los vértices y no tener cada vértice por separado”, dice Vásquez.

Si bien el Gobierno ha acogido la propuesta en lo que ha denominado Agencia para el Desarrollo del Servicio Nacional Forestal, que está consagrada en las líneas base del Plan Nacional de Desarrollo, tal como fue presentada al Congreso, es una agencia que dependería del Minambiente, pero Fedemaderas considera que debe depender de una instancia superior, directamente de Presidencia, porque es una agencia o rectoría única forestal que tiene que unir bosque natural, plantaciones y comercialización e industrialización, “porque, finalmente, la bioeconomía no es ni de Hacienda ni de Educación ni de Comercio, sino de país.”

Deforestación, la otra cara de la moneda

En el tema de deforestación, Vásquez destaca que en la última década el ritmo ha bajado a una tasa de crecimiento anual del 4,5%, mientras que hace diez años la tasa de deforestación era del 8% anual. Sin embargo, esta actividad criminal cobra cada año 120 mil hectáreas.

Para el dirigente gremial, el fenómeno de la deforestación debe ser abordado como un problema económico. “Eso quiere decir oportunidades económicas en el campo para las comunidades, para que no se presten para las mafias y tengan una alternativa mucho más productiva, y eso se hace con base en más núcleos, llegar a unos cien núcleos de aprovechamiento de bosque natural”, señala Vásquez.

Exportaciones, una mina sin explotar

En materia de bioeconomía, Colombia ocupa el cuarto lugar en Latinoamérica, muy por debajo de otros países, pero, el mundo y especialmente los Estados Unidos, demandan maderas y productos derivados. Luego, en materia de exportaciones existe un enorme potencial.

En la balanza comercial, el forestal apenas llega al 0,2%, pero si se desarrolla el sector los cálculos del gremio estiman que podría representar 1,7 veces las exportaciones de café o un 40% de las exportaciones de carbón.

Finalmente, Vásquez señala que el forestal es un sector sobre diagnosticado, y que el siguiente paso debe ser tener un sector más integrado: bosque natural, plantaciones, comercio e industrialización, con una política pública y seguridad jurídica, que parta de una relación armónica con el gobierno, y también con actores internacionales que están dispuestos a invertir.

Mientras la mayoría de países del mundo usan comercialmente sus bosques naturales, Colombia les ha dado la espalda.

Pese a que desde el 2000 se diseñó un Plan de Desarrollo Forestal, los años pasan y el país sigue en el sueño de los justos, a la espera de algún día convertirse en una potencia forestal.