‘El gas natural en Colombia está en el filo de la navaja’: Naturgas

A partir de 2025 el país comenzará a depender de las importaciones de gas, hasta tanto los proyectos offshore del Caribe entren en producción. No queda margen para el error.    

Por: MARTÍN ROSAS

En el filo de la navaja o transitando por la cornisa está el sector del gas natural en Colombia. Así lo aseguró Luz Stella Murgas, presidente de la Asociación Colombiana del Gas Natural (Naturgas).

Y es que para nadie es un secreto que las reservas de gas natural vienen cayendo desde hace unos doce años, por lo que cada día la estrechez entre la oferta y la demanda se hace más evidente.

El primero de diciembre se vencen algunos contratos en firme y, además, en el más reciente proceso de negociaciones, los grandes productores no ofertaron cantidades disponibles, incluido Ecopetrol que participa con cerca del 80 por ciento de la oferta.

En ese orden de ideas, el déficit estimado para 2025 es de 120 millones de pies cúbicos diarios (MPCD), por lo que el sector tendrá que echar mano de otras opciones.

De acuerdo con el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, la empresa estatal liberará unos 40 MPCD por menor consumo dentro de las operaciones de la petrolera.

Por otro lado, en el más reciente informe del Gestor del Mercado de Gas se declaró una disponibilidad de otros 40 MPCD de gas importado, a través de la planta de regasificación en Cartagena de la Sociedad Portuaria El Cayao (SPEC).

Con estas cuentas alegres de la lechera, el país recibiría el nuevo año con un déficit de 40 MPCD, que podrían ser suplidos por campos menores o en pruebas extensas, aunque esta última modalidad no da firmeza.

“Además, los comercializadores y distribuidores no pueden, por regulación, contratar este gas para atender la demanda regulada, so pena de incurrir en sanciones, pues la norma les exige que ese gas sea en firme”, señala Murgas.

De tal suerte que, luego de 45 años de suministro confiable del gas nacional, a partir de 2025 el país comenzará a depender de las importaciones hasta que los proyectos del offshore del Caribe entren en producción, y no quedará margen para el error.     

“Cualquier fallo en el sistema, por un bloqueo de una comunidad, por falta de una licencia ambiental o por falta de construir infraestructura a tiempo, va implicar que el mercado se va estrechar cada vez más, razón por la cual la planeación de este sector no puede ser de un día, un mes o de un año; tiene que ser de mediano y largo plazo, y lo que estamos evidenciando al primero de diciembre es que hay un déficit de gas en firme, que está ratificado en las cifras del Gestor del Mercado y se va a mantener hasta que entre el gas costa afuera”, dice Murgas.

Tarifas al alza

Y el que pagará los platos rotos será el consumidor final. De acuerdo con cálculos realizados por Naturgas, respecto del impacto en las tarifas al usuario existen dos escenarios.

En el primer escenario, si los faltantes se llenan en un 50% con gas importado y 50% con gas nacional, los incrementos en la tarifa al usuario final pueden estar entre 20 y 25%.

En el segundo, si se llenan los faltantes en un ciento por ciento con gas importado (que, entre otras cosas, no se puede hacer por falta de capacidad de la planta de SPEC), el incremento de tarifas estaría entre 30 y 35%.

“El problema del déficit es que no estamos produciendo el gas suficiente para atender la demanda… La producción está declinando y eso es lo que genera el déficit, que va a darse hasta que entre el gas costa afuera en 2029, si todo funciona como está previsto”, sostiene Murgas.

En materia regulatoria, la dirigente gremial señaló tres medidas que se deberían tomar para afrontar la situación de escasez que se le viene al país.

La primera es permitir a los distribuidores que utilicen las cantidades ofertadas por campos en pruebas extensas, siempre que el productor se comprometa a venderlas de manera continua, asumiendo el riesgo de las interrupciones, pero que no incurran en penalidades.

La segunda es firmar el decreto por parte del Gobierno, que permita comercializar el gas importado a largo plazo y, adicional, este habilitaría la comercialización del gas costa afuera de manera anticipada.

Y la tercera es la regulación en torno a la comercialización del gas importado, que permita suscribir contratos a un año o más para tener precios competitivos, y también que se homologuen las condiciones en las que ese gas se contrata en el mercado internacional con las condiciones que se exigen en el mercado local, de tal manera que no llegue más costoso de lo normal.

Llegó el fin de año y las oraciones deben rogar porque la lechera no se tropiece y se le rompa el cántaro, para que los 36 millones de consumidores de gas no lloremos sobre la leche derramada.