Un panorama de la actualidad del gas natural licuado (GNL) en el mundo se dio en el tercer Foro Internacional GNL Global, que se realizó en Cartagena del 2 al 4 de octubre.
Un nuevo mapa del gas natural licuado (GNL) en el mundo se está configurando desde hace dos años. Y es que la ralentización en el crecimiento de China e India, la urgencia de abastecimiento de gas por parte de Europa occidental a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, la aparición de nuevos mercados y la necesidad de todos los países de tener seguridad energética al tiempo que avanzan en la descarbonización, ha generado un nuevo mapa del GNL.
Martha González, senior advisor, Int. Affairs Manager de la Unión Internacional del Gas (IGU por su sigla en inglés) señaló como primer gran cambio la superación de los Estados Unidos a Qatar como segundo exportador mundial de GNL en 2022. Australia mantiene el primer lugar. Entre los tres países concentran el 60% de la oferta mundial del combustible.
También señaló que actualmente existe una capacidad aspiracional de licuefacción
de 997 millones de toneladas año (Mta), donde Norteamérica aportaría 611 millones de toneladas, con cerca de 50 millones de toneladas en México. Y es que en el país azteca se están desarrollando varios proyectos de licuefacción, con gas proveniente de los Estados Unidos, más otros que están en etapa de estudio que, de llegar a concretarse, convertirían a México como el cuarto mayor exportador de GNL.
Por el lado de la demanda, Asia Pacífico sigue siendo la mayor región importadora de GNL, con 161 Mta, destacando que en 2022 Japón destronó del primer lugar a China como demandante del combustible líquido. De hecho, los mercados de China e India, que habían tenido un alto crecimiento en 2021, tuvieron reducciones del 19% y el 18%, respectivamente, en 2022. Por su parte, Filipinas y Vietnam has descollado como nuevos mercados del GNL, desde finales de 2021.
Por el lado de Europa, a raíz del conflicto Rusia-Ucrania, más de diez países han aparecido en el mapa del comercio mundial de GNL, incluidos Alemania, Países Bajos, Francia, Italia, Finlandia y Croacia, que comenzaron a construir nueva capacidad de regasificación, 70% de la misma ha venido a través de terminales flotantes, debido a la urgencia de expandir esa capacidad y acelerar la desconexión de Rusia.
En concreto, 2022 terminó con cerca de 44 nuevas terminales flotantes y offshore de regasificación, lo que permitió la ampliación de las importaciones globales en 177 Mta, lo que supone un 18% de la capacidad total de regasificación mundial.
Respecto a la flota de GNL, el mundo cuenta con 668 buques, que incluyen los grandes metaneros. En consecuencia, el número de viajes de GNL se incrementó en 2,7% durante 2022, con la aparición de un fenómeno: el de los cargamentos flotantes, que son barcos que deambulan por los mares de Europa a la espera de un comprador.
Pero los cambios de los últimos años también trajo acompañado un efecto negativo: la gran volatilidad en los precios del GNL, con cotizaciones nunca antes vistas. Esto comenzó a finales de 2021 y durante el 2022 el TTF, indicador de los precios para Europa, tuvo un promedio de 34 dólares el millón de BTU (MBTU), con un máximo de 85 dólares el MBTU y un mínimo de 19 dólares el MBTU. A finales de octubre de 2023 la cotización había caído a 11 dólares el MBTU.
Finalmente, qué viene para el futuro del sector. Según Martha González, el sector del GNL debe continuar su propio proceso de descarbonización, evitando las emisiones de metano y avanzando en la compensación de emisiones. “Además, siendo un sector de alto riego e intensivo en capital, necesita señales de inversión claras y políticas estables, que permitan monetizar las reservas de aquellos países que cuentan con el recurso”, dijo González. Especial atención merece Asia, el continente más poblado y el que tiene las mayores emisiones, dado que su generación eléctrica a carbón está entre el 60% y el 70% en la mayoría de los países, por lo que la descarbonización del planeta pasa necesariamente por el continente asiático, y allí en el GNL tiene un papel protagónico.