Colombia tiene gas natural, pero para incorporarlo hay que tomar medidas para liberarlo de las trabas que no le permiten un desarrollo, y construir obras que son necesarias y que están estancadas por diferentes motivos.
28 de noviembre de 2019. Esta es tal vez la gran conclusión del Foro TGI 2019 que se realizó el pasado 26 de noviembre en Bogotá, donde se debatieron las perspectivas del gas natural en Colombia, cuyos mayores problemas actuales son la percepción de escasez y la caída sostenida de las reservas en los últimos años.
Ante la declinación de producción de los grandes depósitos de Colombia: Ballena y Chuchupa en La Guajira, y próximamente Cusiana y Cupiagua en el piedemonte llanero, la gran pregunta que se hace el sector es de dónde saldrá el gas que requiere el país.
Ricardo Ramírez, director de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) sostuvo que en el corto plazo la cuenca del Valle Inferior del Magdalena es la primera opción de suministro, pero resaltó que se deben construir obras que le den confiablidad al sistema, como las bidireccionalidad de los gasoductos entre Barrancabermeja-Ballena y Cartagena- Ballena, la conexión entre los sistemas de TGI y Promigas, y la construcción de la planta de regasificación de Buenaventura.
Orlando Cabrales, presidente de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), señaló que con base en información de la Agencia Internacional de Energía, la demanda de gas natural crece cuatro veces más que la de petróleo.
“Colombia tienen gas, pero hay que desarrollarlo, por seguridad energética, por la regalías y los impuestos que le deja al país, y por los empleos que genera, entre otras razones”, dijo Cabrales y señaló que Colombia cuanta con varias alternativas de suministro: la campaña exploratoria que se desarrolle con base en la reciente asignación de áreas por parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), los pilotos de fracking y la posibilidad de que el país ingrese a la dinámica internacional de gas natural licuado (GNL).
Pero aclaró que cualquiera de estas alternativas de suministro debe contemplar el tema de la competitividad, es decir, que compitan por precio en igualdad de condiciones.
Por su parte, Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) dijo que el gas representa una gran oportunidad para el país en los ámbitos social, ambiental y económico. “El país tiene un gran potencial por desarrollar, para satisfacer la demanda interna y exportar, inclusive, pero hay desafíos concretos: la infraestructura, la integración de los dos sistemas de gasoductos, la bidireccionalidad, la conexión de algunos campos a los sistemas de transporte, extender la red de gasoductos y revisar el tema de tarifas”, dijo.
Rodolfo Anaya, presidente de Vanti, también coincide con que en el corto plazo la primera acción es que se conecten los dos sistemas de transporte, separados por apenas 20 metros, que se conecten campos menores a los gasoductos, otros campos más grandes como Cóndor en el piedemonte, con reservas entre media y un tera de pies cúbicos, y en el mediano plazo el desarrollo del bloque Tayrona off shore, donde Ecopetrol encontró gas en el pozo Orca, frente a las costas de La Guajira, con un potencial de 3 millones de pies cúbicos.
Para Alejandro Ossa, director Ejecutivo de Invest Pacific, existen 65 proyectos de inversión, principalmente industriales, en el Valle del Cauca, con inversiones estimadas en 500 millones de dólares, que generarían más de 7.000 empleos, pero un tema clave para que esos proyectos se hagan realidad es la seguridad en el suministro de energía.
Sobre la planta de regasificación del Pacífico, Ossa recomienda que se separen los dos componentes, la planta como tal y el gasoducto entre Bunaventura y Yumbo, y propuso habilitar el ferrocarril, no solo para transportar el gas sino otros productos, mientras se construye el gasoducto.
Por su parte, Marc Erb, trader de Trafigura, resaltó que en el mediano y largo plazo Colombia debe garantizar las inversiones en infraestructura de transporte y ofrecer seguridad jurídica y regulatoria, además de que el sistema debe tener redundancia.
En la instalación del Foro, Astrid Álvarez, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB) dijo que el negocio de gas natural sigue creciendo, independientemente de las reservas, y que por eso es clave que se garantice el suministro con gas interno o externo.
“Necesitamos más oferta y estimular demanda. Somos un país donde coexisten dos sistemas de transporte de gas natural: Interior y la Costa. Hay que promover un sistema con verdaderas reglas de igualdad y competencia, además de permitir la integración vertical”, dijo Álvarez.
En conclusión, el potencial de crecimiento de la oferta y la demanda de gas natural son enormes en el país, pero se debe dar agilidad a las diferentes alternativas de suministro, sin que sean excluyentes. En el corto plazo la tarea es concretar la bidireccionalidad y la conexión de los dos sistemas de transporte, conectar campos existentes que reinyectan el gas y aprovechar las oportunidades del creciente mercado internacional de GNL.