La canciller alemana Angela Merkel se está poniendo las pilas para adelantar el futuro de la movilidad eléctrica en Alemania. El gobierno pretende instalar hasta un millón de puntos de recarga hacia la próxima década para impulsar la adquisición de vehículos eléctricos.
17 junio de 2020. Ante el impacto económico del COVID-19, alcanzar esta meta de innovación no será sencillo. Merkel impulsa una reforma que consta en la concesión de apoyos económicos por hasta 6 mil euros a quienes compren un auto eléctrico.
Así mismo, buscan elevar el número de terminales de recarga de vehículos a 1 millón, frente a las 27 mil 730 actuales.
Los analistas consideran que la falta en la infraestructura de recarga es la principal barrera para que los consumidores abandonen los combustibles fósiles.
El sector del transporte es responsable de una cuarta parte de los gases de efecto invernadero, y quiere que las emisiones netas de carbono sean nulas hacia el 2050.
Ese objetivo implica que en las carreteras de la Unión Europea haya 30 millones de automóviles con batería eléctrica para 2030, un tercio del tráfico total.
Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, todavía representan menos de uno de cada 10 matriculaciones de vehículos.
Los aproximadamente 6.1 millones de puntos de carga que algunos analistas calculan que se necesitan para tener 30 millones de vehículos eléctricos, es 37 veces el nivel actual de la Unión Europea, que es de alrededor de 165 mil.
El análisis propone que hasta tres cuartas partes de los puntos de carga estén en las casas de los propietarios de autos o en sus lugares de trabajo y que las empresas paguen por estos últimos, esto implicaría un costo de alrededor 23 mil millones de euros, según un cálculo de Breakingviews utilizando cifras de Eurelectric.
Esas cifras son solo el 2 por ciento de los 1.1 billones de euros proyectados en el presupuesto conjunto de la Unión Europea hasta el 2027.
Una considerable parte de los puntos de carga de la Unión Europea se concentran en el Reino Unido, Alemania y Francia, lo que implica un gasto más alto para países como Italia.
El plan hacia el futuro de Alemania merece reconocimiento, sin embargo, el resto de Europa corre un enorme riesgo de quedar rezagado.
Tomado de ‘El mundo al instante’.