Hoja de Ruta: El gas natural será necesario hasta el 2050

TGI, el GEB y el CREE presentaron la ‘Hoja de Ruta para el Gas Natural en Colombia’, donde se destaca el papel que desempeñará en la transición energética de aquí hasta mediados del siglo, y señala una serie de recomendaciones al Gobierno.

Se avecina un fenómeno de El Niño, que pondrá a prueba el sistema energético del país, además la industria de hidrocarburos espera señales claras de parte del Gobierno, empezando porque se publiquen las reservas de petróleo y gas, y la tan mencionada transición energética justa, cuya hoja de ruta había anunciado el Ministerio de Minas y Energía para mayo, pero que ahora solo se conocerá hasta comienzos de 2024.

En ese entorno, el tema energético va estar en el centro del debate el próximo año, señala Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB). Por eso, agregó, “en el tema del gas natural, dependemos de una señal esencial: que el volumen y las reservas se conozcan y sean suficientes para atender las necesidades futuras.”

Y es que el estudio realizado por la Transportadora de Gas Internacional (TGI), en conjunto con el GEB y el Centro Regional de Estudios de Energía (CREE), concluyó que el gas natural no solo es el combustible de la transición energética, sino que será protagonista de la matriz energética por lo menos hasta mediados del siglo.

Los resultados del trabajo conjunto se presentaron en la ‘Hoja de Ruta del Gas Natural en Colombia’, que confirma la importancia de este combustible en la transición energética y su rol durante los próximos 30 años.

La Hoja de Ruta plantea retos y recomendaciones para que el país pueda cumplir la ambiciosa meta de cero emisiones para el 2050, aportando elementos para la toma de decisiones con base en escenarios realistas de cara a costos, disponibilidad y tiempos de entrada de las renovables y nuevas tecnologías.

“Con la Hoja de Ruta para el gas natural que entregamos al país, aportamos a la construcción de políticas públicas que garanticen el desarrollo de una transición energética justa, sostenible, ordenada y competitiva, en la que todos los colombianos nos involucremos y entendamos la importancia de cambiar nuestros hábitos de consumo y producción, para descarbonizar la economía”, asegura Mónica Contreras Esper, presidente de TGI.

En la hoja de ruta se concluye que el gas natural es el energético que habilitará la transición, al ser un combustible de bajas emisiones y que ayuda a mejorar la calidad del aire al emitir menos cantidad de material particulado que el carbón y el diésel.

Asimismo, es asequible, está disponible y ayuda a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) entre un 35% y 50%. Por eso, las tres entidades coincidieron en que, sabiendo que el país tiene yacimientos suficientes, se deben habilitar nuevos contratos de exploración, para que no se dependa de las importaciones, con lo que eso implica tanto en mayores costos para los usuarios como en la pérdida de la seguridad energética.

El estudio evidencia que el gas natural cuenta con la infraestructura y la capacidad instalada para garantizar la oferta y atender la constante demanda que aún no alcanzan a cubrir energías renovables como la solar y la eólica; y que en sectores como el transporte de carga y la industria es la única opción disponible para iniciar la descarbonización sin afectar su operatividad.

“Apostar por el gas natural es aportarle a la transición energética. Uno de los pasos más importantes es tener certeza sobre la disponibilidad del recurso, por lo que hay que mantener los criterios de seguridad y confiabilidad en la oferta y demanda del gas natural. Si logramos diversificar las fuentes, tener certeza sobre las reservas probadas y desarrollar infraestructura de importación, podremos tener un mercado dinámico y competitivo”, agrega Contreras.

Recomendaciones

La Hoja de Ruta del Gas Natural propone 22 acciones a corto, mediano y largo plazo que se deben realizar en un trabajo coordinado entre empresas del sector, el Ministerio de Minas y Energía, el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Ciencias, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio del Interior, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la Superintendencia de Industria y Comercio, la Unidad de Planeación Minero Energética, la Superintendencia Servicios Públicos Domiciliarios, la ANLA, los gremios y los Centros Investigación de universidades.

Entre las principales recomendaciones están la flexibilización de marcos regulatorios para dinamizar el mercado, fomentar la competencia y permitir la conexión de nuevos usuarios para cerrar brechas sociales.

Actualmente el gas natural llega a más de 10 millones de hogares en Colombia; sin embargo, aún hay un fuerte trabajo para sacar de la pobreza energética a 1.6 millones de hogares que cocinan con leña. El sector hoy está en la capacidad de impulsar programas de regasificación rural y llegar a los más de 300 municipios que hoy no tienen acceso al gas natural.

Respecto a los escenarios que estima la Hoja de Ruta para el gas natural, se concluye que este energético tiene un rol predominante hasta en la situación de mayor restricción. Se evidencia la necesidad de duplicar el consumo en los próximos 20 años, por eso lo urgencia de incrementar las reservas probadas y diversificar fuentes, tener un sistema confiable y adaptado, avanzar en la sustitución de consumos industriales, e impulsar el ascenso tecnológico en el transporte de carga hacia vehículos dedicados a gas.

“Hay que planificar las inversiones y acompañar a la demanda en su proceso de sustitución de energéticos, el cual tarda cerca de 30 años. Nuestra propuesta puede complementar los esfuerzos actuales del Gobierno en la creación de su Hoja de Ruta para la transición energética. Somos conscientes de que es un trabajo en el que debemos participar diversos sectores y en el que garanticemos abastecimiento. La energía más costosa es la que no se tiene, por lo que mientras se avanza en el desarrollo de nuevas fuentes renovables, debemos generar incentivos y programas de apoyo técnico para las sustituciones de consumos industriales y lograr su descarbonización”, concluye la presidente de TGI.

Por su parte, y pese a aque el Gobierno se ha enfocado en la descarbonización del sector energético, el presidente del GEB indicó que la matriz energétcia del país es limpia en más del 80%, y reiteró que los sectores que más contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero son la deforestación, el cambio en el uso del suelo y el transporte. Ahí es donde se debrían enfocar las prinicpales acciones si se quiere cumplir las metas de reducción de emisiones a 2030.

Agregó Ortega que, por cuenta del transporte, Bogotá es la ciudad de América Latina con la peor calidad del aire, con lo que eso implica para la salud pública.