Política Energética: Recomendaciones a los candidatos

La Asociación Colombiana de Ingenieros (ACIEM) pone a consideración de los candidatos presidenciales recomendaciones de Política Energética para el cuatrienio 2022-2026.

12 de mayo de 2022.   La Ley de Transición Energética de 2021 ha comprometido al Gobierno a alcanzar las metas del Acuerdo de París en el 2030, lo cual es inalcanzable para esa fecha por las múltiples tareas asignadas al país, relacionadas con la declaratoria de proyectos de interés nacional y estratégico; el desarrollo de la energía geotérmica; los energéticos alternativos de origen orgánico y/o renovable; incentivos a la movilidad eléctrica; impulso a los vehículos de bajas y cero emisiones en el transporte terrestre; el desarrollo del hidrógeno; el sistema público de proyectos y la implementación del fondo de energía, FonEnergía.

En opinión de ACIEM, es necesario:

  Propender por un sistema energético balanceado, donde todas las fuentes de energía existentes en el país participen en la atención de la demanda, asegurando la confiabilidad requerida.

  Fortalecer la capacidad institucional del Ministerio de Minas y Energía y agilizar los trámites de los proyectos eólicos y solares para que se ejecuten e interconecten con la prontitud que requiere el Plan de Expansión de Generación y Transmisión de energía eléctrica.

Focalización de subsidios

El Fondo de Solidaridad y Redistribución de Ingreso de la Nación, creado por la Ley 142 de 1994, está en grave déficit y se ha venido incrementando en la medida en que la industria quedó exenta de contribuir, de tal forma que resulta urgente para el presupuesto de la Nación aplicar los nuevos criterios de focalización de subsidios, esto es, aumentar el porcentaje de subsidio a los más pobres y ajustar el porcentaje de subsidio a quienes no lo requieren.

Confiabilidad del sistema eléctrico

Las incertidumbres del proyecto Hidroituango que apenas recientemente comienzan a despejarse, así como los riesgos que han tenido que afrontar las comunidades localizadas aguas abajo y su impacto en el abastecimiento de energía eléctrica al mercado, han arrojado dudas sobre la confiabilidad del sistema eléctrico nacional.

La confiabilidad es el principal objetivo de política energética en el sector eléctrico y para lograrla, es necesario tener en cuenta:

  Los proyectos de energías renovables suministran energía al sistema en la medida que la radiación solar y el viento lo permitan. Por esta razón no son energías firmes cuyo suministro esté garantizado de manera permanente. Considerando la gran cantidad de estos proyectos que van a entrar en operación en los próximos años, el sistema eléctrico debe tomar las medidas necesarias para el óptimo aprovechamiento de estos recursos, sin poner en riesgo la confiabilidad. Las energías hídricas, gas natural y carbón fortalecerán el sistema de generación eléctrica.

  Los problemas de Hidroituango no deben convertirse en obstáculo al desarrollo de futuros proyectos hidroeléctricos. Colombia debe tener en cuenta el importante potencial de generación hidráulica, el cual debe desarrollarse a mediano y largo plazo, con criterios que consulten los intereses del país y de las comunidades localizadas en la zona de influencia.

Planta de regasificación y confiabilidad del abastecimiento

Preocupa la pérdida de competitividad del gas natural frente a otros energéticos, lo cual ha ocasionado que la industria nacional igualmente pierda competitividad; se subutilice la infraestructura de gasoductos y se regrese a la utilización de combustibles líquidos más contaminantes e ineficientes.

Preocupa el aprovisionamiento de gas natural y el plan de instalar una Planta de Regasificación en la costa Pacífica por ser ineficiente, costosa y riesgosa para el país. Además, las incertidumbres ambientales derivadas de la construcción del gasoducto Buenaventura-Yumbo sugieren una estrategia de dos vías:

  Es necesario identificar mayores reservas probadas de gas natural costa afuera y en tierra firme e incentivar su desarrollo, así como articular el acceso al mercado internacional.

  Con el fracaso de la convocatoria de la Planta de Regasificación del Pacífico a finales de 2021, se hace necesario encontrar una solución alternativa ante la amenaza de restricciones en la oferta de gas natural en los próximos años, como consecuencia del decrecimiento de la producción de gas en el país y muy especialmente de los campos de La Guajira.

ACIEM propone evaluar la posibilidad de utilizar otros puertos en el mar Caribe con posibilidad de admitir buquetanques con gas natural licuado, así sea de manera temporal, y con posibilidad de utilizar el gasoducto Ballena-Barrancabermeja a fin de conjurar los déficits que se prevén en los próximos años.

Este punto es crítico para el nuevo gobierno y deberán tomarse, a la mayor brevedad, las decisiones adecua- das, con el fin de evitar la posibilidad de un faltante para atender la demanda de gas natural nacional.

De otra parte, es urgente limitar o eliminar las posiciones dominantes y la integración vertical en el transporte, distribución y comercialización, y en la conveniencia de tener un solo mercado nacional integrado. Así mismo, es necesario concretar los pilotos de fracking y las oportunidades para el gas natural en el mediano y largo plazo.

Carbón

Colombia debe diseñar su propia estrategia en el tema del carbón, incluyendo el sector eléctrico, las exportaciones y la carboquímica. Este energético representa el 16% de las exportaciones; el 1% del Producto Interno Bruto (PIB); aporta casi $2 billones en regalías anuales y atiende la demanda de combustibles de los sectores de electricidad e industria en un 7%.

Aprovechando los avances tecnológicos en control de emisiones, ACIEM plantea incluir el carbón en la matriz eléctrica e impulsar el uso de este recurso en las plantas de generación de energía de gran escala.

Hay que señalar que países como Japón, China e India, entre otros, están haciendo uso intensivo de este recurso energético en sus sistemas de producción. De otra parte, el encarecimiento del gas natural, en vista de los conflictos en la zona oriental de Europa, está llevando a varios países a poner los ojos nuevamente sobre el carbón.

ACIEM considera que las lecciones aprendidas de diferentes países son útiles para Colombia en la construcción de una visión propia acerca de la forma como este energético se podría aprovechar, teniendo reservas para más de 200 años.

Lo que no debe ocurrir es seguir con una política energética nacional que no define con claridad lo que se pretende con el carbón, sabiendo que muchas familias dependen del carbón para su sustento. Este panorama merece del próximo gobierno una política clara y con visión de largo plazo.

Petróleo y Gas Natural

Colombia debe fortalecer la estrategia para mantener una posición competitiva en el mercado internacional de los hidrocarburos, lo cual exige crear las condiciones contractuales para la llegada de nuevas empresas que inviertan en exploración y producción (E&P) en los próximos años, y así mantener no solo la autosuficiencia petrolera sino disponer de un volumen remanente para la exportación.

En los últimos años, el país ha hecho importantes inversiones en exploración costa afuera en el Caribe, por lo que existen oportunidades para crear un hub o eje del desarrollo del gas natural en el país. El sector de los hidrocarburos ha iniciado el camino de la Transición Energética y este es el momento propicio en que la industria debe adaptarse y transformarse, pero de manera ordenada y entendiendo, además, cuál es su papel en el proceso económico colombiano.

Respecto al fracking o técnicas de fracturamiento hidráulico, el país ha trazado la Hoja de Ruta para desarrollar los Proyectos Piloto de Investigación Integral (PPII) sobre los yacimientos no convencionales (YNC) de hidrocarburos. La reglamentación que el Gobierno Nacional expidió en la materia estableció adecuadamente las pautas para su implementación en cuanto a las etapas de los PPII (condiciones previas, concomitante, evaluación, participación ciudadana, acompañamiento institucional, y vigencia).

ACIEM respalda la iniciativa gubernamental de realizar los proyectos piloto de producción de hidrocarburos no convencionales y evaluar los resultados de manera transparente con las comunidades, académicos y sectores de opinión.

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