El 9.º Seminario Internacional de la OPEP se celebrará en el Palacio de Hofburg de Viena, los días 9 y 10 de julio de 2025.
Bajo el lema «Trazando caminos juntos: el futuro de la energía global», el evento llega en un momento crucial para las industrias energética y petrolera globales. Un momento de importantes desafíos, donde se plantean preguntas sobre lo que cada energía puede aportar al futuro, qué tecnologías pueden reducir mejor las emisiones y mejorar la eficiencia, y qué puede hacer el mundo para garantizar el acceso a la energía y a los productos básicos esenciales derivados del petróleo.
“Lo que está claro es que el mundo necesitará mucha más energía en las próximas décadas. Prevemos un aumento del 24% en la demanda energética para 2050, a medida que las economías y las poblaciones crecen, la urbanización se expande, las industrias de alto consumo energético, como la inteligencia artificial, prosperan y, dada la necesidad de llevar energía a miles de millones de personas que aún carecen de ella”, dijo Haitham Al Ghais, secretario General de la OPEP.

Se requieren todas las formas de energía
La OPEP considera que una combinación energética diversificada es la mejor manera de avanzar, pero es vital valorar lo que cada fuente de energía puede aportar en las próximas décadas.
“Las energías renovables, como la solar y la eólica, seguirán ampliando significativamente su papel. Los países miembros de la OPEP apoyan su desarrollo y están realizando importantes inversiones en ellas. Se prevé que la energía nuclear y la hidroeléctrica crezcan en el sector de la generación eléctrica, y habrá más vehículos eléctricos en circulación”, dijo Al Ghais.
Y es que hoy en día, el petróleo y el gas representan alrededor del 55% de la matriz energética mundial, y con el carbón, esta cifra asciende al 80%. Esto es apenas un poco menos que cuando se fundó la OPEP en 1960, a pesar de que el consumo de energía se multiplicó por más de cinco durante este periodo.
Hoy en día, el petróleo constituye el 31% de la mezcla, y se espera que la demanda general crezca a más de 120 millones de barriles por día (mb/d) para 2050, un aumento de alrededor de 17 mb/d respecto de los niveles actuales.
Esto subraya el papel vital que desempeña y seguirá desempeñando el petróleo en la seguridad energética general. La plataforma para salvaguardar esto ahora y en el futuro es la estabilidad del mercado, que es el enfoque principal de la OPEP y sus socios no pertenecientes a la OPEP en la Declaración de Cooperación.
“La estabilidad es vital para ayudar a reducir la volatilidad a corto plazo y crear las mejores condiciones para las inversiones a largo plazo. Solo en petróleo, se requieren inversiones de 17.400 millones de dólares hasta 2050. Es vital que se realicen”, agrego Al Ghais.
La OPEP sigue abogando por un enfoque que abarque todas las energías y todas las tecnologías para ofrecer vías energéticas justas y equitativas para todo el mundo. Para ello, la seguridad energética es fundamental, junto con otros imperativos fundamentales: la asequibilidad de la energía y la reducción de emisiones.
“Alcanzar estos objetivos requiere soluciones realistas, acción decisiva, inversión sostenida y, sobre todo, diálogo y una estrecha cooperación para definir vías energéticas inclusivas para el futuro”, concluyó Al Ghais.