Aunque la inversión extranjera directa (IED) en el sector mostró un crecimiento notable durante el primer semestre del año, la producción de petróleo y gas continúa en terreno negativo, según revela el más reciente Informe de Taladros y Producción de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol).
Efectivamente, entre enero y agosto de 2025, la producción promedio de petróleo fiscalizado alcanzó los 747,3 mil barriles por día (KBPD), lo que representa una caída del 4,2% frente al mismo periodo de 2024, equivalente a 33.000 barriles diarios menos.
La cifra consolida una tendencia descendente que se ha mantenido desde finales del año pasado, marcada por factores operativos, ambientales y sociales.
En el caso del gas natural, el retroceso fue aún más pronunciado. La producción fiscalizada se situó en 1.269 millones de pies cúbicos diarios (MPCD), una disminución del 12,4% respecto al año anterior, mientras que la producción comercializada —aquella efectivamente vendida al mercado— fue de 807,9 MPCD, un 17,7% menor que la de 2024.
Este comportamiento se refleja también en el comercio exterior. Durante los primeros ocho meses del año, las exportaciones de petróleo y derivados totalizaron 8.557 millones de dólares FOB, un 16,7% menos que en el mismo periodo del año anterior. El impacto de la menor producción, sumado a la caída en los precios internacionales, ha reducido el flujo de divisas hacia el país.
Más inversión, pero menos ingresos fiscales
A pesar del panorama productivo adverso, la inversión extranjera directa en el sector petrolero mostró señales positivas. Entre enero y junio de 2025, la IED alcanzó 1.514 millones de dólares, un incremento del 15,6% respecto al mismo periodo de 2024.
Según Campetrol, este aumento refleja la confianza de los inversionistas en la estabilidad del sector, especialmente en proyectos de recobro mejorado y optimización de campos maduros.
Sin embargo, los beneficios fiscales no acompañaron esta tendencia. En el primer semestre del año, las regalías por explotación de hidrocarburos sumaron 3,5 billones de pesos, un 14,9% menos que en 2024.
Esta reducción afecta directamente los ingresos de las regiones productoras, que dependen en buena medida de estos recursos para financiar proyectos sociales y de infraestructura.
Comportamiento reciente
En agosto de 2025, la producción diaria de petróleo se ubicó en 750,1 KBPD, una leve alza del 0,5% frente a julio, aunque aún 3,5% por debajo del mismo mes del año anterior. En cuanto al gas, la producción fiscalizada fue de 1.218 MPCD, con un aumento mensual de 1,9%, pero una caída interanual del 15,1%.
El DANE reportó que las exportaciones petroleras de agosto alcanzaron 960 millones de dólares, una reducción del 25,8% frente a 2024 y del 13,3% frente a julio.
El comportamiento se explica, en parte, por la volatilidad de los precios internacionales: la referencia Brent se mantuvo estable en septiembre en 68 dólares por barril, apenas un 0,1% más que en agosto, pero 8,2% por debajo del valor observado un año atrás.
Taladros, con leve recuperación
En materia de actividad operativa, septiembre cerró con 112 taladros activos en el país, de los cuales 31 corresponden a perforación y 81 a reacondicionamiento. Esta cifra representa un incremento del 2,8% interanual, aunque sin variaciones frente a agosto.
El número de taladros de perforación aumentó en dos equipos respecto al mismo mes de 2024, mientras que los de reacondicionamiento sumaron uno más.
Para Campetrol, el dato evidencia una estabilización en la actividad de campo, impulsada por el repunte parcial de inversiones, pero todavía lejos de los niveles de 2019 o 2022.
Retos en las regiones productoras
El informe también advierte sobre alertas sociales y logísticas en zonas petroleras clave. En departamentos como Antioquia (Yondó), Córdoba (Pueblo Nuevo y Sahagún), Meta (Puerto Gaitán) y Santander (Barrancabermeja), se presentaron bloqueos y retenes ciudadanos que exigen certificados de residencia para la contratación de personal y la compra de bienes y servicios locales.
Estas acciones, aunque impulsadas por demandas de empleo regional, han afectado el movimiento de equipos y la normalidad operativa de los campos, generando demoras y sobrecostos en las operaciones.
Sector en transición
En conjunto, los datos confirman que el sector petrolero colombiano enfrenta un año de ajustes. La caída en la producción y en las exportaciones contrasta con el aumento en la inversión extranjera y la relativa estabilidad del número de taladros.
El país sigue dependiendo en gran medida de los ingresos provenientes de los hidrocarburos, pero la disminución de regalías y de divisas exportadoras podría reabrir el debate sobre la necesidad de acelerar la diversificación energética y fortalecer la seguridad jurídica para mantener la confianza inversionista.
El cierre de 2025 será crucial para determinar si la industria logra revertir la tendencia descendente o si el sector entra definitivamente en un nuevo ciclo de menor producción estructural.