Se está configurando una tormenta perfecta que acecha al sistema eléctrico de Colombia, que podría llevar a un racionamiento de energía entre enero y marzo de 2025, el cual podría anticiparse como lo ha reiterado el Contralor en un reciente pronunciamiento.
Por: AMYLKAR D. ACOSTA*
La advertencia del Contralor es clara: “Si los Ministerios de Hacienda y Minas y Energía, así como las demás entidades competentes como la Superintendencia de Servicios Públicos, no toman las medidas y decisiones pertinentes, la situación financiera de los prestadores puede generar una inminente cesación en la prestación del servicio de energía, perjudicándose los usuarios”.
Fundamentalmente se refirió a la acuciante situación financiera a la que estaban expuestas las empresas prestadoras del servicio de energía debido al lastre que les significa la suspensión del cobro de la deuda contraída por los usuarios por concepto de la opción tarifaria, que ronda los $5 billones, pues a pesar del anuncio del presidente Petro y su ministro de Minas y Energía en el sentido que el Gobierno Nacional asumiría dicha deuda correspondiente a los estratos 1, 2 y 3, que asciende a $2,8 billones, hasta la fecha aún está en veremos.
Y, para agravar la situación, el Gobierno Nacional le adeuda a las empresas prestadoras del servicio de energía la suma de $1,7 billones por concepto del subsidio al consumo de los estratos 1, 2 y 3, los cuales le han sido descontados en sus facturas y el Gobierno Nacional nada que se los reintegra.
El ministro Andrés Camacho se limita a decir que su despacho ya los liquidó y que está a la espera de que el Ministerio de Hacienda los gire. Lo grave está en que la liquidación no les da liquidez a las empresas sino el giro, que no se ha hecho efectivo.
Y de contera, a la deuda se viene a añadir que el Gobierno Nacional no ha presupuestado los $1,2 billones correspondiente a los últimos cuatro meses de 2024, razón por la cual está imposibilitado de girarlos en esta vigencia y les tocará a las empresas aguardar para que lo hagan el año entrante.
La solicitud de parte de AIR-E para que fuera intervenida por parte de la Superintendencia, alegando su insolvencia y la falta de flujo de caja, fue al mismo tiempo el detonante y el iceberg de esta crisis anunciada.
Más recientemente, la firma XM, responsable de la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN), en una alerta temprana, con base en una modelación realizada para el verano 2025 – 2026, según la cual la demanda de energía proyectada por la UPME (junio/2024) será superior a la oferta de energía firme (OEF) del cargo por confiabilidad, que apenas alcanzará los 85.803 GWH/año.
De tal suerte que, de presentarse un Niño, el que está a la vuelta de la esquina, “habría desembalsamientos hasta el 47% durante la próxima temporada de verano, valor superior al presentado en los últimos fenómenos de El Niño. Con ello, “tendríamos valores mínimos de embalse al final de la estación de verano, cercanos al 25%, nivel nunca visto en la operación durante los últimos 30 años”. Estamos, entonces, ante una situación de alto riesgo.
Recomienda XM que deben ser prudentes los operadores de las centrales hidroeléctricas a la hora de utilizar los embalses, en previsión de la baja de los aportes hídricos, que pueden llegar a poner en riesgo la generación. Ello obligará a una mayor participación del parque térmico de generación.
Por ello, preocupa aún más que, según lo ha anunciado el presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB) Juan Ricardo Ortega, pronto pasaremos de la escasez del gas natural que demandan las térmicas a un déficit de suministro para el mes de diciembre, anticipándose a la previsión de NATURGAS, que lo proyectaba para 2025.
De hecho, hay motivos de preocupación, habida cuenta que los aportes hídricos para el septiembre se situaron 36% por debajo de la media histórica y el nivel agregado de los embalses (54,52%) es inferior en 24% del promedio histórico.
Ello, debido a que, contra todos los pronósticos, la Niña que se anunció desde junio, además de débil, no se ha consolidado y este fenómeno está entrando en una fase de peligrosa neutralidad.
Preocupa sobremanera el contraste entre la proactividad de los ministerios de Ambiente y Vivienda, así como el alcalde de Bogotá Carlos Fernando Galán, preocupados por el bajo nivel de los embalses que sirven a los acueductos, disponiendo medidas de ahorro y uso racional del agua, con la pasividad del Ministerio de Minas con respecto a lo que se viene registrando con relación a los embalses que le sirven a las hidroeléctricas, especialmente El Peñol, que sirve a la hidroeléctrica de Guatapé, el único con capacidad de regulación superior a un año (los demás apenas superan los cuatro meses), que ha alcanzado un nivel crítico, de sólo 45,48%.
Este estrés hídrico ha presionado al alza el precio en Bolsa de la energía, alcanzando para la fecha los $932.5 el KWH. Y al acercarse peligrosamente al precio de escasez, como lo dispone la norma regulatoria, se activó la cláusula de los contratos de firmeza condicionada que mantiene ECOPETROL con algunos de los distribuidores mayoristas, la cual prevé que cuando se presenta esta contingencia, para rebalancear la demanda, puede suspender la entrega de gas con destino vehicular.
Ello, con el fin de garantizar el suministro del gas requerido por las térmicas, que ahora son despachadas para suplir la energía que están dejando de generar las hidroeléctricas. Ello, en medio de una escasez de gas en el país y ante la perspectiva de tener que importarlo a partir de 2025, cuando el déficit de suministro será del 7,5% y del 16% en 2026.
Como lo acota la presidente de ACOLGEN, Natalia Gutiérrez, “la solución a la crítica situación energética que enfrenta el país no da más espera. El desabastecimiento de energía eléctrica está a la vuelta de la esquina, por lo que se acabó el tiempo para tomar decisiones que erradiquen, de una vez por todas, el riesgo de un apagón”.
Sobre todo después de la advertencia de XM, “al considerar atrasos adicionales en la entrada en operación de proyectos eólicos, la alta exigencia del parque térmico, junto con las altas tasas de desembalsamiento durante el verano.”
Así las cosas, se impone la necesidad de reactivar cuanto antes la Comisión Asesora de Coordinación y Seguimiento a la Situación Energética (CACSSE), con el fin de tomar determinaciones tendientes a conjurar esta probable contingencia.
*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE.