Esta expresión suele utilizarse para significar la tardanza en actuar y en tomar decisiones a tiempo, con la debida oportunidad. Y eso le está pasando al Ministerio de Minas y Energía con la actual crisis del sector energético.
Por: AMYLKAR D. ACOSTA*
Con la debida antelación, 14 ex ministros de Minas y Energía le enviamos el 7 de octubre del año anterior una carta abierta al presidente Gustavo Petro, que era portadora de una alerta temprana sobre el riesgo de un posible racionamiento del servicio de energía, en momentos en que ya estaba en gestación el fenómeno de El Niño, que trae consigo sequía e hidrología extrema, escaseando las lluvias que con su aporte alimentan los embalses que le sirven a la hidroeléctricas para generar energía.
Pero fuimos más allá, basados en nuestra experiencia, nos atrevimos a recomendarle algunas medidas que podían contribuir a prevenir y a contrarrestar sus devastadores efectos.
Le planteamos la conveniencia y oportunidad de “la definición de incentivos de precios para buscar las eficiencias en el consumo vía programas de respuesta a la demanda” para promover el ahorro en el consumo de energía mediante incentivos a los usuarios, como ya se había ensayado con éxito en 2015 cuando tuvimos un amago de racionamiento a consecuencia del mismo fenómeno de El Niño.
El Gobierno desestimó esta recomendación, se rehusó a implementarla y el resultado está a la vista. En momentos en los que se requiere es ahorrar el consumo se desbordó pasando, según cifras de XM, de un crecimiento del 5% hasta el 7%, que es el promedio del primer trimestre de 2024. La demanda de los consumidores regulados (la de los hogares), por su parte, creció aún más, el 12%
Sólo cuando El Niño entró en su fase de mayor intensidad se optó por expedir la Directiva presidencial 01 del 1º de abril dirigida a las entidades de la Rama Ejecutiva sobre “buenas prácticas para el ahorro de energía y agua” en la que se exhorta a “ajustar los esquemas de trabajo en casa para todo el personal de planta y contratistas. Solicita aprovechar al máximo la iluminación natural en las oficinas y apagar las luces cuando no sea necesario mantenerlas encendidas”. Huelga decir que esta medida, además de tímida es ineficaz. Ni siquiera se les ocurrió adelantar el horario de la jornada de trabajo si de lo que se trataba era de “aprovechar al máximo la iluminación natural en las oficinas”.
Después de muchas idas y venidas, vueltas y revueltas, por fin se decidieron a publicar para consulta el proyecto de resolución de la CREG 701 039 del 13 de abril, 6 meses después de nuestra sugerencia, mediante la cual “se establece un programa transitorio de incentivos al uso eficiente de energía eléctrica”.
También le habíamos propuesto incentivar a las empresas que cuentan con capacidad instalada de autogeneración para que se animen a entregar sus excedentes, al Sistema Nacional de Transmisión (SNT). A estas alturas penas se está considerando la expedición de la Resolución respectiva y mientras tanto las manecillas del reloj no se detienen. Ya se ha perdido un tiempo precioso.
Otro tanto puede predicarse con respecto a la incorporación de más energía térmica para suplir la hídrica, algo que ha debido adelantarse desde el último trimestre del año anterior.
Solo hasta el 12 de abril se emite por parte del ministro Andrés Camacho la Circular 40011, dirigida al Centro Nacional de Despacho (CND), instruyéndolo para que el parque térmico de generación opere a su máxima capacidad. Pero ello ocurre en momentos en los que ya venía contribuyendo con 112 GWHD, el 48% de la energía generada (242 GWHD), cuando su máxima capacidad es de 120 GWHD. Una vez más el ministro llega tarde.
También planteamos la urgencia del “nombramiento en propiedad de comisionados de la CREG, con la debida solidez técnica” y a estas alturas, en medio de semejante crisis, pese al reiterado requerimiento de la Procuraduría y de la orden expresa del Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca para que se nombrara en propiedad los 6 expertos comisionados, “de dedicación exclusiva y por períodos de 4 años”, para lo cual le fijó un plazo perentorio de 30 días, la misma se desacató y a la fecha sólo se han nombrado 4 de los 6 que deben integrar la CREG y de ellos sólo 2 en propiedad. Este, a mi juicio, sigue siendo el nudo gordiano de la actual crisis del sector, que sólo el Gobierno puede desatar.
Y así arribamos a la actual encrucijada en la que, a consecuencia del fenómeno de El Niño, el bajo nivel de los embalses tiene en grave predicamento el funcionamiento y operatividad del Sistema Interconectado Nacional, convirtiéndose en el detonante de la actual crisis que puede conducir al temido apagón. Ello justamente fue lo que nos llevó a concluir nuestra misiva diciéndole al primer mandatario que había que “actuar ya. Está en sus manos evitarle al país un costoso e innecesario riesgo de apagón”.
En efecto, el último reporte de XM da cuenta de que el agregado del nivel de los embalses estaba en 28.56%, a sólo 0.93 puntos porcentuales del umbral del 27.63%. Este es el punto de inflexión, de no retorno, que al llegar a él obliga a activar el Estatuto para situaciones de riesgo de desabastecimiento de energía (Resolución 101 027 de 2023), abocándonos inexorablemente al racionamiento de energía. A ello ha contribuido la imprevisión y la improvisación con que se ha encarado la gestión de esta crisis.
*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE.