El marchitamiento de la industria por parte del gobierno, sumado a las dificultades de operar y los bajos precios internacionales, están llevando al país a una situación crítica en materia energética y fiscal. Las ACP propone corregir el rumbo.
Contrario a lo que algunos platean, el petróleo y el gas natural no solo no se van a acabar, sino que su demanda aumentará en los próximos años.
Y es que, según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, a nivel mundial la demanda de energía crecerá a una tasa anual de 2,2%, frente al 1,3% de la última década, donde el petróleo y el gas participará con un 39% en la matriz energética y las renovables lo harán con un 38%.
El aumento de la demanda se debe principalmente al mayor uso de la Inteligencia Artificial, a la actividad económica de China, al aumento poblacional de África y al reciente desempeño de las economías de Europa occidental y los Estados Unidos.
“Por eso, necesitamos más energía, no menos energía”, dijo Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP), durante la presentación del informe económico anual ‘Tendencias de Inversión en Exploración y Producción de Petróleo y Gas en Colombia 2024 y Perspectivas 2025.
El estudio revela señales preocupantes sobre el agotamiento de la actividad exploratoria en Colombia, el deterioro del entorno operativo y un riesgo creciente para la seguridad energética, la estabilidad fiscal y el bienestar de los colombianos.
En 2024, Colombia fue el único país de la región que no firmó un nuevo contrato de exploración y producción. Brasil, con la meta de llegar a los cinco millones de barriles diarios, firmó 185 contratos, le siguen Perú con 13, Trinidad y Tobago con 12, Argentina y Venezuela, cada uno con 7, Surinam con 5, Ecuador con 3, y hasta Uruguay, que no tiene una gran industria petrolera, firmó un contrato.
“El mundo está recuperando los niveles de inversión que tenía en 2014, cuando estábamos en el boom del sector. Mientras en el mundo se está invirtiendo más, en Colombia vamos en contravía por una visión distinta y distorsionada de lo que es un desarrollo económico sostenible”, dijo Pearl.
Y es que sector de los hidrocarburos en Colombia provee el 63% del consumo de energía del país, el 99% del consumo de energía del sector transporte y el 25% del consumo de energía del sector eléctrico. Además, representa el 16% de la Inversión Extranjera Directa, el 30% de las exportaciones, aporta cerca de 50 billones de pesos al fisco nacional, más de 17 billones de pesos en regalías, y genera 360 empleos entre directos e indirectos.
Exploración: actividad en cuenta regresiva
Basado en datos oficiales y de empresas que representan el 95% de la producción nacional de petróleo y el 96% de la de gas natural, el informe advierte que solo restan alrededor de 70 pozos exploratorios comprometidos contractualmente para ser perforados entre 2026 y 2030.
En 2025, la inversión en exploración caería un 18%, su nivel más bajo en los últimos cuatro años. Esta reducción ocurre en un contexto en el que las reservas probadas de gas han caído 57% en los últimos diez años y se vislumbra una caída acelerada de la producción de petróleo a partir de 2027.
Producción: más inversión para mantener volúmenes
Si bien la inversión en producción crecería un 15% en 2025, este impulso será transitorio si no se desarrollan nuevos proyectos. Para 2025, en petróleo se estima una producción de entre 760 y 770 mil barriles promedio día (kbpd), similar a los 772 kbpd de 2024. Y en gas, para 2025 una producción comercializada de 905 millones de pies cúbicos día (MPCD), frente a 958 MPCD de 2024.
“Hoy se requiere más inversión para producir la misma cantidad de petróleo, debido al agotamiento natural de los campos y la complejidad del entorno operativo, y, en gas no estamos logrando aumentar la producción ni reponer las reservas, esto es un doble desafío para la autosuficiencia energética”, señaló el dirigente gremial.
Otros problemas que señala el informe son el entorno territorial y la presión fiscal. En 2024, los bloqueos a las operaciones del sector aumentaron 151%, en un entorno de creciente conflictividad social y deterioro del orden público en las regiones donde se opera, afectando tanto el desarrollo de los proyectos como sus contribuciones a los territorios y a la seguridad energética del país.
A esta situación se suma el déficit fiscal de la Nación proyectado de $40 billones, como consecuencia de la reducción en la producción de petróleo en el mediano plazo, el posible incremento de entre 15% y 46% en las tarifas de gas si se llega a importar la mitad de la demanda por falta de nueva oferta, y la necesidad identificada de aumentar las importaciones de crudo para mantener la operación de las refinerías, lo que encarecería la producción de diésel y gasolinas.
Propuestas de la industria
La ACP propone una serie de medidas para reactivar el sector de los hidrocarburos, que combinan estabilidad fiscal y regulatoria, viabilidad a proyectos clave e impulso a nuevas oportunidades de inversión.
Viabilidad operacional:
- Optimización de consultas previas con acompañamiento institucional en las operaciones.
- Estabilidad en requisitos ambientales.
- Coordinación estatal para gestionar conflictividad y asegurar el orden público.
Seguridad jurídica, fiscal y confianza inversionista:
- Definir una carga tributaria competitiva para el sector.
- Reducir la tarifa de autorretención de gas en un escenario de déficit.
- Mesas técnicas para la nueva resolución de telemetría de la ANH.
Impulso a proyectos de gas y desarrollo costa afuera:
- Acompañar y viabilizar los proyectos asegurando sus trámites socioambientales.
- Priorización de las 116 consultas previas del proyecto Sirius.
- Expedición de licencia ambiental para infraestructura submarina y terrestre.
- Optimización de la capacidad del sistema de transporte de gas, con la ejecución de las obras del Plan de Abastecimiento de Gas Natural.
Eficiencia operativa:
- Expedición de la nueva metodología tarifaria de transporte por oleoductos que refleje costos de reposición depreciados.
- Aplazamiento de la entrada en vigor (3 de junio) del SICETAC para transporte de carga líquida por carretera.
Estímulos a la producción:
- Expedición de la Resolución del Ministerio de Minas y Energía con incentivos a recobro mejorado y producción incremental.
- Prórroga del período de producción de los contratos existentes y regreso del principio de autonomía de la voluntad de las partes (Acuerdo 03 de la ANH de 2025).
- Ronda permanente de asignación de áreas por iniciativa privada.
- Reactivación del desarrollo de los proyectos de yacimientos no convencionales, aprovechando que Colombia cuenta con un marco regulatorio vigente que permite monitorear y mitigar los riesgos medio ambientales.
“Lo que proponemos es una Transición Energética gradual, donde haya complementariedad y adición de fuentes de energía, una transición a la colombiana, donde utilicemos muy bien los recursos del petróleo y gas para hacer una transición tecnológica, una diversificación productiva en las regiones y utilicemos bien los recursos para reducir, y ojalá eliminar, las brechas sociales que tenemos en las regiones de Colombia.
“Es el momento de replantear la visión que ha tenido la presidencia de la República, para resolver un reto enorme que tenemos, necesitamos autosuficiencia energética, necesitamos soberanía energética, necesitamos sanidad fiscal y modernizar la economía colombiana de manera gradual y responsable”, finalizó el presidente de ACP.