Distribución de energía: en riesgo por apagón físico y financiero

Las deudas asfixian al sector eléctrico colombiano. Además, existe un riesgo físico de racionamiento por la estrechez entre la oferta y la demanda. Si no se toman medidas urgentes, ‘apague y vámonos’.

Desde 1992, hace más de 30 años, Colombia no experimentaba una situación tan crítica en el sector eléctrico. Pero esta vez, además del riesgo físico, pues no entran nuevos proyectos con la celeridad requerida, existe el riesgo financiero, que llevaría a la quiebra a varias empresas distribuidoras y comercializadoras.

Este fue el oscuro panorama que presentó José Camilo Manzur, presidente de la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis), en la apertura de la XXI Jornada de Distribución de Energía Eléctrica, que se realizó en Bogotá el pasado 26 de noviembre.

Las cifras son dicientes: las deudas con las distribuidoras de energía ascienden a la fecha a 6,1 billones de pesos, el equivalente a dos años de ingresos brutos para la mayoría de empresas, pero para las más pequeñas equivale a ingresos de cuatro años, poniendo en riesgo su viabilidad financiera.

A noviembre de 2025 se le debían $2,4 billones por concepto de la opción tarifaria, pago al que se había comprometido el presidente Gustavo Petro, pero finalmente les hizo conejo; por concepto de subsidios, el saldo es de $2,3 billones, y cada mes aumenta en $250 mil millones; y por concepto de deuda de las entidades oficiales, $1,4 billones.

Esto sin contar, recalcó Manzur, las deudas de usuarios particulares, que ascienden a $10 billones, de los cuales $8 billones están concentrados en la región Caribe, el eslabón más débil por donde se puede romper el sistema en una eventual crisis en cadena.

Como si fuera poco, “a esta situación se suma, por un lado, la propuesta de remuneración de la comercialización, que sería muy crítica, y, por otro, el Decreto 572 de 2025 que anticipa el cobro del impuesto de retefuente, cuyo impacto es significativo en las empresas, sobre todo en aquellas que no generan utilidades, como es el caso de Afinia, a la cual se le duplicaría la retención sin tener utilidades”, señaló Manzur.

Con relación a los subsidios, el dirigente gremial dijo que es importante mencionar que, debido a que el comportamiento del costo unitario en los últimos meses ha sido menor al esperado por efectos del propio mercado (precio de bolsa y recuperación de la opción tarifaria), el monto de los requerimientos mensuales pasó de 300.000 millones de pesos a 250.000 millones por mes; sin embargo, el déficit estimado a 31 de diciembre de 2025 es cercano a los 2,2 billones de pesos.

“Ahora bien, sobre el valor apropiado en el Presupuesto General de la Nación para 2026, se consideran el valor del déficit de 2025 y los valores estimados de subsidios hasta mediados de agosto, por lo que el déficit a 31 de diciembre de 2026 estaría cercano a 1,5 billones de pesos”, aclaró.

“Es urgente que se realicen pagos durante los siguientes meses, porque de nada serviría tener apropiaciones para 2026, cuando en este año se podrían afectar seriamente varias empresas, quedando expuestas a una intervención, como es el caso de Air-e”, resaltó.

Riesgo físico

Si, al igual que hizo con el sector salud, el gobierno asfixia económicamente al sector energético, también se suma otro problema que puede ser peor: la falta de capacidad de potencia para atender la demanda.

En este sentido, las cifras también preocupan: la demanda viene creciendo más que la oferta a un ritmo del 5% en la costa Caribe y al 2,4% en el resto del país, con el agravante que de los proyectos esperados solo entran el 25%. Los retrasos en obras de generación y transmisión varían entre cinco y diez años.

Asocodis también mencionó los riesgos de seguridad inversionista, la interinidad en que el gobierno ha mantenido a la CREG y el déficit de gas natural para atender a las térmicas en caso de un verano fuerte o de un Fenómeno de El Niño, que entidades internacionales ya están alertando se podría producir el próximo año.

 Si todos esos factores confluyen, la inoperancia y el ataque del gobierno al sector energético, le dejarán al próximo mandatario una herencia que el país no ha vivido hace más de 30 años: el apagón.