Para el gremio, es imprescindible habilitar mecanismos como el Centro Nacional de Operación, los almacenamientos estratégicos y habilitar importaciones para fortalecer la continuidad y confiabilidad del abastecimiento y atender la creciente demanda.
La creciente conflictividad social y de orden público, entre otros factores que ponen en riesgo el abastecimiento de combustibles en el país, exigen acciones estructurales y de mayor coordinación para mantener la continuidad y confiabilidad del suministro. Esta es la principal conclusión del informe económico “Combustibles líquidos: energía de hoy y mañana”, que presentó la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP).
Y es que además de la dificultad que hubo un par de semanas del año pasado para el suministro de combustible para aviones, en 2024 se registraron 147 bloqueos a plantas y vías, más de 300 válvulas ilícitas en poliductos y más de 40 atentados a oleoductos.
En este contexto, la ACP propone la creación de un Consejo Nacional de Operación (CNO, similar a los que existen en los sectores de gas y electricidad) para el abastecimiento de combustibles líquidos, como una instancia que propendería por una mejor planeación y coordinación tanto de la operación recurrente como ante cualquier eventualidad y en escenarios con mayores requerimientos de importación, en la que todos los agentes de la cadena son corresponsables del garantizar el suministro.
La creación del CNO es una de las principales prioridades planteadas en el informe, el cual registra el contexto del sector en 2024 y las expectativas a 2030, así como una hoja de ruta para la seguridad energética en combustibles, producto de la visión de los agentes de toda la cadena: refinador, transportador, empresas distribuidoras mayoristas y gremios de los distribuidores minoristas y consumidores finales.
“La distribución de combustibles líquidos es un servicio público esencial y la columna vertebral de la movilidad en el país. Para garantizar su continuidad, debemos trabajar de manera articulada y estructurada, anticipándonos a los desafíos operativos y de abastecimiento que actualmente enfrentamos, pues los combustibles líquidos además de garantizar derechos fundamentales también respaldan el 6% de la matriz eléctrica del país, por ejemplo, el año anterior sostuvieron la generación térmica nacional y evitaron el racionamiento de energía”, afirmó Frank Pearl, presidente de la ACP.
Además de la creación del CON y de acuerdo con los agentes de la cadena, será necesario avanzar en la habilitación de importaciones de manera estructurada, toda vez que Ecopetrol no tiene planteado la ampliación de las refinerías, pero además se requiere desarrollar los proyectos de poliductos y almacenamientos estratégicos, promover la libre competencia, aumentar la mezcla de biocombustibles, permitir el uso de Jet-A para aviación (que es más barato y más fácil de adquirir) y desarrollar el combustible sostenible de aviación (SAF).
Demanda se mantiene en crecimiento
De acuerdo con el Informe, en 2024 el consumo total de combustibles líquidos (gasolinas, diésel y jet) creció 0,6% respecto a 2023, promediando 347 KBD9 (miles de barriles día).
La demanda de diésel aumentó 5,2% y la del combustible de aviación (Jet–A1) un 9,5%, evidenciando que es el combustible con mayor potencial de crecimiento para los próximos años; mientras el consumo de gasolinas (corriente y extra) cayó 5,9%.
Así que, teniendo en cuenta la capacidad de refinación del país y los eventos coyunturales presentados, se importó el 39% de la demanda de gasolina corriente, el 8% de la de diésel y el 2,4% de Jet A-1.
Hacia adelante, la demanda total crecería, en promedio, al 1,2% en 2025 y al 1,8% promedio anual en el mediano plazo (2026-2030). Lo cual implicará importaciones estructurales: en gasolina de hasta del 35% entre 2025 y 2030; en diésel, hasta del 10% entre 2027 y 2030; y en jet, hasta del 16% entre 2025 y 2030; proyección que no tiene en cuenta las importaciones coyunturales que se puedan requerir para asegurar el abastecimiento ante eventos de fuerza mayor, cambios en las condiciones operativas de las refinerías y/o mantenimientos.
Aportes fiscales
Según cálculos de la ACP, en 2024 las actividades de la cadena de distribución de combustibles líquidos representaron el 1,5% del PIB, generaron 264 mil empleos, y los impuestos al consumo de gasolinas y diésel representaron $9,1 billones de ingresos fiscales, de los cuales $5,2 billones al Gobierno nacional y $3,9 billones a las entidades territoriales.
Finalmente, Frank Pearl reiteró que “el abastecimiento confiable, continuo y eficiente de combustibles líquidos es fundamental para la seguridad energética de Colombia, para la estabilidad económica, el bienestar social y la garantía de derechos fundamentales como la salud, la educación y el trabajo, al viabilizar el funcionamiento de vehículos particulares, transporte público y de carga, aviones y barcos”.