ANDEG insiste en que fortalecer los encadenamientos productivos y aprovechar el desarrollo tecnológico son claves para asegurar una minería cada vez más sostenible.
La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG) reiteró la importancia de la actividad minera formal —en todas sus escalas— como motor para la seguridad energética del país, la generación de empleo y la dinamización de las economías regionales.
En particular, el gremio destacó el rol estratégico del carbón. “Este recurso representa el 82% de las regalías del sector minero y cerca del 80% de la participación del eslabón minero en el PIB nacional. El carbón térmico colombiano es, además, el principal producto mineral de exportación hacia regiones como Asia-Pacífico (Corea del Sur, China, Taiwán), Europa (Polonia, Alemania, Países Bajos, España), y también tiene una participación significativa en los mercados de América, el norte de África y Oriente Medio.”
En el ámbito nacional, la pequeña y mediana minería de carbón es una industria altamente encadenada, que contribuye en departamentos como Boyacá, Cundinamarca, Santander y Norte de Santander con más de 35.000 empleos directos formales y más de 120.000 puestos de trabajo indirectos.
Como parte de ese encadenamiento, Colombia cuenta con una capacidad instalada de generación de energía a carbón de 1.654 MW, lo que equivale al 9% de la capacidad total del país. Esta participación aporta complementariedad tecnológica al Sistema Interconectado Nacional (SIN) y brinda firmeza y confiabilidad.
Durante episodios de hidrología crítica, como el fenómeno de El Niño 2023-2024, las plantas térmicas a carbón lograron atender hasta el 16% de la demanda eléctrica nacional. En años de alta hidrología, el consumo de carbón alcanza aproximadamente 1,8 millones de toneladas anuales, mientras que en periodos de baja hidrología puede estar cerca de los 4,6 millones de toneladas.
Mirando hacia el futuro, se prevé que el carbón térmico continúe siendo parte de la matriz energética mundial hasta 2050, y dado que Colombia cuenta con reservas abundantes y de alta calidad, existen oportunidades para potenciar ingresos fiscales mediante tecnologías limpias, así como para diversificar la canasta exportadora en un marco de complementariedad productiva.
A nivel ambiental, es relevante considerar que Colombia aporta solo cerca del 0,6% de las emisiones globales de CO₂. Dentro del país, las emisiones asociadas a toda la cadena del carbón representan entre el 10% y el 15% de los gases de efecto invernadero, y apenas el 3,2% proviene de la generación térmica con carbón.
En el mediano y largo plazo, las tecnologías de alta eficiencia y bajas emisiones, la captura y almacenamiento de carbono (CCUS), el blending con biomasa o residuos y los modelos de economía circular, representan opciones reales para optimizar el uso de este recurso de manera responsable y sostenible.
“Desde ANDEG consideramos necesario que el país logre consensos sobre esta industria, con una hoja de ruta de transición ordenada, donde no se ‘apaguen’ sectores, sino que se definan soluciones que permitan un equilibrio para alcanzar las metas climáticas al tiempo que se promueve el crecimiento productivo de manera responsable y sostenible”, concluyó Alejandro Castañeda, presidente Ejecutivo del gremio.