El Comité Intergremial del Atlántico exige aprovechar la riqueza energética del Caribe para superar la crisis estructural del sistema y transformar económica y socialmente a esta región.
El Comité Intergremial del Atlántico hizo un llamado al Gobierno nacional para que ponga en marcha una serie de acciones que le permitan al país recuperar la independencia y la seguridad energética, de manera que haya energía disponible a precios competitivos, con un suministro estable y confiable.
La solicitud fue hecha en el marco de su Asamblea General Ordinaria de Afiliados 2025, que incluyó un análisis de los grandes retos y las decisiones a ejecutar en materia de política pública, regulación, incentivos a la inversión, y facilidades de trámites para la exploración y explotación de hidrocarburos y la generación y transmisión de energía.
Al abrir un diálogo sobre la crisis energética que sufre el país y los caminos para superarla, el presidente ejecutivo del Comité Intergremial del Atlántico, Efraín Cepeda Tarud, dio a conocer la siguiente declaración:
“Para la región Caribe recuperar la independencia y la soberanía energética del país es un asunto prioritario, porque no podemos seguir viviendo en la ironía absurda de sufrir desde hace décadas una permanente crisis del sistema de energía, teniendo:
- Un portafolio costa afuera con un potencial total de gas de 75 terapiés cúbicos, medido en volúmenes brutos en caso de éxito.
- El 54% de la capacidad térmica del país, con disponibilidad para generar aproximadamente 27.000 GWh-año, que representan el 33% de la demanda nacional de 2024.
- Abundantes recursos energéticos renovables derivados de la radiación solar más alta y un régimen de vientos costa adentro y costa afuera con las mejores velocidades en La Guajira, y en zonas cercanas a Cartagena, Barranquilla y Santa Marta.
- Reservas para 52 años de carbón térmico con un alto poder calorífico, ideal para ser utilizado en la industria y en la generación de calor, vapor y electricidad.
El buen aprovechamiento de ese potencial debe convertir al Caribe en el hub energético del país, garantizar el autoabastecimiento y ser eje fundamental de la transformación económica y de generación de riqueza social en esta región.
Convertir en realidad ese potencial implica lograr que la energía sea más barata, más abundante y más accesible, bajo criterios de sostenibilidad ambiental. Y para lograrlo no hay que intervenir el mercado o cambiar las fórmulas tarifarias como pretende el Gobierno, sino producir más electrones y más moléculas de gas. Parar ello es urgente:
- Cambiar la política actual que limita la exploración y por ende la explotación, y entender que no se trata de transitar de unas fuentes de generación a otras, sino de construir un portafolio energético ordenado con múltiples fuentes viables que se complementen.
- Ampliar el parque de generación y valorar debidamente la energía térmica que le da flexibilidad y firmeza al sistema frente a los efectos del cambio climático y los periodos de sequía marcados por el fenómeno de El Niño que ponen en situación crítica a las hidráulicas.
- Fortalecer la infraestructura de transmisión, porque de nada sirve producir más energía si no se puede transportar a donde se necesita.
Lograr esos objetivos exige que el Gobierno nacional tenga la voluntad política de facilitar las condiciones para que los proyectos puedan desarrollarse y de enviar señales claras a los inversionistas mediante una seguridad jurídica basada en reglas estables que generen confianza; apoyo efectivo del Estado en trámites de consulta previa con las comunidades; y agilidad en los procesos de licenciamiento ambiental.
Con el fin de aumentar la producción de gas nacional, el gobierno debe y puede aplicar decisiones regulatorias y establecer incentivos para la inversión que permitan superar problemas técnicos en diferentes pozos localizados en áreas continentales, y realizar pequeñas obras de infraestructura.
Depender del gas importado para atender a la industria, el transporte y el sector residencial es aumentar el sometimiento a la volatilidad de los precios internacionales, los cuellos de botella en la cadena de suministro, los conflictos geopolíticos, las presiones en la demanda mundial y las reducciones en los inventarios de productores internacionales.
Necesitamos recuperar la independencia y la seguridad energética para no seguir expuestos a un riesgo de daño estructural del sistema energético que la economía nacional no puede resistir. Para lograrlo debemos aprovechar nuestro potencial energético en todas sus fuentes y con diferentes técnicas, y crear las condiciones adecuadas para que la inversión le apueste al país.
Solo así podremos tener un sistema robusto, competitivo y sostenible, y pasar de la crisis energética a la bonanza energética con todo lo positivo que ella puede generar.”
La declaración de Intergremial Atlántico fue respaldada por el Consejo Gremial de Bolívar y el Comité Intergremial del Magdalena.
Además, líderes como el senador Efraín Cepeda Sarabia y los presidentes de ACP, Frank Pearl; Naturgas, Luz Stella Murgas; SER Colombia, Alexandra Hernández; y ANDEG, Alejandro Castañeda, dejaron un mensaje claro en la Asamblea General Ordinaria de Afiliados de Intergremial Atlántico:
“Necesitamos voluntad política y decisiones urgentes normativas, fortalecimiento institucional, seguridad jurídica, confianza para la inversión, y un diálogo técnico para poner en marcha acciones que permitan aprovechar nuestros recursos en hidrocarburos y fuentes renovables para superar la crisis energética que tenemos.”