El hidrógeno renovable o de bajas emisiones ofrece una alternativa viable para reducir la dependencia de combustibles fósiles en diversos sectores económicos y es particularmente útil en sectores difíciles de electrificar.
En los últimos años, muchos países de América Latina y el Caribe (ALC) han determinado la inclusión de tecnologías limpias o bajas en carbono, aprovechando su abundancia en recursos naturales y alineándose con la transición energética sostenible.
Esto lo respaldan entidades como la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), que estimó que en 2022 el 59% de la generación de energía eléctrica en la región provenía de estas fuentes renovables y que su potencial de crecimiento es dado por la implementación de proyectos de energía solar, eólica y geotérmica. Aprovechando este potencial, algunos países en la región han comenzado a dar sus primeros pasos hacia la industria del hidrógeno renovable.
El hidrógeno renovable o de bajas emisiones ofrece una alternativa viable para reducir la dependencia de combustibles fósiles en diversos sectores económicos y es particularmente útil en sectores difíciles de electrificar, a menudo referidos como “hard-to-abate-sectors”, como la industria naval, la siderurgia y la producción de fertilizantes y explosivos para la minería, entre otros.
Reconociendo esta importante oportunidad de mercado para la región y sus economías nacionales, varios gobiernos en la región, como Chile, Colombia, Uruguay y Brasil, están comenzando a integrar esta tecnología en sus políticas nacionales de energía y objetivos de reducción de emisiones de GEI.
Teniendo en cuenta este contexto, ¿qué avances específicos y cruciales se han visto en lo corrido del año? y ¿qué se puede esperar con miras al liderazgo global de la región hacia el 2030?
Hans Kulenkampff, head de Hinicio Latinoamérica, asegura que el mercado del hidrógeno a nivel regional está ganando un impulso significativo en cuanto al desarrollo de proyectos, estrategias de inversión y políticas públicas, que se ha visto intensificado desde 2022.
“En nuestras mediciones hechas a través del H2LAC Index en los últimos tres años, hemos visto que países como Chile y Colombia han consolidado su primera etapa de desarrollo,gracias a la formulación de hojas de ruta nacionales, la aparición de diversos estudios públicos técnicos, de mercado y de regulación, una legislación pionera en la región, una voluntad política por llegar a acuerdos internacionales y un ecosistema floreciente de asociaciones y eventos, entre otros. , que promueven tanto la inversión como la participación directa del sector privado en el desarrollo y concreción de proyectos industriales”, dice Kulenkampff.
Índice H2LAC 2023. Resultados preeliminares – Fuente: Hinicio & NewEnergy
Sin embargo, se está empezando a notar una ralentización relativa a otras naciones o geografías (sobre todo el hemisferio norte) ante la falta de incentivos y/o mecanismos financieros claros, la volatilidad de la política local, las dificultades para sortear la tramitación de permisos ambientales y sectoriales, la alta dependencia de off-takers internacionales quienes a su vez dependen de decisiones gubernamentales aun no reglamentadas para la importación, y la privación de un desarrollo homogéneo en los distintos eslabones de la cadena de valor del hidrógeno.
También, el 2023 ha demostrado ser un año clave para grandes economías como la de Brasil o economías consolidades como la de Uruguay, países que avanzan de forma independiente, demostrando capacidades de liderazgo en una segunda etapa de implementación de proyectos.
Todo esto sugiere que al 2030 es factible que ciertos países latinoamericanos logren posicionarse como punto focal para el mercado internacional, aprovechando las grandes cuotas de mercado global, mientras que otros contribuyen a este mercado a través de iniciativas privadas multinacionales y acuerdos de cooperación regional.
En términos de producción para suplir los mercados futuros, ¿cómo evoluciona el desarrollo de proyectos y cuál podría ser su impacto en los próximos años?
Juan Pablo Zúñiga, country Manager de Hinicio Colombia,asegura que el desarrollo de proyectos Power-to-X, orientados a la conversión de energía renovable en hidrógeno o derivados, ha experimentado un importante avance en América Latina y el Caribe a diferencia de hace cinco años cuando solo existían pocos proyectos piloto en la región.
Así mismo, 2023 parece ser un año prometedor para países como Colombia, Chile y Brasil. Estos desarrollos, sin embargo, no están exentos de desafíos. En algunos casos, algunos proyectos pueden no llegar a la etapa final de decisión de inversión (FID), por eso es crucial apoyar los proyectos que tienen un impacto social positivo y trabajar en aspectos de certificación, financiamiento y diseño.
“Un aspecto importante para el desarrollo de estos proyectos es la creación de infraestructuras de uso común (CUI) en lugares de alto potencial. Por ejemplo, en Brasil y Chile, se está trabajando en el desarrollo de hubs. Sin embargo, la implementación de estas infraestructuras presenta retos, razón por la cual desde Hinicio trabajamos en el desarrollo de gobernanzas que permitan a las CUI satisfacer de manera efectiva los requisitos de los distintos modelos de negocio, minimizando el impacto ambiental y comunitario”, dice Zúñiga.
El diálogo y la cooperación entre todos los actores involucrados son fundamentales para avanzar en estos temas.“ Todos queremos combatir la crisis climática, pero el desafío no es simple, ya que debemos hacerlo protegiendo al mismo tiempo la biodiversidad y agregando valor en el territorio. Esto debe ser apoyado por una buena planificación pública, considerando temas de ordenamiento territorial y evaluación ambiental estratégica”, agrega.
¿Qué pasa en el ecosistema?
Hinicio percibe que, si bien es cierto que durante 2023 se ha generado mayor interés en la creación de asociaciones de hidrógeno a nivel local y regional, como la Asociación Ecuatoriana de Hidrógeno (H2 Ecuador), la Asociación Gremial de Productores de Hidrógeno Verde y sus Derivados de Magallanes (H2V Magallanes AG), la Asociación de Energías Nuevas y del Hidrógeno del Caribe en Colombia, o el Pacto Brasileiro pelo Hidrogênio Renovável , el crecimiento del ecosistema se ha visto marcado mayoritariamente por la organización de eventos enfocados a esta tecnología y sus derivados.
En la primera parte del año se llevaron a cabo más de 30 eventos sobre hidrógeno, que varían entre congresos, webinars, seminarios y ferias, entre otros, los cuales han estimulado el crecimiento de este mercado.
Por ejemplo, en Colombia se realizó el 2° Congreso Internacional de Hidrógeno, en Brasil el 3er Congreso Anual de Hidrógeno para América Latina y el Caribe H2LAC, y en Chile el HyVolution 2023; todos enfocados en el hidrógeno bajo el contexto regional, y ligados a los tres países que a la fecha lideran el mercado de América Latina y el Caribe.
Encuentros en los que se han dado a conocer anuncios importantes como la creación de la Hydrogen International Trade Organizationen Panamá, (que se espera su lanzamiento oficial en la COP 28), el interés en crear un esquema de certificación de hidrógeno regional, el potencial de Brasil para convertirse en el mercado más atractivo de la región, el futuro lanzamiento de la Hoja de Ruta de Hidrógeno de Bolivia y la importancia de avanzar en marcos regulatorios habilitantes para la industria en las distintas economías de la región.
Entendiendo lo importante de la legislación, ¿cuáles han sido los avances más importantes con respecto a los marcos regulatorios?
Entre las noticias más relevantes en lo que va de 2023, el Ministerio de Energía y Minas de Perú presentó al Congreso un proyecto de ley para posibilitar el despliegue de nuevas tecnologías para la producción de hidrógeno renovable. En Colombia fue aprobado el primer debate del proyecto de Ley de Hidrógeno, y en Argentina se presentó el proyecto de Ley de Promoción del Hidrógeno.
En cuanto a avances en hojas de ruta y/o estrategias nacionales para una economía de hidrógeno, el estado de Río Grande do Sul en Brasil lanzó su estrategia regional de hidrógeno verde, y los gobiernos de Chile y Perú lanzaron una hoja de ruta conjunta para el hidrogeno verde en la minería.
Igualmente, la Secretaría Nacional de Energía (SNE) de Panamá inició una consulta pública que busca robustecer su Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y Derivados publicada a inicios de 2022. También, la Asociación Mexicana de Hidrógeno (AMH2) presentó una propuesta de hoja de ruta para el hidrógeno verde, que al igual a la presentada por H2 Perú en 2022, contiene lineamientos y recomendaciones para la elaboración de una estrategia nacional de hidrógeno.
En cuanto a la certificación de hidrógeno y sus derivados, la experta Nuria Hartmann, Manager Strategy Consulting en Hinicio Chile, dice que “la certificación de hidrógeno y derivados en América Latina y el Caribe está siendo considerada y discutida por gobiernos en varios países y también a nivel regional. Existe una tendencia hacia querer esfuerzos alineados en esta materia y evitar que cada país avance con un esquema propio para facilitar el desarrollo de un mercado integrado en LAC y una futura comercialización dentro de la región” .
Fuente: Hinicio