La tercera edición del Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE) revela avances significativos; sin embargo, 1 de cada 6 colombianos sigue siendo pobre energético, lo que hace necesario acelerar las acciones y cerrar las brechas regionales y rurales.
Promigas y su Fundación Promigas presentaron la III edición del Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE), una herramienta desarrollada con la firma Inclusión SAS para medir la pobreza energética, entendida como una condición en la que confluyen una acumulación de privaciones que limitan la posibilidad de las personas de realizar actividades esenciales mediadas por el uso de la energía.
En 2023, la pobreza energética en Colombia alcanzaba el 16,1%, equivalente a 8,4 millones de personas. Durante 2024, esta cifra bajó a 15,4%, reflejando que más de 300 mil colombianos superaron esta situación. Pese a este avance, aún hay cerca de 8,1 millones de personas en condición de pobreza energética.
En zonas como Bogotá (1,4%), Quindío (2,9%), Valle del Cauca (3,5%) y Risaralda (4,6%) se presentan bajos niveles de privación energética; mientras que en otros territorios las cifras siguen siendo críticas como en Córdoba (45%), Chocó (52,8%), La Guajira (63,1%) y Vaupés (86,5%), lo que evidencia la urgencia de intervenciones territoriales diferenciadas.
“El IMPE es más que una métrica: es una hoja de ruta para transformar vidas y cerrar brechas históricas; es una carta de navegación para los gobernantes, que les permite identificar rutas posibles para reducir la pobreza energética, balanceando eficiencia y equidad. Alcanzar un dígito en 2030 es posible a través de la implementación de diferentes medidas que reducirían las brechas regionales y rurales a un ritmo acelerado”, afirmó Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas.
La hoja de ruta presentada con esta edición del IMPE, plantea 4 acciones clave para acelerar la meta de un dígito de pobreza energética a 2030, reduciendo en cerca de 40% (2,9 millones de personas) el número de pobres energéticos en el país.
Estas acciones son:
- Recuperar y ampliar la calidad de la energía eléctrica en aquellas zonas en las que ha desmejorado.
- Avanzar en la implementación del Plan Nacional de Sustitución de Leña.
- Ampliar la dotación de electrodomésticos básicos y dispositivos para aprender y comunicarse con el fin de aprovechar la energía dentro del hogar.
- Garantizar el acceso a la energía eléctrica en todos colegios del país.