Colombia: En febrero cayeron la producción de petróleo y la actividad de taladros

La producción preliminar de petróleo en febrero de 2023 registró una disminución del 1,8% respecto a enero del mismo año. En el mismo mes, la actividad de taladros se ubicó en 142 equipos activos (51 de perforación (Drilling) y 91 de mantenimiento (Workover), siete taladros menos que los registrados en enero pasado.

La producción preliminar de petróleo en Colombia durante febrero alcanzó los 759.900 barriles de petróleo por día (BPPD), registrando una caída de 1,8% (13.6 mil BPPD) respecto a enero pasado (774 mil BPPD), según el más reciente Informe de Taladros y Producción presentado por la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol).

La cifra para el año corrido (enero – febrero) registra una variación 3,7%, es decir, una producción promedio de 766.800 BPPD.

El dato, de acuerdo con el gremio, se explica principalmente por las situaciones de orden público registradas en los departamentos de Arauca, Putumayo y Caquetá, que propiciaron variaciones a la baja en la producción intermensual. 

Lo anterior, indicó Campetrol, significa una pérdida importante de recursos para la economía colombiana, en las regalías de los respectivos departamentos y el impacto negativo en la mano de obra de las regiones; teniendo en cuenta que durante los primeros tres meses del año se han presentado diferentes incidentes y alarmas de entorno que han derivado en la suspensión de las operaciones en Arauca por más de 48 días a la fecha.

Así mismo, en Meta, Putumayo y Caquetá se han presentado vías de hecho contra las movilizaciones de equipos e ingreso de personal a las operaciones que se han extendido inclusive durante más de 20 días.

Los bloqueos se han incrementado en aproximadamente un 40% entre el primer semestre de 2021 y el segundo del 2022, representado en un promedio de aproximadamente 3 bloqueos diarios durante 2022 en las operaciones de todo el país.

Por su parte, la producción comercializada de gas fue de 1.008 millones de pies cúbicos por día (MPCD), lo que significa una disminución del 6,6% respecto al mismo mes de 2022. Comparadas con el mes inmediatamente anterior, hubo un aumento del 3,8%. Para el promedio del año, se observa una producción de 990 MPCD, lo cual evidencia una disminución del 5,8% respecto al mismo periodo en 2022.

El informe también da cuenta de que en Colombia, para el mes de febrero de 2023, hubo 142 equipos activos: 51 de perforación y 91 de mantenimiento; siete equipos menos frente a enero de 2023. La proyección para los próximos tres meses estima una reducción en el número de taladros activos: 137, 135 y 133 en marzo, abril y mayo, respectivamente.

La actividad de taladros ha mantenido una tendencia decreciente en los últimos tres meses, al pasar de un total de 155 equipos activos en noviembre de 2022 hasta 142 en febrero de 2023, una disminución de 13 equipos activos (-8,4%).

Puntualmente, en este periodo de tiempo, los taladros de perforación pasaron de 60 a 51, experimentando una caída del 15%, mientras que los taladros de mantenimiento pasaron de 95 a 91, con una disminución del 4,2%. Este declive obedece principalmente a las afectaciones de orden público en los departamentos de Arauca y Putumayo.

La reducción en el número de taladros activos y la producción de petróleo en el país entre enero y febrero de 2023, vinieron acompañadas, según la última información reportada por el DANE, de una cifra de 1.024 millones de dólares FOB en exportaciones de crudo y derivados, una disminución de 244 millones de dólares FOB frente al mismo período de 2022.

“Desde Campetrol reiteramos la importancia del petróleo, el gas y la energía en la generación de bienestar, desarrollo económico, encadenamientos productivos, mano de obra local y soberanía energética, por lo cual, invitamos a seguir trabajando juntos: Gobierno, Industria y Territorio en pro del sostenimiento del sector para beneficio de todos los colombianos” afirmó Nelson Castañeda, presidente Ejecutivo de la Cámara.

Sindicato petrolero critica la reforma laboral propuesta por el Gobierno

La Unión de Trabajadores de la Industria Petrolera y Energética de Colombia (UTIPEC) ve con preocupación la propuesta de Reforma Laboral que el Gobierno ha planteado y que de a poco viene socializando con algunos sectores del país.

“Esto que mediáticamente se ha querido mostrar como una reforma garantista que entrega más beneficios a los trabajadores, la verdad es que los riesgos que trae sobre la viabilidad de los empleos formales generaría mayores perjuicios al momento de su implementación qué las bondades que promete”, señala el sindicato en un comunicado.

La UTIPEC presentó sus críticas a la Reforma Laboral propuesta por el Gobierno, desde las siguientes perspectivas:

1)  Esta Reforma Laboral está errónea y exclusivamente limitada a un selecto grupo de los trabajadores con mejores condiciones de Colombia.

Al respecto es necesario contextualizar la situación laboral que tenemos en Colombia, en donde el mayor problema a nivel laboral en el país es el desempleo y la desocupación. En un país con aproximadamente 51,52 millones de habitantes, la población económicamente activa que está en edad de trabajar, sea empleada o buscando empleo, es de 24,25 millones; de las cuales, según el informe más reciente del DANE, el 57,9% están en la informalidad y el 13,7% se encuentran desempleados. En ese sentido, sólo el 28,4% de ese total de fuerza de trabajo son quienes tienen un empleo formal, es decir, aproximadamente 6,8 millones de personas.

De la manera cómo está planteada esta Reforma, sus prerrogativas están dirigidas sólo para estos 6,8 millones de personas que representan el 13% de la población. Sin mencionar, que muchas de sus disposiciones se aplican sólo a los trabajadores del sector privado, esto es algo menos de 5,5 millones de personas o un 10% de la población total de colombianos.

Desde la UTIPEC creemos que Colombia requiere una Reforma Laboral que tenga una visión global y presente soluciones creativas y factibles para todos los colombianos observando el panorama completo de los fenómenos actuales de informalidad y nuevas formas de ocupación. Esta termina siendo una reforma para beneficiar a una inmensa minoría de los colombianos dejando de lado a aquellos que se encuentran laboralmente en las condiciones más difíciles, lo cual va a seguir profundizando los problemas de desigualdad que tiene la sociedad colombiana.

2)   Esta reforma no genera empleo, sino que desincentiva el empleo formal y pone en riesgo los empleos que actualmente existen y congela la generación de nuevos empleos.

Como Sindicato aplaudimos que la Reforma Laboral se incline a la consecución de mejores condiciones para los trabajadores formales; sin embargo, sabemos que serán promesas incumplibles si estas disposiciones no se acompañan de criterios claros respecto a cómo se incrementará la productividad para la generación de los recursos suficientes que puedan costear los beneficios prometidos.

Prometer beneficios desde las disposiciones legales puede ser peligroso por cuanto un gran principio básico de nuestro ordenamiento jurídico es que nadie está obligado a lo imposible. Siendo eso así, al imponer cargas a los empleadores, más responsabilidades y riesgos sin ofrecerles caminos para cumplir con ellos, nos encontramos con una Reforma que hará más difícil el empleo y promoviendo indirectamente las condiciones para que los trabajadores formales estén en riesgo de perder su empleo.

Desde la UTIPEC creemos que Colombia requiere una Reforma Laboral que por supuesto genere las condiciones para la garantía de un empleo estable, decente, con la observancia de todos los derechos, bien remunerado, que respete el balance entre vida personal y trabajo, reconociendo las características particulares de ciertos individuos en las diferentes etapas de la vida como las mujeres en embarazo, madres y padres, o personas en condición de discapacidad, y que propenda por todos ellos.

Pero eso no puede separarse de la realidad del financiamiento de todos esos beneficios, es irracional e incoherente hablar de una Reforma Laboral que no incluya criterios claros acerca de cómo se hará viable la generación de mejores condiciones para el empleo. Por eso, le pedimos al Gobierno que por el bien de los trabajadores colombianos oriente su propuesta de Reforma Laboral de manera responsable, estableciendo las vías para que todo lo escrito sea materializable.

3)  Esta Reforma Laboral desincentiva el emprendimiento y por tanto el progreso de Colombia

Según el DANE, son las Mipymes las que generan aproximadamente el 79% del empleo del país. Es decir más de tres cuartas partes del empleo en el país depende de las micro, pequeñas y medianas empresas, quienes no tienen grandes ventajas empresariales ni presupuestales sino que muchas de ellas son emprendimientos en edad temprana y que por las condiciones propias de su desarrollo serían las que tendrían mayores dificultades para el cumplimiento estricto de lo propuesto en la Reforma Laboral, en la cual sólo son tenidas en cuenta de manera diferencial para las sanciones respecto de infracciones a la libertad sindical

A la ya gran afectación que se generó al sector productivo colombiano mediante la Reforma Tributaria del 2022, el establecimiento de mayores cargas jurídicas (como los procesos disciplinarios o el depósito de los contratos de trabajo en el Ministerio del Trabajo) y nuevos costos a la empleabilidad para todos los empleadores privados sin distinción ni herramientas de apoyo para el micro, pequeño o mediano empresario; representa imposiciones desmedidas para las capacidades de los colombianos que pueden ser emprendedores incipientes, campesinos empleadores de un solo empleado para trabajar su tierra o personas trabajadoras que también dan empleo a alguien para los servicios generales de su casa. Lo anterior se configura en un gran desincentivo al empleo generado por parte de los más pequeños.

Si bien la afectación se hace crítica para la mediana y pequeña empresa, los sectores de mayor aporte tanto en la calidad del empleo como en las finanzas públicas, se ven igualmente afectados en las disposiciones contenidas en la propuesta de reforma; toda vez, que como en el caso de la industria de los hidrocarburos, que a la sobretasa que ubica su impuesto de renta en 50%, y le impide aplicar la deducibilidad de las regalías, y que ya generó una reducción del 33% de la inversión a realizar en 2023, se sumaría los sobre costos y complejidades propuestos, con lo que muchos campos e incluso empresas del sector estarían en grave riesgo de inviabilidad.

En la UTIPEC creemos que Colombia requiere una Reforma Laboral que con equidad comprenda las realidades sociales de los diferentes actores de la economía, que contemple la diversidad y naturaleza de las distintas labores que se ejecutan en el territorio colombiano y genere las condiciones para el crecimiento económico y desarrollo del país.

4)    Esta Reforma atenta contra la libertad de asociación y negociación colectiva.

En la historia de Colombia, los sindicatos hemos contado dentro de los mecanismos legales y legítimos de negociación con la figura del Contrato Sindical como opción que puede ser usada o no en el ejercicio del principio de la Libertad Sindical.

Respecto del mismo se han tenido ejemplos muy exitosos de sindicatos que han logrado mejorar las condiciones laborales de sus miembros, garantizando estabilidad laboral, incrementando su remuneración,y generando una mejora continua de las condiciones de vida y de trabajo de los empleados, mientras que se fortalecía la productividad. Estos ejemplos se convirtieron en un modelo de negociación ideal en donde el trabajador y la empresa han ganado y, en consecuencia generan, un mayor progreso para el país.

Esta Reforma Laboral busca prohibir el Contrato Sindical. Tal prohibición pretendida por el Gobierno, no solo pone en riesgo la verdadera Libertad de Asociación y Negociación Colectiva, sino que además restringe a nuestro sistema económico y a la sociedad colombiana de un mecanismo que puede ser virtuoso y permitir que todos ganemos.

Si bien, se han visto ejemplos de sindicatos que le han dado un uso ilegítimo a la figura, ello no es óbice para negar el potencial de bienestar que el uso adecuado de la misma le hace a los trabajadores beneficiados y a la empresa colombiana que traerá progreso al país.

Así mismo, las disposiciones comprendidas en la Reforma Laboral que establecen beneficios y facultades excluyentes destinadas solo para los Sindicatos más representativos, atentan contra los demás sindicatos, excluyéndolos y menoscabando la Libertad de Asociación y el principio de Igualdad.

Por todo lo anterior, en la UTIPEC creemos que Colombia requiere una Reforma Laboral que se aparte del ya agotado paradigma de la lucha de clases y conflicto social que no permite la generación de valor sino que lo destruye, que aunque pretende una distribución equitativa limita al país en su transformación social y económica.

Es necesario entender que ser diferentes no es ser enemigos, y que en las relaciones laborales nos es preciso partir de la buena fe, el respeto y la confianza de ambas partes de cara a atender las expectativas de toda la sociedad.

Si bien la UTIPEC reconoce que la Reforma acierta con asuntos como los límites a las OPS (Órdenes de Prestación de Servicios), señala que la propuesta de Reforma Laboral requiere una visión en donde se integre un panorama más amplio y comprensivo de la realidad colombiana, sin cambiar la meta, pero con propuestas creativas que permitan alcanzarla sin sacrificar los empleos en el intento.

“Por eso, invitamos al Gobierno a la construcción de una propuesta que nos permita alcanzar los beneficios para el trabajador balanceándolos con los mecanismos reales que mejoren la productividad del país y fortalezcan nuestro aparato productivo para poder hacer realidad esos beneficios y que se materialicen no solo en la ley sino el diario vivir de todos los colombianos”, concluye el comunicado.

TGI finalizó el 2022 con un crecimiento del 12,9% en su utilidad neta

Con un crecimiento del 12,9% en su utilidad neta, cerró el 2022 la Transportadora de Gas Internacional (TGI), filial del Grupo Energía Bogotá (GEB).

Además, en comparación con 2021, la empresa registró un incremento del 4,1% en los ingresos y un 7,5% en la utilidad operacional.

“Estos resultados indican el compromiso de participar activamente en una transición energética justa, sostenible y competitiva para Colombia, de la mano del gas natural. El año pasado avanzamos en proyectos de expansión, como las pruebas para asegurar la operación bidireccional entre Ballena y Barranca con Promigas. Se identificaron proyectos que al 2028 podrán traer ingresos potenciales por alrededor de 204 millones de dólares, los cuales están hoy en etapa de prefactibilidad con aliados. Asimismo, se generaron eficiencias en la operación por cerca de 19,9 millones de dólares. Cada vez más acercamos la digitalización como herramienta de eficiencia operacional y firmamos acuerdos estratégicos para transporte de biogás e hidrógeno, aportando a la innovación del sector”, sostuvo la presidente de TGI, Mónica Contreras Esper.

A través de acciones de compensación y mitigación, TGI redujo en 21,6% las emisiones de gases de efecto invernadero, cinco sedes fueron certificadas en carbono neutro y ejecutó seis proyectos de reducción de emisiones en eficiencia operacional y movilidad sostenible.

“En 2022 realizamos una inversión social total de 2.624 millones de pesos, llegando a 94 unidades territoriales, impactando a más de 5 mil personas con programas de gasificación, y beneficiando a un total de 22 mil ciudadanos en el territorio colombiano. Así mismo, gracias al trabajo realizado en los factores Ambiental, Social y de Gobernanza, ocupamos el primer lugar en la categoría transporte y almacenamiento de petróleo y gas a nivel mundial en la evaluación de sostenibilidad de S&P Global ESG e ingresamos al Ranking Par de Equidad de Género, situándonos también en el Top 10 Colombia”, agregó Contreras Esper.

Los frentes estratégicos en los que TGI continuará trabajando en 2023 son asegurar la demanda y conexión al sistema nacional de transporte de nuevas fuentes de gas natural, promover la sustitución de combustibles por gas natural en las industrias y consolidar la ruta de la descarbonización de las operaciones.