El proyecto, ubicado en el departamento de Atlántico, tendrá una capacidad instalada de 486,7 MWdc, gracias a los más de 820.600 paneles solares que estarán interconectados en un terreno de más de 1.110 hectáreas.
25 de julio de 2022. Enel Green Power, línea de negocio de Enel Colombia, inició la construcción del parque solar Guayepo I & II en los municipios de Ponedera y Sabanalarga, en el departamento del Atlántico.
Con una capacidad instalada de 486,7 megavatios en corriente directa (MWdc) y más de 820.600 paneles solares interconectados entre sí, este se convertirá en el proyecto fotovoltaico más grande de Colombia y Sudamérica.
Con una inversión superior a los $290 millones de dólares, la construcción de Guayepo I & II se realizará en un terreno de más de 1.110 hectáreas, un tamaño similar al de 2.000 canchas de fútbol. Su magnitud también se verá reflejada en su capacidad, pues generará alrededor de 1.030 GWh/año, energía capaz de suplir las necesidades de cerca de 770.000 habitantes.
“Nos llena de orgullo saber que con nuestro ingreso al departamento del Atlántico posicionaremos a la región como uno de los hubs energéticos del país”, aseguró Eugenio Calderón, gerente de Enel Green Power en Colombia y Centroamérica.
Entre las particularidades del proyecto también se destacan sus dos transformadores de 220 megavoltamperios (MVA). Estos serán los encargados de elevar el nivel de tensión del parque, en la subestación Martillo, para poder transportar la energía en una línea de transmisión de 500 kilovoltios (kV). De allí llegará a la subestación eléctrica Sabanalarga, propiedad de ISA Intercolombia, y será inyectada al Sistema Interconectado Nacional (SIN) para ser distribuida al usuario final.
Cabe destacar que, a la fecha, el título del parque solar en construcción más grande de Colombia lo ostentaba La Loma (187MWdc), otro proyecto que Enel desarrolla en el departamento de Cesar.
“Desde Enel Green Power nos hemos posicionado como un aliado estratégico de la transición energética del país, ejecutando proyectos de gran envergadura en los departamentos del Cesar y La Guajira, y ahora en el Atlántico. Además de aportar a una matriz energética más limpia, segura y eficiente, con el desarrollo de los parques eólicos y solares estamos contribuyendo a las metas de descarbonización que tiene Colombia a 2050. Tan solo con Guayepo I & II evitaremos la emisión de más de un millón de toneladas de CO2 al año”, concluyó Calderón.
SER Colombia, la Asociación de Energías Renovables Colombia, sugiere al nuevo gobierno de Gustavo Petro que la transformación energética implica un cambio paulatino del uso de combustibles fósiles y plantea algunos retos en materia energética. 22 de julio 2022.SER Colombia, la Asociación de Energías Renovables Colombia, que agrupa a más de 80 empresas que participan en proyectos de generación de energía renovable en el país, le envió una carta abierta al presidente electo Gustavo Petro, en la que plasmó los cinco retos más significativos en materia energética para el próximo Gobierno.
La Asociación hizo énfasis en que la transformación energética implica un cambio paulatino del uso de combustibles fósiles y plantea algunos retos. Además, puntualizó en los incentivos tributarios, los lineamientos para proyectos de energía renovable a gran y menor escala, las zonas interconectadas y el desarrollo de hidrógeno verde.
Los cinco llamados de SER Colombia al presidente Gustavo Petro son:
Mantener los incentivos tributarios para proyectos de energía renovable. Resulta fundamental mantener y extender de manera sostenida y prolongada en el tiempo los incentivos tributarios que se han otorgado con éxito a las tecnologías renovables no convencionales. El marco legal y tributario concebido en la ley 1715 de 2014, y ampliado en la Ley 2099 de 2021, ha funcionado como pieza angular de los avances logrados a la fecha. Estos incentivos han atraído a numerosos inversionistas. Mantenerlos implica garantizar sostenibilidad en las inversiones y posibilidad de financiamiento en el largo plazo.
Garantizar una articulación y sincronía entre el Gobierno, desarrolladores, inversionistas y comunidades.
Los proyectos de energía renovable a gran escala exigen inversiones cuantiosas y por ello la articulación y sincronía entre el Gobierno (tanto nacional como local) desarrolladores, inversionistas y comunidades es fundamental. El éxito de estos requiere procedimientos de conexión transparente y sencillo, articulado con la obtención de las licencias y/o permisos ambientales y sociales, entregados por las autoridades competentes en los tiempos requeridos. En ese sentido, la coordinación institucional entre diferentes ministerios y dependencias del estado es clave para la ejecución de los proyectos.
Se requieren más subastas.
Para la masificación y expansión de la matriz energética, se requieren esquemas como las subastas de contratación a largo plazo, coordinadas por el gobierno o las que se puedan desarrollar desde el sector privado, que permitan contratar energía y venderla a largo plazo. Es el mecanismo más idóneo para posibilitar el financiamiento de los proyectos de energía renovable.
Normativa para que los consumidores sean también productores.
En cuanto al desarrollo de proyectos de menor escala, que son indispensables para el fortalecimiento de la matriz y la transformación del sector, se requiere habilitar una normativa para que los consumidores migren hacia la categoría de prosumidores; es decir, que además de consumidores sean productores de su propia energía. Esto permitiría que pequeñas industrias, e incluso, el sector residencial, puedan reemplazar la producción de energía con paneles solares u otras tecnologías.
Marco regulatorio para el hidrógeno verde.
Frente al hidrógeno verde, consideramos que Colombia posee un enorme potencial para producir este nuevo energético tanto para exportación como para uso interno, especialmente en el transporte de carga. Para ello es necesario definir el marco regulatorio que establezca las condiciones técnicas y económicas en que se moverá este nuevo sector de la economía.
En armonía con lo anterior, la Asociación puso a disposición del Presidente electo y la de su equipo, su conocimiento y experiencia a nivel nacional e internacional para seguir fortaleciendo las políticas de Estado que conlleven a la mitigación y adaptación del país a los efectos del cambio climático, así como liderar la carbono neutralidad y la transición energética en Colombia.
Bosque de los Llanos 4 tiene una capacidad de 27,39 MWp, mientras que la capacidad de Bosque de los Llanos 5 es de 25,01 MWp. A la fecha, el país ha logrado multiplicar en 30 veces la capacidad de generación de energía por medio de fuentes renovables no convencionales al llegar a 880 Mwp.
13 de julio 13 2022. Hoy se inaufuguraron las granjas solares Bosque de los Llanos 4 y 5, llevadas a cabo por Trina Solar en el municipio de Puerto Gaitán, Meta.
La capacidad de Bosque de los Llanos 4 es de 27,39 MWp, mientras que la de Bosque de los Llanos 5 es de 25,01 Mwp, para una capacidad total de 52,40 MWp.
Es de mencionar que todo el proyecto de Bosque de los Llanos, que consta de cinco etapas, tiene una capacidad total de más de 125 MWp.
“Seguimos recorriendo el país y entregándole a los colombianos proyectos que hacen de la Transición Energética una realidad y el principal legado de este Gobierno para el país. Gracias al marco regulatorio novedoso y atractivo que logramos implementar en esta administración es que empresas como Trina Solar han apostado en Colombia para llevar a cabo sus proyectos de renovables. Hoy la compañía completa todas las cinco etapas de Bosque de los Llanos, proyecto en el cual invirtieron más de $360.000 millones y que con sus 125 MWp de capacidad ayuda a reducir la emisión más de 13.000 toneladas de CO2 por año”, dijo el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.
Bosques de los Llanos 4 y 5 están ubicadas en la vereda Altos de Manacacías, del municipio de Puerto Gaitán (Meta) y cuentan con más de 9.800 paneles solares que generan la energía necesaria para el consumo de más de 35.000 familias colombianas.
“Para Trina, es un placer entregar las dos últimas etapas que tenemos proyectadas en el departamento del Meta. En 2018 Trina inicio en Colombia con un portafolio de proyectos de 100 MW que hoy estamos terminando. Además, tenemos un portafolio de 500 MWp, de los cuales 300 MWp se van a construir en el próximo año. De acá al 2027 Trina se plantea ingresar a la matriz 1GW de parques solares“, dijo Christian Johansen, country manager de Trina Solar Colombia.
Con estas dos nuevas granjas, Colombia completó 25 granjas solares, 2 parques eólicos, 10 proyectos de autogeneración a gran escala y más de 3.000 proyectos solares fotovoltaicos de autogeneración a pequeña escala, que tienen una capacidad pico de 880MWp, más de 30 veces lo que había en 2018 (28,8 MWp) cuando entró este Gobierno.
Una solución tecnológica y comercial para llevar energíaa las zonas no interconectadas (ZNI) del país la hizo merecedora del reconocimiento.
12 de julio de 2022. Empresas Públicas de Medellín (EPM) fue la ganadora en la etapa de selección nacional convocada por la Comisión de Integración Energética Regional (CIER) para el Premio de Innovación 2022, en la categoría Descentralización.
La propuesta y desarrollo de EPM consiste en una solución tecnológica integral e interoperable que permite habilitar los nuevos servicios de energía eléctrica en Zonas No Interconectadas (ZNI); es decir, para hogares apartados con imposibilidad de acceder a redes de energía eléctrica tradicional.
La solución articula la generación con los sistemas de lectura, medición y facturación por unidad de tiempo, y los nuevos esquemas comerciales para la misma.
Esta propuesta, que fue desarrollada por varios equipos de trabajo de EPM junto a diferentes aliados tecnológicos, permitirá la sostenibilidad y viabilidad en la implementación de soluciones solares fotovoltaicas individuales a familias alejadas y sin posibilidad de acceso a la red de energía eléctrica convencional.
Jorge Andrés Carrillo Cardoso, gerente General de EPM, destacó que “es un reconocimiento a la innovación y al talento humano de EPM que permanentemente está pensando en llevar bienestar, calidad de vida y armonía a las comunidades más vulnerables y apartadas de nuestras áreas de influencia y a quienes sin importar dónde se encuentren. Además podría replicarse como experiencia piloto en diversos lugares del país.”.
Probando el futuro
Para el desarrollo de la propuesta se construyó una vivienda ‘tipo’ en un ambiente de pruebas o “sandbox” para probar la solución de manera integral, con la infraestructura necesaria para utilizar la energía solar y convertirla en electricidad (equipos eléctricos, medición y comunicaciones). De esta manera se pretende lograr una operación sostenible que pueda atender la demanda eléctrica de un hogar rural apartado con nevera, televisor, equipo de sonido, ventilador, licuadora y luminarias LED, entre otros.
El desarrollo innovador alcanzado por EPM consistió en tener un sistema de medición integral pospago/prepago con tarjeta inteligente donde se podrá tener información de la operación de los sistemas solares sin necesidad de hacer lectura, medición, corte y reconexión en sitio.
El trabajo rompe un paradigma del sector eléctrico en el nivel comercial, ya que se logra medir y facturar a partir de la disponibilidad del servicio en unidades de tiempo (minutos) y de forma estandarizada, además de las tradicionales mediciones de consumo energético (kWh) y de otras variables eléctricas.
El proceso permitirá tener un mayor control de cada uno de los sistemas solares instalados y tomar acciones correctivas a tiempo, en caso de ser necesarias. Esta prueba produjo a su vez resultados sobre hipótesis comerciales en cuanto al comportamiento del cliente.
Reconocimiento institucional
El Premio CIER de Innovación, denominado “Ingeniero José Vicente Camargo”, tiene como objetivos destacar los proyectos de innovación a nivel corporativo y/o académico, desarrollados por empleados de empresas que operan en diferentes segmentos del sector eléctrico.
Con esta iniciativa, la CIER, que es un organismo con presencia en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, pretende encontrar proyectos que reflejen las inminentes transformaciones previstas para el sector eléctrico, llevando la modernización a los procesos, la exploración de nuevos servicios y una perspectiva de impacto socioambiental, los cuales están clasificados en tres categorías: digitalización, descentralización y descarbonización.
Este premio de la CIER que recibe EPM es de carácter nacional. En el segundo semestre de este año se realizará la fase de evaluación y premiación internacional donde esta solución podría ser nuevamente destacada.
La térmica instaló un techo solar en el edificio administrativo de su planta en Palmira, que requirió una inversión de 600 millones de pesos. Ya reemplaza más del 100% del consumo de energía del edificio administrativo y espera mitigar la emisión de 56 toneladas menos de CO2 , que equivalen a plantar unos 75 árboles cada año.
1 de julio de 2022.TermoemCali, la empresa térmica que durante más de 20 años ha contribuido con el parque eléctrico nacional garantizando energía firme y disponible para el país, anunció su decisión de incursionar en las energías renovables, con el fin de adoptar una operación cada vez más sostenible.
El primer paso lo ha dado con la instalación de 384 paneles monocristalinos en el techo del edificio administrativo de su planta, cada uno con una potencia de 545 Wp, que ya le han permitido reemplazar más del 100% del consumo del edificio administrativo y, en el corto plazo, mitigará la emisión de 56 toneladas anuales de CO2, que equivalen a plantar unos 75 árboles por año. La inversión del proyecto asciende a los 600 millones de pesos, esperando generar una potencia de 272 MWh a lo largo de un año.
El evento de inauguración del techo solar contó con la presencia del viceministro de Energía, Miguel Lotero Robledo, entre otros representantes del Gobierno Nacional, y de Andeg -uno de los gremios de los que hace parte la compañía-, así como de sus accionistas y empleados.
Para el viceministro Lotero: “La iniciativa de TermoemCali se suma a la política de Estado que hoy representa la transición energética para Colombia y es muestra de que a partir de acciones de la empresa privada, conjugadas con los esfuerzos del Gobierno Nacional, tendremos un futuro energético sostenible, con una matriz cada vez más diversificada, innovadora y amigable con el medio ambiente”.
Por su parte, Jorge Armando Pineda Sánchez, Gerente General de la termoeléctrica, destacó que “en TermoemCali estamos convencidos de que optimizar nuestros procesos para lograr una operación cada vez más equilibrada con el ambiente requiere innovar y hacer uso de la tecnología de forma eficiente. Por eso decidimos incursionar en el uso de las energías renovables para nuestro autoabastecimiento a través de un proyecto piloto fotovoltaico, con el que contribuimos tanto con las metas de carbono neutralidad en el marco de la transición energética como con el cumplimiento de dos importantes Objetivos de Desarrollo Sostenible: Energía accesible y no contaminante (7) y acción por el clima (13)”.
La tecnología seleccionada para los paneles solares del edificio administrativo le permite a TermoemCali obtener mayor potencia de salida, mejor rendimiento en función de la temperatura, menor riesgo de puntos calientes, mayor tolerancia a la carga mecánica y, además, reducir el efecto de sombras en la generación de energía.
Adicionalmente, el techo solar involucra un sistema de monitoreo y análisis de energía que recopila los datos de rendimiento de los módulos y transfiere la información a una base de datos de internet en tiempo real, permitiendo medir continuamente el desempeño y ajustar lo que se requiera en el proceso de generación de energía.
Finalmente, el Gerente General insistió en que con este proyecto la compañía está incursionando formalmente dentro de la complementariedad, “pues entendemos que una fuente de energía renovable no convencional no sustituye a las tecnologías térmicas o hidráulicas, sino que estas son un complemento. Así mismo, estamos seguros de que contribuir con las metas ambientales y de sostenibilidad no es solo un objetivo de TermoemCali, sino de todo este sector térmico que en los últimos años ha hecho grandes esfuerzos por adoptar sistemas y tecnologías que permitan medir, controlar y mitigar el impacto de nuestras operaciones en el ambiente”.
El Grupo de Energía de Bogotá abrió la convocatoria para su programa ‘Venture Client’, que busca ‘startups’ con soluciones que transformen el sector de energía para impulsar el propósito superior mejoramiento de vidas.
1 de julio de 2022. Hasta el próximo 31 de julio estará abierta la convocatoria Venture Client GEB, un programa de emprendimiento del Grupo Energía Bogotá que busca a las startups o emprendimientos que quieran acercarse al holding energético líder en América Latina.
Esta iniciativa está diseñada para permitirle al Grupo Energía Bogotá (GEB) y sus filiales, Sucursal de Transmisión, Transportadora de Gas Internacional (TGI), Cálidda, ElectroDunas y Trecsa, realizar procesos de experimentación rápida de soluciones innovadoras, provenientes de startups y scaleups que se alineen con los nueve focos de innovación contemplados en la iniciativa.
La estrategia de innovación del GEB le permite ser una organización multilatina reconocida nacional y regionalmente por originar y adoptar innovaciones que mejoren vidas con energía sostenible y competitiva, impulsando los ecosistemas de innovación de la región y respondiendo de forma ágil a las macrotendencias de transición energética.
“Queremos ser aliados de los mejores startups del mundo, conocer a los emprendedores creativos y valientes que están transformando el sector de energía, entendiendo que la transición energética, impulsada por el cambio climático, la digitalización y la masificación de recursos energéticos distribuidos, requiere de innovación sistemática y ágil para ser competitivos, crecer y generar valor sostenible”, afirmó Daniel Muñoz, gerente de Innovación del GEB.
El objetivo del programa, añadió, es convertir a las compañías en los clientes pioneros de los emprendedores, ayudarles a validar y reforzar sus soluciones con un mercado de más de 5 millones de clientes en las filiales del Grupo de comercialización de energía eléctrica y gas natural en Latinoamérica.
Las startups seleccionadas realizarán un proyecto de prueba de concepto directamente con la filial del GEB que más se beneficia de su solución, enmarcada en nueve focos de innovación: Recursos energéticos distribuidos (DER), Redes inteligentes, Servicios apalancados en infraestructura existente, Generación de valor compartido en zonas de influencia, Industrias 4.0, Fidelización del cliente de servicios públicos domiciliarios, Hidrógeno, Captura de carbono y gases bajos en carbono, Soluciones para la movilidad sostenible con gas natural vehicular y Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los principales requisitos que deben cumplir los emprendimientos para participar en el programa serán: ser un emprendimiento de base tecnológica con visión global, que la innovación sea su motor de su crecimiento y que cuenten con un equipo multidisciplinario de tiempo completo durante los tres meses de ejecución del proyecto, entre otros aspectos, que podrán consultar en los términos de la convocatoria en el enlace https://gebventureclient.com/.
Las startups seleccionadas tendrán la oportunidad de obtener recursos para el desarrollo de un piloto de la tecnología o solución propuesta, espacios de networking con expertos de los negocios, mentoría y acompañamiento en el escalamiento y maduración de su tecnología y modelo de negocio y, eventualmente, la exploración de oportunidades de negocio.
El programa tendrá una duración de cuatro meses y se dividirá en dos fases: la primera consiste en seleccionar a los emprendimientos; tiene una duración de un mes. Durante este tiempo pasarán por varios filtros que incluyen entrevistas, entrenamiento y finalmente un bootcamp, del que se seleccionarán cuatro con las que se trabajará en la fase de experimentación y mentorías durante tres meses. Venture Client GEB se lleva a cabo de la mano y la experiencia, de Estratek, expertos en emprendimiento corporativo, y Endeavor Colombia, la red de emprendimiento de alto impacto en el país.
Un aspecto poco conocido es que Colombia fue potencia mundial en energía solar en la segunda mitad del siglo pasado. Crónica de una historia curiosa y de, tal vez, su principal protagonista, el doctor en Física Humberto Rodríguez Murcia.
Por: MARTÍN ROSAS
27 de junio de 2022. Las fuentes alternativas de energía como la solar y la eólica están hoy en boca de todo el mundo, pero no son tan nuevas como parece. En Colombia, el uso de tecnologías teniendo como fuente de energía el sol data de los años 20 del siglo pasado. En esos años se introdujeron en el país los calentadores de agua solares por parte de las compañías bananeras que los instalaron en las casas de sus funcionarios en Santa Marta. En esa época, los calentadores solares eran comunes en los estados de California y la Florida, Estados Unidos, y muy seguramente de allá los trajeron al país.
“Recuerdo que hacia mediados del siglo pasado los calentadores solares también se utilizaron en varias estaciones del ferrocarril en el medio y bajo Magdalena. Se colocaban sobre los techos de las estaciones y cumplían dos funciones: calentar agua y refrescar el interior de las edificaciones, pues al captar los rayos solares no permitían que estos calentaran las cubiertas”, dice el doctor en Física Humberto Rodríguez y profesor Emérito de la Universidad Nacional, profesor de la Universidad de Los Andes y miembro de Número de la Academia de Ciencias de Colombia, quien no solo ha participado en numerosos proyectos de energía solar en Colombia y Latinoamérica, sino que, a sus 74 años de edad, recorre esta historia con momentos decisivos, anécdotas, cifras, nombres y fechas exactas.
PROFESOR HUMBERTO RODRÍGUEZ, Ph. D. en Física, pionero de la energía solar en Colombia. (Archivo particular)
Luego, a finales de los 60, una misión de la Unesco montó calentadores solares israelíes en la Universidad Industrial de Santander; y a mediados de los 70, la Fundación Centro Las Gaviotas, fundada y dirigida por Paolo Lugari, se dedicó a desarrollar aplicaciones térmicas de la energía solar.
En su centro experimental en la Orinoquia, el Centro Las Gaviotas fabricó los calentadores solares de agua que le dieron renombre mundial. Los primeros sistemas se instalaron en 1979 en la Urbanización Villa Valle de Aburrá, en Medellín, para 950 apartamentos. Posteriormente, durante los ochenta se montaron en Bogotá en Ciudad Tunal calentadores para 5.500 apartamentos, en Nueva Santafé para 1.260 apartamentos y en Sauzalito en Ciudad Salitre para 1.250 apartamentos. También se instalaron calentadores solares de gran capacidad, como el de la sede de la Empresa de Energía de Bogotá, sobre la avenida Eldorado.
COLECTOR DE AGUA CALIENTE con energía solar, sobre el techo del antiguo edificio de la Empresa de Energía de Bogotá. (Archivo particular Humberto Rodríguez)
Todo eso llevó a que a finales de los 80 el país fuera reconocido por tener una de los mayores parques de calentadores solares en el mundo: cerca de 9.500 instalados por el Centro Las Gaviotas, más otro par de miles de sistemas instalados por fabricantes de Manizales, Medellín y Cali.
Eso llevó a que el Banco Central Hipotecario, gerenciado entonces por Mario Calderón Rivera, un entusiasta visionario de la aplicación de los calentadores solares en las viviendas, pensara en instalarlos en sus proyectos, pero la iniciativa quedó congelada con la llegada masiva del gas natural, que, debido a su bajo costo, dejó congelado el desarrollo de los calentadores solares en el país.
“Los calentadores solares se pensaron como una alternativa para desplazar el consumo de energía eléctrica para calentar agua, porque antes se usaban los calentadores eléctricos tipo tanque de 30 galones, pero consumían demasiada energía. Así, en los 80 se expandió la energía solar térmica en Colombia y en los 90 se redujo porque llegó el gas natural, entonces la solar térmica cayó en el olvido, pero aquí se hicieron grandes instalaciones”, dice Rodríguez.
Energía solar vs gas natural
El doctor en Física participó en el estudio ‘Bogotá siglo XXI’, para la Empresa de Energía de Bogotá, y fue el encargado de la parte solar. Allí se mostraba que calentar agua con energía solar costaba la mitad de calentarla con electricidad, pero con gas costaba la cuarta parte de calentarla con electricidad, o sea la mitad de solar; luego el gas se impuso desde entonces.
Luego, la aplicación de la energía solar ya completa un siglo historia en el país. Pero hoy, en pleno siglo XXI, la tecnología solar, especialmente la generación de electricidad con celdas solares se ha vuelto a poner sobre la mesa de discusiones por las crisis que padece la humanidad: la crisis climática por el calentamiento global y la crisis energética, esta última especialmente en Europa, aupada por la invasión de Rusia a Ucrania.
Pareciera como si el hombre no aprendiera de las lecciones del pasado. Recordemos que la primera gran crisis del petróleo, en 1973, también fue provocada por una guerra: la del Yom Kipur, cuando Siria y Egipto atacaron sorpresivamente a Israel, lo que desembocaría en el embargo petrolero de los países árabes a Occidente, que trajo como consecuencia la subida desproporcionada de los precios del crudo y el racionamiento de combustibles alrededor del mundo y, con ellos, la inflación.
“Cada vez que hay una crisis energética siempre se habla de la energía solar, pero no queda nada en firme; es decir, las nuevas tecnologías no alcanzaban la madurez y tampoco su punto de no retorno en la penetración del mercado, para quedar establecidas después de una crisis”, sostiene Rodríguez. Pero esta vez, la energía solar fotovoltaica y la térmica si llegaron para quedarse.
También pioneros en celdas solares
“La idea de las celdas solares es antigua, y obviamente en los 70, a raíz de la crisis del petróleo, se habló de nuevo de esta tecnología para generación de electricidad, pues estas ya habían sido inventadas por Charles Fritts a mediados del siglo, pero fue en 1954 cuando Daryl Chapin, Calvin Fuller y Gerald Pearson de los Laboratorios Bell (EE.UU.), desarrollaron las celdas solares de silicio funcionales, con una eficiencia de conversión de solar a electricidad de solamente el 6 por ciento”, precisa el profesor Rodríguez.
Desde entonces las celdas se siguieron mejorando y se hicieron algunas aplicaciones experimentales, demostrativas, pero también comenzaron a ser utilizadas para la conquista del espacio. “Las usaban para el espacio, porque en el espacio o uno lleva la energía o la produce allá”, señala Rodríguez y agrega:
“Los norteamericanos empezaron a usar celdas solares en el espacio y el costo del kilovatio pico era del orden de 200 mil dólares en los años setenta, que solo podía pagar la NASA, mientras que ya en los 80, cuando comenzamos a hablar de celdas solares en Colombia, la gente se sonreía y me decía: ‘usted está hablando de una tecnología que vale entre 50.000 y 70.000 dólares por kW, porque ya habían bajado los costos, y nosotros estamos haciendo hidroeléctricas como la de El Guavio, del orden de 1.500 dólares por kilovatio.’ La verdad es que esa represa terminó costando casi el doble, cerca de 3.000 dólares el kilovatio”, recuerda.
Los estadounidenses, pues, son los responsables del desarrollo tecnológico de la energía solar fotovoltaica, y hasta el año 95 habían invertido cerca de 4.000 millones de dólares en investigación en celdas solares. “El know how, la tecnología, la desarrollaron los norteamericanos en el siglo pasado, el mercado lo desarrollaron los europeos entre el 2000 y el 2010, y la comercialización la han realizado los chinos desde el 2010 para acá.”
Pero Colombia no fue ajena a ese desarrollo. Los profesores y estudiantes de Física de la Universidad Nacional comenzaron a asistir a cursos de energía solar desde finales de los 70, “porque la Unesco siempre estuvo pendiente de la energía solar y de su desarrollo en el mundo, entonces organizaba conferencias, cursos y seminarios que tuvimos la oportunidad de atender en el Centro Internacional de Física Teórica de Trieste, Italia. Hay que ver la cantidad de libros y seminarios de la Unesco promoviendo la energía solar. La OEA también tenía una división de ciencia y tecnología, y financiaba seminarios sobre la materia. Así conocimos gente muy destacada del mundo de la energía solar en esos años. Fueron esfuerzos importantes en esa época”, recuerda Rodríguez.
También señala que entonces en Colombia se empezó a experimentar con celdas solares de sulfuro de cadmio, sulfuro cuproso, en el Departamento de Física de la Universidad Nacional en Bogotá, en cooperación con la Universidad de Stuttgart, Alemania. “En 1980 ya hacíamos celdas de tamaño experimental (y saca una cajita donde conserva dos celdas solares que no superan cada una el centímetro cuadrado). Estas son celdas experimentales, para ver si convierten la luz del sol en electricidad.”
CELDAS SOLARES desarrolladas en la Universidad Nacional de Bogotá en los años 80. (Foto: Martín Rosas)
Ya en el 79 ocurrió algo importante: se creó en Colombia el Centro Internacional de Física de Bogotá (CIF). Lo crearon los profesores Eduardo Posada, Humberto Rodríguez y Galileo Violini. El profesor Violini, precisamente el 27 de mayo pasado, fue nombrado miembro Honorario de la Academia de Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales por sus valiosas contribuciones al desarrollo de la física en Colombia y con impacto en toda Latinoamérica.
A raíz de la creación del CIF, una réplica del Centro Internacional de Física de la Unesco en Italia, cuyo director en 1979 era el premio Nobel de Física profesor Abdus Salam, comenzó un intercambio de científicos y de conocimientos entre Bogotá y el mundo, al punto que la capital colombiana fue sede en julio de 1982 del primer Simposio Internacional de Energía Solar.
Para la época, Rodríguez también publicó un artículo en el periódico francés Le Monde Diplomatique titulado ‘Los generadores fotovoltaicos para los campesinos”, donde planteaba la posibilidad de llevarles a los habitantes del campo energía eléctrica para sus necesidades básicas de iluminación y comunicaciones. “En esa época también hicimos el Mapa de Radiación Solar de la Orinoquia Colombiana, pues ya estábamos hablando del potencial de la energía solar del país”, comenta.
Colombia muestra el camino
En los albores de los 80, Telecom comenzó a desarrollar el Programa de Telecomunicaciones Rurales en Colombia, en cabeza del ingeniero Héctor Castro, y la Universidad Nacional, por su parte, contribuyó desarrollando los criterios técnicos para que los radioteléfonos rurales fueran energizados con celdas solares, porque en esa época se usaban unos pequeños radioteléfonos japoneses marcas Oky, y para alimentarlos se utilizaban plantas a gasolina.
“El problema de ese servicio rural era su sustentabilidad. El primer día, el funcionario de turno se tomaba la foto, hacia una llamada para demostrar que funcionaba el radioteléfono, se le entregaba a la comunidad y cuando se acababa la gasolina, hasta ahí llegaba el servicio. Por eso, cuando vimos ese problema, fuimos a Telecom, donde había una cooperación alemana del Deutsche Bundespost en el Programa Nacional de Telefonía Rural, y les dijimos: la solución es energía solar, que ellos desconocían. Les llevamos un módulo que había conseguido en la Phillips, en Holanda, y les enseñamos cómo funcionaba, con unas baterías y sin necesidad de combustible. Ellos dijeron: listo, y se compraron cinco sistemas a los pocos proveedores de la época y se probaron en Villavicencio. Entonces se organizó una de las mayores licitaciones de celdas solares hasta esa época en el mundo, que hoy en día se ve ridículamente pequeña. Se adquirieron 2.550 módulos solares Arco Solar Power de 100 vatios pico (total 255 kWp), sus baterías, reguladores y demás periféricos. Los recursos fueron del Banco Interamericano de Desarrollo, liderado todo el proyecto por el ingeniero Héctor Castro y con la asesoría de la Universidad Nacional en cabeza mía”, recuerda Rodríguez.
A raíz del éxito del programa de telefonía rural, se amplió para incluir estaciones terrenas de comunicaciones satelitales con sistemas fotovoltaicos de mayor capacidad. El plan era montar 21 sistemas para los llamados Territorios Nacionales. Se alcanzaron a instalar en Leticia y Puerto Inírida, pero en el gobierno del presidente Virgilio Barco la guerrilla provocó unos daños y el plan se interrumpió.
Como anécdota, Rodríguez señala que el primer sistema de energía solar que se montó en una ciudad fue en el Centro de Tecnología de Telecom, cerca de la avenida Suba en Bogotá, y un reloj instalado en los años 80 en una pequeña zona verde de la calle 32 entre carreras 7 y 13, de Bogotá. Un Seiko alimentado por energía solar, “porque yo les dije: sale más barato comprar un generador solar para ese reloj que romper la calle, meter un tubo para cablear y parar el tráfico una semana.”
Así, la energía solar fotovoltaica se comenzó a comercializar en esa década en el país para otras aplicaciones. Además de Telecom, surgieron clientes que requerían energía en zonas remotas y aisladas, para repetidoras de las emisoras, las boyas de los puertos, las señales del ferrocarril que llevaba el carbón de la mina a Puerto Bolívar y el oleoducto Caño Limón – Coveñas; y se comenzaron a desarrollar compañías. “Una de las primeras fue Energía Andina, con la que realizamos un programa de electrificación rural en Putumayo, otra fue Enerssin, y más tarde Solar Center en Barranquilla. También había unos kits domésticos de energía solar que la Caja Agraria vendía a 24 meses de plazo”, recuerda el profesor Rodríguez.
GENERADOR SOLAR instalado en La Venturosa, Vichada, en los años 90. (Archivo particular Humberto Rodríguez)
“Colombia es el país que va adelante mostrando el camino”, dijo en 1987 el director de la División Fotovoltaica del Departamento de Energía de los Estados Unidos, durante la Photovoltaics: Investing in Development Conference, realizada en Nueva Orleans.
Entonces en el país, y otra vez apoyado por el gobierno alemán, que ya estaba inquieto por las energías renovables, comenzó en 1985 el Programa Especial de Energía de la Costa Atlántica (Pesenca), con la participación de Corelca y el ICA, financiado por la Sociedad Alemana para la Cooperación Técnica (GTZ, hoy GIZ) y liderado por el ya desaparecido Dr. Horst Finck.
Con ese programa se hizo una evaluación de la capacidad hídrica, del potencial de la biomasa, del carbón, de la energía solar y la eólica en Colombia. De las dos últimas se ocupó el profesor Rodríguez. Con ese programa se instalaron pequeñas centrales hidroeléctricas, plantas de biogás, gasificadores de madera, secadores de productos agrícolas con energía solar y biomasa, sistemas fotovoltaicos y programas de eficiencia energética. También se apalancaron cerca de 10 empresas de energía renovable, de las cuales aún subsisten dos.
“Justamente, de las mediciones que hicimos en 1989 en el Cabo de la Vela (Guajira) con PESENCA salió la idea del parque eólico Jepirachi, del cual fui promotor ante el Ministerio de Minas y Energía, Empresas Públicas de Medellín y la GTZ, y que fue inaugurado el 21 de marzo de 2004; es decir, desde las mediciones nos demoramos 15 años hasta hacer realidad el proyecto”, recuerda Rodríguez sobre el primer parque eólico que se construyó en el país.
Producción académica
La producción académica de Rodríguez también ha sido pionera y prolífica. Además de que fue el encargado de la parte eólica y solar del Estudio Nacional de Energía (1979), liderado por Guillermo Perry y que trazó la política energética del país por varias décadas, también lideró el primer ‘Atlas de Energía Solar en Colombia’ (1991), el estudio `Radiación sobre superficies inclinadas’ (1992), ambos publicados por la Universidad Nacional, y el ‘Training Manual in Photovoltaic Systems for Rural Electrification”, publicado por la OLADE y financiado por Naciones Unidas y la Unión Europea (1995).
Posteriormente, ya como director del Instituto de Asuntos Nucleares (1994 y 1995), y con el auspicio de la GTZ, lideró un equipo de expertos que elaboró el “Primer Inventario de gases de efecto invernadero en Colombia” (1998), y posteriormente el ‘Portafolio de Proyectos para el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Sector de Energía’ y “Opciones para la Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero en Colombia”, los cuales fueron publicados por la Academia de Ciencias en el año 2000.
“En Colombia, hoy en día hace falta un esfuerzo para desarrollar capacitación, investigación y desarrollo sobre las Fuentes de Energía Renovables, lo que ayer fue próspero y útil. Por ejemplo, los calentadores solares que fue una industria local, con mano de obra local, hoy está reducida a su mínima expresión. La formación en las universidades es insuficiente. En celdas solares, la Universidad Nacional en Bogotá mantiene sus actividades de investigación, pero hay que redoblar esfuerzos. Y hay que buscar que la investigación que se adelanta tenga impactos en el desarrollo local, aspecto en el que no hemos tenido resultados sobresalientes en el país”, se lamenta Rodríguez.
Como catedrático y asesor de entidades estatales, el profesor Humberto Rodríguez ha seguido toda la trayectoria de la energía solar en Colombia, y ante la explosión reciente de proyectos (en la UPME hay radicados más de mil), camino hacia la transición energética que obliga a ir a los renovables, concluye que estos “son un instrumento para luchar contra el cambio climático, pero tienen sus límites, por la simple razón que el sol y el viento son fuentes de potencia intermitentes, pues antes que fuentes de energía, son fuentes de potencia.”
El profesor Rodríguez continua hoy su labor en las áreas de energías renovables, cambio climático y eficiencia energética en varios países de Latinoamérica y el Caribe. En Colombia ha contribuido con el desarrollo de las grandes plantas solares que están en operación y desarrollo, con una capacidad total de 1,2 GWp.
También, desde su computador portátil, hace el seguimiento de la generación de plantas solares en varios países de América Latina, en colaboración con universidades extranjeras, donde frecuentemente es invitado como el ‘experto en energía solar’.
El CERFER es una plataforma de articulación y colaboración entre el sector público, actores de la industria y el sector educativo, con la misión de fortalecer el intercambio de conocimiento, transferencia de tecnologías y cooperación en materia de energías renovables.
24 de junio de 2022. El Ministerio de Minas y Energía, en conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Embajada de Colombia en Alemania, la Agencia Alemana de Energía (Dena) y la Cámara de Industria y Comercio Colombo-Alemana (AHK Colombia), han trabajado en el diseño y consolidación del Centro Regional de Formación en Energías Renovables (CERFER).
El CERFER es una plataforma de articulación y colaboración activa entre el sector público, actores de la industria y el sector educativo con la misión de fortalecer el intercambio de conocimiento, transferencia de tecnologías y cooperación en materia de energías renovables.
“El CERFER tendrá su primera oficina en la sede del Centro de Innovación que Ecopetrol inaugurará próximamente en Cartagena. Desde allí, tendremos la posibilidad de articularnos, no sólo con las empresas, sino con los actores del territorio, la academia y otros interesados para empezar a consolidar una oferta académica que nos permita también dar visibilidad a la experiencia de Alemania en el campo de las energías renovables”, dijo el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa.
Uno de los principales objetivos del CERFER será el de promover y mantener una colaboración activa entre actores alemanes y colombianos que incluya al sector privado, instituciones educativas y autoridades gubernamentales, con el fin de fortalecer la generación de conocimientos y habilidades en el despliegue de las fuentes no convencionales de energías renovables, así como incentivar la transferencia de tecnología alemana a Colombia.
El anuncio del CERFER se llevó a cabo en el marco del conversatorio “150 años de relaciones Colombia-Alemania: la transición energética en el centro del debate”, en el cual participaron el ministro Diego Mesa; el viceministro de Relaciones Exteriores, Francisco Echeverri; y el director de la DENA, Andreas Kuhlmann, entre otros invitados.
“Sin duda, el país tiene un potencial importante para seguir avanzando en el despliegue de las fuentes limpias de energía, y es por ello que los futuros proyectos que tengan lugar no solo demandarán inversiones sino también la creación de capacidades que permitan contar con capital humano apto para su desarrollo. En esta nueva apuesta, el sector privado nuevamente es protagonista y es por ello que damos a conocer las oportunidades y empezar a trabajar de manera conjunta en la construcción de insumos e ideas para la consolidación del CERFER”, concluyó Mesa.
El Gobierno debe brindar seguridad jurídica a los desarrolladores e inversionistas a través de un modelo contractual para las concesiones marítimas. La ANI, por su parte, debe revisar el plazo de las concesiones portuarias, que le permitan a desarrolladores de los proyectos tener relaciones a largo plazo con los operadores portuarios.
13 de junio de 2022. Un análisis jurídico, realizado por la firma de abogados Mendoza, sobre el proyecto de resolución que define el proceso para el otorgamiento de un permiso de ocupación sobre áreas marítimas para el desarrollo de proyectos de generación de energía eólica costa afuera, determinó que tales permisos son solo una parte de los retos que enfrenta la puesta en marcha de estos proyectos energéticos en el país.
La resolución, publicada para comentarios por el Ministerio de Minas y Energía (MME) junto con la Dirección General Marítima y Portuaria (DIMAR), tiene el objetivo de realizar la primera ronda de asignación de áreas en el primer trimestre de 2023, en línea con el trabajo que viene haciendo el Gobierno para el cumplimiento de los compromisos con la transición energética.
Sin embargo, “al hacer el análisis del proyecto de resolución, no solo se requiere un enorme esfuerzo regulatorio por parte del MME y la DIMAR, sino que también se requiere coordinar a estas entidades con la CREG, la ANI, la UPME y la ANLA, de tal manera que se logre una implementación orgánica de esta nueva fuente de energía renovable”, señala Mateo Mendoza, experto en estructuración de proyectos de generación de energía renovable y socio de la firma de abogados Mendoza.
En ese sentido, Mendoza describe que se requieren varios aspectos entre los cuales menciona brindar seguridad jurídica a los desarrolladores e inversionistas, construyendo un modelo contractual para las concesiones marítimas; revisar con la ANI la necesidad de expandir el plazo de las concesiones portuarias del país, que le permitan a lo desarrolladores de los proyectos eólicos costa afuera tener relaciones a largo plazo (al menos 30 años) con los operadores portuarios que van a ser esenciales para la operación logística de estos proyectos.
De igual manera, se debe definir si se va a priorizar o no la conexión de dichos proyectos al Sistema Interconectado Nacional, pues por tratarse de proyectos que requieren al menos 5 años para su desarrollo (con los recursos que eso implica), no podría esperarse que soliciten conceptos de conexión al SIN sino hasta que su desarrollo arroje resultados positivos, en cuyo caso la asignación de capacidad de transporte debería priorizarse, con la difícil tarea que eso conlleva en materia de inversión en infraestructura y un tratamiento no discriminatorio para la conexión de otras tecnologías al SIN.
También hay que considerar aspectos como la financiación de estos proyectos, que conlleva la necesidad de revisar cuáles podrían ser los ingresos que se puedan contratar a largo plazo y que permita viabilizar estos proyectos en el país; y el monitoreo y manejo de los impactos ambientales y sociales en áreas donde la información con la que cuenta el Estado es incierta.
De acuerdo con el proyecto de resolución, los proyectos de energía eólica costa afuera constarán de tres fases: una fase de exploración, que es la etapa del permiso de ocupación temporal el cual será otorgado por la DIMAR hasta por 5 años. Durante esta fase se hará la medición y recolección de datos e información necesaria para establecer la viabilidad del proyecto y, de existir dicha viabilidad, se desarrollarán las actividades necesarias para la obtención de licencias y permisos para su construcción, respecto de las cuales, según Mendoza “aún no hay claridad”.
La segunda fase es la de concesión, la cual también debe otorgar la DIMAR hasta por 30 años prorrogables por 15 más, en la cual se construirá y operará el proyecto. Esto conlleva también la necesidad de tener un cierre financiero que vale la pena evaluar en la propuesta de regulación de DIMAR.
La tercera fase es la de desmantelamiento, la cual debe darse dos años antes del vencimiento de la concesión, y consiste en la ejecución de un plan que cumpla con los requerimientos de las autoridades ambientales, todavía no previstos, para que la terminación del proyecto genere el menor impacto ambiental posible.
“Si bien como firma apoyamos los esfuerzos adelantados por el MME, creemos que es muy importante coordinar un plan regulatorio que acote las dudas de aspectos tan importantes como los que aquí hemos mencionado antes de dar inicio a la asignación de áreas, para así generar confianza a los desarrolladores e inversionistas de estos proyectos y evitar tropiezos que pueden resultar costosos en el mediano y largo plazo”, concluye Mendoza.
Con el proyecto de energía solar, se generarán más de un millón de kilovatios al año, los cuales suplirán el 50% de la demanda energética de la planta de Cartagena. El proyecto de renovación energética hace parte de la estrategia de sostenibilidad con la
7 de junio de 2022. Con una inversión superior a los 2.000 millones de pesos, la ensambladora colombiana de motocicletas Auteco SAS puso en marcha una iniciativa para abastecer con energía solar su planta de producción en Cartagena.
De esta manera, la compañía reafirma su compromiso de trabajar en la lucha contra el cambio climático.
Con la implementación del proyecto de energía solar, se generarán más de un millón de kilovatios al año, los cuales suplirán el 50% de la demanda energética de la planta de Cartagena.
El anuncio se realizó en el marco de las celebraciones del Día Mundial del Medio Ambiente, proclamado por las Naciones Unidas, que este año visibilizó las iniciativas sostenibles bajo el lema ‘Una sola tierra’.
“Como compañía, entendemos que tenemos solo un planeta y es nuestro compromiso avanzar en el camino a la sostenibilidad, con acciones contundentes, como esta que hoy lideramos desde nuestra planta de producción en Cartagena”, afirma Carlos Durán, presidente de Auteco SAS.
La planta de Auteco SAS en Cartagena tiene una capacidad de ensamblar 120 mil motocicletas por año, en un turno; y, para la producción de cada una se requiere un consumo energético promedio de 16 kilovatios, lo cual equivale a un total de 1.920.000 kilovatios al año.
“Enfrentar los desafíos ambientales es determinante dentro de nuestra estrategia de sostenibilidad, pues nos garantiza la continuidad de nuestro negocio. Por eso, este tipo de acciones se enfocan en la mitigación de los impactos ambientales que tienen nuestros procesos productivos”, agregó Laura Cardona, jefe Sostenibilidad de Auteco.
Finalmente, el proyecto hace parte de la estrategia de sostenibilidad con la cual se busca alcanzar en el 2022 la certificación en Carbono Neutralidad, con eficiencia energética, medición y verificación de la huella de carbono.