Colombia: La transición energética trae nuevos negocios

Desarrollador de proyectos de recursos energéticos distribuidos, agregador de recursos energéticos distribuidos, arbitraje de energía, sistema de almacenamiento de energía eléctrica, respuesta de la demanda, autogeneración y la generación distribuida se fortalecen en Colombia para promover la descentralización del mercado de energía, modernizar las redes y darles un rol activo a los usuarios.

Por: HEMBERTH SUÁREZ LOZANO*

17 de agosto de 2022.   Mediante la Resolución 40283 de 2022, el Ministerio de Minas y Energía de Colombia dio a conocer este mes los lineamientos para incorporar los recursos energéticos distribuidos.

Por recursos energéticos distribuidos se deben entender aquellos recursos que pueden ser gestionados de forma automática o manual, conectados a la red de distribución, cerca de los centros de consumos con posibilidad de inyectar energía, consumir energía o proveer servicios complementarios a la red en forma dinámica. 

Una de las novedades que resalta en la nueva norma es la prestación de servicios al sistema de distribución local por parte de los recursos energéticos distribuidos, lo cual representaría ingresos adicionales a la venta de energía o entrega de excedentes. 

Por otro lado, la nueva norma propone la actualización de los costos de servicios de respaldo de la red, punto que en la práctica se refleja en el contrato de respaldo que es obligatorio para todos los autogeneradores.

Uno de los recursos energéticos distribuidos más desarrollados ha sido la autogeneración; a tal punto que hoy existen al menos nueve normas expedidas por el regulador para el desarrollo de esta figura. Siete de esas normas fueron expedidas entre 2021 y 2022.

Hemberth Suárez Lozano

El marco regulatorio de la autogeneración permite la constitución de un número significativo de empresas encargadas de desarrollar proyectos de autogeneración.

Estas empresas a la fecha no requieren tener la calidad de ser empresas de servicios públicos domiciliarios y, en consecuencia, no son vigiladas ni controladas por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

Otra novedad es que se crea la figura de los agregadores de los recursos energéticos distribuidos, figura que será reglamentada por el regulador, pero uno de los roles principales será representar a quienes desarrollen arbitraje de energía, sistema de almacenamiento de energía eléctrica, respuesta de la demanda, autogeneración y generación distribuida.

Finalmente, una novedad de estirpe pedagógica es que los comercializadores y los agregadores de recursos energéticos distribuidos deberán promover de forma periódica y recurrente campañas educativas sobre las tarifas dinámicas que se causen con la participación de los recursos energéticos distribuidos.  

En términos generales, se observa que Colombia se está convirtiendo en un mercado donde se encuentran oportunidades de nuevos ingresos aguas abajo del medidor.

*Socio fundador de OGE Legal Services

¡Eureka!

Los últimos años han sido pródigos y promisorios en materia de gas natural costa afuera. El más reciente anuncio, por parte del presidente de ECOPETROL Felipe Bayón, del gran hallazgo de un nuevo yacimiento, Uchuva-1, se viene a sumar a otros no menos importantes, tales como Gorgon-1 (2017), que ahora se confirma como muy prometedor, Kronos (2015) y Orca-1 (2014).

Por: AMYLKAR D. ACOSTA

13 de agosto de 2022.   Se estima que la magnitud de las reservas de Uchuva-1, frente a las costas de Santa Marta, es equivalente al actual volumen de reservas probadas, es decir que ampliaría el horizonte del coeficiente reservas/producción (R/P) otros 8 años más.

Su localización es estratégica porque está a solo 80 kilómetros de las dos plataformas de Chuchupa, lo cual permitirá utilizar sus facilidades para poder extraer el gas y conectarse con la misma y así empalmar con los gasoductos Ballenas – Barrancabermeja y Ballenas – Cartagena para su transporte hasta los centros de consumo.

Aquí hagamos una digresión para destacar que el gas natural vehicular (GNV) reduce en un 99% las emisiones de material particulado (PM2.5) y los óxidos de azufre y en un 30% las emisiones de CO2, en comparación con la gasolina y el diésel.

Y en comparación con el uso del carbón, especialmente para la generación de energía, sus emisiones son menores entre un 50% y 60%. Ello llevó a la Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, el pasado 2 de febrero, mucho antes de la invasión rusa a Ucrania a incluir y considerar al gas natural como actor “clave en la Transición Energética y lucha contra el cambio climático”. Según ella, esta decisión permitirá “abandonar más rápidamente actividades más contaminantes, como la generación de energía a partir del carbón; a favor de un futuro climáticamente neutro y basado de forma preponderante en fuentes renovables”.

El gas, “gracias a unas virtudes que lo colocan en una situación relativa mejor que el carbón o el crudo, se sitúa como la fuente de energía más adecuada en la costosa transición hacia el mercado dominado por las renovables.

Hasta cierto punto —sobre todo el gas natural licuado (GNL)— garantiza la independencia energética y exhibe flexibilidad operativa para transformarse en electricidad. Los próximos quince años serán del gas. Por algo el gas ha sido considerado el príncipe de los energéticos, llamado a ocupar el lugar del petróleo cuando este, que sigue siendo el rey, sea destronado.

Provincia Gasífera del Caribe colombiano (Cortesía: Ecopetrol)

Estos descubrimientos refuerzan mi propuesta de montar en La Guajira una planta bidireccional, que permita la licuefacción de gas para exportarlo cuando tengamos excedentes y/o regasificarlo en la eventualidad de que tengamos que importarlo para cubrir un déficit temporal. Ello, en lugar de insistir en el embeleco de montar una planta regasificadora en Buenaventura solo para importarlo, con lo cual, de paso, se estaría desalentando y desincentivando la exploración y explotación del potencial de gas con el que contamos. Huelga decir que, debido a la actual coyuntura internacional, la cotización del gas natural en los mercados internacionales está pegada al techo, superando los US $8 el MMBTU.

Estos hallazgos ponen de manifiesto que los hidrocarburos sólo se encuentran si se buscan y la inconveniencia de detener la actividad exploratoria a sabiendas de que las reservas con las que se cuenta son muy precarias.

En cuanto al gas natural se refiere las reservas probadas con las que cuenta el país, 3,16 terapies cúbicos (TPC), sólo garantizan la autosuficiencia por los próximos 8 años.

La euforia que despiertan las albricias, entonces, no nos puede llevar a la autocomplacencia y a bajar la guardia, pues el fantasma de la importación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) nos sigue rondando.

En este sentido también tenemos buenas noticias. Me refiero al paso que acaba de darse, después de una larga espera, de la interconexión de las dos grandes redes de gasoductos con las que cuenta el país, el que opera Promigas y el que opera TGI, integrando en un solo mercado, que estaba segmentado, las reservas y la producción de gas del Caribe colombiano con las del interior del país.

Ello permitirá hacia el futuro que el transporte del gas se pueda dar en ambos sentidos según las necesidades y la demanda regional, y así no estar expuestos a la paradoja de acusar déficit de suministro en uno de los mercados concomitantemente con excedentes de producción en el otro, por no contar con la infraestructura que permitiera el flujo de gas en ambos sentidos.

*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE.

Golpe a la dinámica de renovables

Preocupan los importantes atrasos que se presentan en la línea Cuestecitas – Colectora, el segmento que conectará a 4 parques, pues poco se avanza en los trámites de las consultas. Así las cosas, el GEB se está convirtiendo en el responsable de frenar la producción de energías renovables en el país.

Por: JOSÉ DAVID NAME*

13 de agosto de 2022.   El nuevo plazo solicitado por el Grupo Energía Bogotá (GEB) para la entrega de las líneas de transmisión Colectora – Cuestecitas y Cuestecitas – La Loma, y la Subestación Colectora, que conectará importantes proyectos solares y eólicos de La Guajira y el César al Sistema Interconectado Nacional (SIN), tiene en vilo al sector que se verá afectado por el nuevo aplazamiento de la obra. Situación que ha empezado a producir un efecto dominó.

Al tratarse de una megaobra clave en la transformación de la matriz energética del país, sus retrasos generan un gran manto de incertidumbre en los proyectos renovables que dependen de estas líneas de transmisión para empezar a funcionar. Aunque el compromiso en la subasta era que estos proyectos entregaran energía desde 2022, el anuncio de la solicitud de tres años más para finalizar la obra por parte del GEB posterga irremediablemente sus entradas al mercado.

Preocupan los importantes atrasos que se presentan en la línea Cuestecitas – Colectora, el segmento que conectará a 4 parques, pues poco se avanza en los trámites de las consultas. Así las cosas, el GEB se está convirtiendo en el responsable de frenar la producción de energías renovables en el país. Con este incumplimiento se verá interrumpida la dinámica de un sector que venía en crecimiento, estancando el desarrollo de las energías renovables no convencionales, deteriorando la oferta energética y afectando la confiabilidad del sistema.

La ampliación de la red de transmisión es un eslabón fundamental para lograr la incorporación de las energías renovables no convencionales al sistema. Las demoras que se están presentando deben ser revisadas por el nuevo Gobierno para dar prontas soluciones y evitar que se afecten más proyectos. En este punto es importante que las entidades encargadas trabajen de la mano con los ministerios, el sector y las comunidades, para así destrabar los proyectos.

En contraste a lo que está sucediendo en Colombia, nuestros vecinos de la región están avanzando a pasos grandes. Por ejemplo, en Brasil ISA Cteep, filial del grupo ISA, continúa consolidando su participación en el mercado eléctrico con la puesta en operación de Paraguaçu, un proyecto que con una línea de 338 km de longitud conecta las regiones noreste y sudeste, permitiendo el flujo de energías renovables a los grandes centros de consumo de Brasil.

Recientemente, el Grupo Energía Bogotá también anunció la adquisición de cinco nuevas concesiones de transmisión de energía en Brasil, con lo que la compañía busca estar entre los primeros lugares del sector en Latinoamérica. Noticia que celebramos con un gran sinsabor.

Esta semana solicité a los entes de control y al Gobierno Nacional aplicar las pólizas y sanciones por el incumplimiento del GEB con el proyecto de las líneas de transmisión. La problemática actual, con las elevadas tarifas de energía para usuarios residenciales y comerciales, demanda la urgente entrada de proyectos de generación con fuentes renovables, que además de respaldar la generación convencional, permitan a los colombianos tener la posibilidad de contar un servicio a un precio justo.

Para que sigamos avanzando en la transición energética hacia fuentes más limpias, necesitamos redes de transmisión que estén listas a tiempo. Si queremos, algún día, alcanzar la masificación de las energías renovables en Colombia, hay que trabajar sin descanso en el mejoramiento de la infraestructura de conexión energética y sus procesos.

*Senador de la República

La devaluación del peso

Análisis del impacto macroeconómico de la apreciación del dólar con respecto al peso colombiano.

Por: AMYLKAR D. ACOSTA*

23 de julio de 2022.   Desde 1991, según el artículo 371 de la Constitución, el Banco de la República es el responsable del manejo de la política cambiaria, después de muchos años que estuvo en manos de la Junta Monetaria.

Hasta septiembre de 1999 se mantuvo por parte del Emisor la conocida “banda cambiaria”, creada en la administración de Cesar Gaviria en enero de 1994, dentro de la cual se movía la tasa representativa del mercado (TRM). Al abandonarla se optó por un sistema de libre flotación, que se ha mantenido hasta el presente, sin renunciar el Banco de la República a su intervención del mercado cambiario cuando las circunstancias lo ameriten.

El peso colombiano pasó de ser una de las monedas más fuertes del mundo hasta mayo de este año ­—aupada por la espiral alcista de los precios del petróleo y el carbón, que llegó a cotizarse por encima de los US $300 la tonelada—, a ser en este momento una de las más devaluadas después del rublo ruso.

La tasa de cambio llegó a superar los $4.600, el máximo histórico, acumulando una devaluación superior al 15%, atizando aún más la inflación interna.

Ello no es nuevo, si por algo se ha caracterizado Colombia es porque cuando sobreviene la revaluación de la moneda con respecto al dólar el peso es de las más revaluadas del mundo, y cuando se da la devaluación es también de las más devaluadas. En ello influye su gran vulnerabilidad, atribuible en gran medida al déficit en cuenta corriente de la Balanza de pagos que ya bordea el 6% del PIB, el más alto de Latinoamérica.

El presidente Iván Duque atribuye la gran devaluación actual a lo que podría denominarse el “efecto Petro”. En su concepto, “cuando hay mensajes que generan incertidumbre frente a la inversión de largo plazo, frente a lo que se puede avecinar en los regímenes que tienen que ver con la inversión en el campo y demás, pues yo creo que esas cosas empiezan a generar esta situación”.

Desde luego que el cambio extremo de un gobierno de derecha a otro de izquierda entraña incertidumbre, pero este no es el factor determinante del curso que ha tomado la tasa de cambio en medio de la turbulencia en la que se debate la economía global. Cabe recordar que la tasa de cambio el 7 de agosto de 2018 fue de $2.899 y cerró en enero de este año en $4.043 registrándose una devaluación del 40% en este cuatrienio que está a punto de concluir.

Así como no ha escapado Colombia a la ola inflacionista global, tampoco está exenta del impacto de la revaluación del dólar, empezando por el encarecimiento de los bienes importados que hoy tienen un peso del 15% en la canasta familiar.

Según el presidente de ANALDEX Javier Díaz “en teoría el alto precio del dólar beneficia a los exportadores; sin embargo, es relativo, pues buena parte de los productos exportados requieren insumos o materias primas importadas que ahora son más costosos. Los productores nacionales que compiten con importados también son beneficiados, pues los bienes provenientes del exterior son más costosos”.

Pero no hay dicha completa. Ello lo que pone de manifiesto es lo deleznable de la competitividad basada en la tasa de cambio y no en la productividad, en la cual la economía colombiana tiene grandes falencias.

También la deuda externa, denominada en dólares, tanto la del Gobierno como la del sector privado (a marzo US $175.106 millones, 49.4% del PIB), se verán afectadas por esta devaluación, encareciéndola. Ello alterará las previsiones del Gobierno actual consignadas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP).

En efecto, mientras en el mismo se proyecta una tasa de cambio de $3.924 en 2022 y el servicio de la deuda para lo que resta de este año por valor de $7,8 billones, si dicha tasa supera, como en efecto ya ha superado los $4.600, dicha suma sobrepasará los $9 billones, $1,2 billones más. Ello se traducirá en un déficit fiscal superior al 5,6% del PIB para este año estimado en el MFMP y aleja la posibilidad de alcanzar el superávit fiscal en 2023, como lo promete el actual gobierno.

El endeudamiento ya de por sí se había tornado más costoso, tanto por el aumento de las tasas de interés como por los mayores riesgos que tiene Colombia debido a la pérdida del “grado de inversión”. Es así cómo después que en 2020 la tasa para un bono colombiano de diez años era de 3,5%, hoy es del 7%, el doble.

Finalmente, debido al aumento de tasas de interés por parte del banco emisor, el servicio de la deuda pública está aumentando fuertemente, restándole espacio fiscal a la inversión y al gasto social.*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE

Dólar al alza

Análisis del economista y exministro de Minas y Energía Amylkar Acosta sobre el fenómeno devaluacionista de las monedas frente al dólar.

Por: AMYLKAR D. ACOSTA*

16 de julio de 2022.   Primerofue la inflación galopante, que sobrevino en la cresta de la ola de la reactivación de la economía global, a consecuencia de la debilidad de la oferta frente a la mayor demanda y a la interrupción de las cadenas de suministros, en momentos en que el mundo no se terminaba de recuperar de la crisis pandémica de 2020.

A ello contribuyeron la escalada alcista de los precios de los commodities, especialmente de los energéticos. La invasión a Ucrania por parte de Rusia le sirvió de catalizador. La inflación en los EEUU en mayo alcanzó el 8,6% y en la Unión Europea el 8%, las más altas en más de 40 años. Entre tanto en Colombia el aumento anualizado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) al cierre de junio fue de 9,7%, el más alto en 20 años, con el agravante que para los estratos más bajos de la población dicho índice fue de 11,14%, casi dos puntos porcentuales más.

En el afán de frenar la inflación, los bancos centrales dieron un viraje pasando de una política monetaria expansiva a otra contraccionista, utilizando el incremento de las tasas de interés de intervención. Todos ellos se han visto compelidos a actuar con la rapidez del rayo y contundencia.

La Reserva Federal (FED) de los EEUU marcó la pauta con sucesivos aumentos de sus tasas, siendo el de junio de 75 puntos básicos el mayor en 28 años, hasta alcanzar el 8,6%, la más alta tasa en 41 años.

Por su parte, el Banco de la República elevó su tasa de interés de intervención desde el 4% en enero de este año hasta el 7,5% en junio, después de que por unanimidad la Junta del Emisor, con el propósito de “reanclar” las expectativas de inflación, decidió incrementarla en 150 puntos básicos.

Las medidas tomadas por la banca central aquí, allá y acullá le pusieron el freno de mano a la economía ralentizando su crecimiento y empujándola hacia una recesión.

La expectativa de un menor crecimiento de la economía ha terminado por destorcer los precios de los commodities debido a que se espera una menor demanda por los mismos. De hecho, el petróleo, que había alcanzado precios superiores a los US $120 el barril, en estos momentos fluctúa alrededor de los US $100, que sigue siendo alto pero su tendencia es a la baja.

Cuando apenas se empezaban a ver los primeros retoños de la reactivación, cada vez es más inminente un estancamiento de la economía con inflación (estanflación), que sería el peor escenario a nivel global.

La economía de los EEUU se contrajo -1,6 % en el primer trimestre de 2022, después de un robusto crecimiento de 6,9% en el último trimestre del año anterior. Ahora es la Reserva Federal de Atlanta la que, mediante su indicador GDPNow, que pronostica el comportamiento del PIB estadounidense en tiempo real, prevé una nueva contracción en el segundo trimestre de -2,1%. De darse esta proyección se cumpliría con la definición técnica de recesión, al decrecer la economía dos trimestres consecutivos.

Por lo demás, la multinacional financiera estadounidense Morgan Stanley le augura una recesión a la Zona Euro a finales de 2022, al tiempo que el Gobierno chino se ha fijado un objetivo de crecimiento para este año “en torno al 5,5%”, el más bajo en tres décadas.

Las altas tasas de interés decretadas por la FED, que se trasladan al rendimiento que ofrecen los bonos del Tesoro, torna estos más atractivos para los fondos de inversión, cuyos capitales como las golondrinas alzan vuelo desde los países emergentes hacia los Estados Unidos.

A ello se añade que, ante la inminencia de una recesión, dichos capitales buscan refugiarse en la divisa norteamericana, que es considerada moneda reserva. Ambos factores han influido en la apreciación del dólar frente a las demás monedas del resto mundo. Es de destacar que por primera vez desde que el Euro se estrenó como moneda de curso en la Unión Europea, el dólar llegó a superar la cotización del Euro.

Adicionalmente, la cotización del dólar y el precio del petróleo, que por décadas habían mantenido una correlación inversa, de tal suerte que si subía la cotización del uno bajaba la del otro, se divorciaron, pero nuevamente se ha vuelto a dar. Así que con la reciente caída del precio del crudo concomitantemente se ha dado también la apreciación del dólar, especialmente en países exportadores como Colombia, que ven menguados sus ingresos de divisas por este concepto. Huelga decir que todos los commodities ven afectados sus precios habida cuenta que están denominados en dólares.

*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE.

Eco-petrol

La historia se repite. La crisis energética global que se precipitó con la invasión rusa a Ucrania y la respuesta de los países que integran la OTAN, encabezada por EEUU, guarda mucha similitud con la crisis energética en 1973, la cual tuvo como detonante la guerra del Yom Kipur.

Por: AMYLKAR D. ACOSTA

4 de julio de 2022.   Entonces como hoy se puso en riesgo la seguridad energética global y para conjurarla las grandes potencias y las multinacionales petroleras se vieron forzadas las primeras a diversificar su matriz energética y las segundas a diversificar su portafolio de inversiones para no poner todos los huevos en una sola cesta.

En efecto, se integró a la matriz energética el gas natural, que hasta entonces era visto en la industria petrolera como un estorbo, y el carbón, que había sido desplazado por el petróleo, ganó participación en la misma.

Por su parte, las empresas petroleras incursionaron en la extracción y comercialización de gas y carbón. Ello explica que los primeros desarrollos a escala industrial de explotación de gas natural y carbón en Colombia, a mediados de los años 70, se dieron de la mano de la Texas Petroleum Company, que se asoció para tal efecto con Ecopetrol e Intercor, filial de la EXXON, socia de la estatal Carbocol. Ambos en el departamento de La Guajira.

Ahora que estamos en modo Transición Energética, desde las energías de origen fósil hacia las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER), que pasa por la integración de estas a la matriz energética, por la electrificación de la economía y por la eficiencia energética, una vez más la industria petrolera ha entendido que esta reconversión no tiene reversa y por ello han venido incorporando a su portafolio de inversiones las FNCER.

Multinacionales como Shell, Repsol, Statoil, Pemex, BP, Petrobras, Total, Gazprom, Chevron y ExxonMobil, entre otras, están apostándole con cuantiosas inversiones para promover y desarrollar proyectos basados en FNCER. Ellas han entendido que no les es dable nadar contra la corriente, luchando contra esta nueva realidad que terminará por imponerse. Presionadas por el Acuerdo de París todas ellas están adquiriendo compromisos frente a sus accionistas y frente a la comunidad internacional de reducir su huella de carbono y el impacto de esta industria en el medioambiente y están empeñadas en acelerar su reconversión a las energías renovables.

La semiestatal Ecopetrol no se ha quedado atrás de esta tendencia de la industria y se ha fijado la meta de alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono hacia el 2050, alineándose con el objetivo que se trazó la COP26. Con tal fin puso en marcha su estrategia Energía que transforma.

Después de 65 años dedicada a la exploración, explotación, transporte, refinación y comercialización de crudos y sus derivados, Ecopetrol inició la transición energética hace unos 5 años y hoy es un grupo de energía integrado, con posiciones en renovables, hidrógeno, infraestructura y electricidad. Ecopetrol ha venido avanzando con paso firme en renovables y espera incorporar 400 MW en su matriz de suministro al 2023.

Según el presidente de Ecopetrol Felipe Bayón, “la Transición se observa en el camino que se trazó para ser carbono neutral en 2050, siendo la primera empresa del sector en Latinoamérica en adquirir ese compromiso. En los últimos dos años ya logró reducir 490 mil toneladas de C02. Además, ya vendió el primer cargamento de un millón de barriles de crudo pesado ´carbono compensado´ a China. Tres de las empresas del Grupo empresarial son carbono neutral (Cenit, ODL y Bicentenario)”.

Según la misma fuente, los negocios de bajas emisiones representarán entre el 30% y el 50% del Ebitda del Grupo Ecopetrol en 2040. De allí que en su plan de inversiones 2022-2024, que será por cerca de 70 billones de pesos, ya se contempla que casi el 20% se destine a la diversificación.

Otra contribución de Ecopetrol para alcanzar la meta de reducir el 51% de las emisiones de GEI hacia el 2030 a que se comprometió Colombia con la comunidad internacional y para la reducción de la contaminación del medioambiente, especialmente en los centros urbanos, ha sido la mejora de la calidad de los combustibles, a lo cual ha contribuido también la mezcla de los biocombustibles.

Ecopetrol ha cumplido con creces los requerimientos en este sentido del Documento CONPES 3943 de 2018, la Ley 1972 de 2019 y la Resolución 40103 de 2021, al entregar en sus refinerías gasolina con sólo 13 partes por millón (PPM) de contenido de azufre y ACPM con sólo 13 PPM.

Adicionalmente la gasolina que se expende en las estaciones de servicio contiene 84 octanos, que sube hasta los 88 gracias a la mezcla del 10% de etanol, que para el caso de la extra pasa de 95  y 98 octanos.

Además Ecopetrol está a la vanguardia, junto con Promigas, en el propósito de producir hidrógeno verde y azul con su proyecto en Cartagena en donde cuenta con el primer electrolizador, energético este en el cual proyecta invertir cerca de US $2.500 millones de aquí al 2040, en cumplimiento de la Hoja de Ruta del Hidrógeno trazada por el Ministerio de Minas y Energía.

*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE.

Generación de energía eléctrica por petroleros

Una oportunidad de negocio para los productores de crudo y gas es la generación de energía eléctrica, porque esta actividad se puede realizar sin limitación regulatoria a través de la autogeneración e incluso, dependiendo la fuente de producción, sin ningún límite regulatorio se puede realizar generación de energía térmica a partir de gas natural y desde otras fuentes primarias de energía.

Por: HEMBERTH SUÁREZ LOZANO*

4 de julio de 2022.   La generación de energía eléctrica es la actividad que se puede realizar con diferentes fuentes primarias. Para el caso del petrolero lo ideal es que sea con gas natural por su cercanía con este energético, y si bien es cierto que cuando se realiza generación con gas natural existe una restricción para el productor de gas y petróleo, la misma regulación señala una excepción para la generación con gas. De manera que sí existe posibilidad de que un productor participe sin restricción alguna en la generación de energía térmica.

La generación de energía desde el punto de vista económico es una actividad de competencia, que ocurre entre las empresas generadoras por las ventas de energía eléctrica participando en el despacho económico en el mercado mayorista; pero no es el único ingreso que puede percibir porque puede participar en subastas del cargo por confiabilidad, obtener ingresos por prestar servicios complementarios, puede participar en el mercado secundario y también puede obtener ingresos a través de la comercialización de energía, por mencionar algunos de los esquenas de ingresos más destacados.

Ahora bien, debido a que nuestra regulación de energía es neutra en cuanto a la tecnología de generación, es viable participar en la actividad de generación con diferentes fuentes, me refiero a gas natural nacional o importado, gas licuado del petróleo nacional o importado y fuentes no convencionales de energía renovable.

Una de las oportunidades de monetizar el gas natural es la figura del cargo por confiabilidad, en donde vendrán reglas para que las plantas y/o unidades de generación existentes adquieren ingresos fijos por respaldo de más de un año. Para algunos casos será de 5 años y para otros de 10 años. Ahora bien, si la planta es nueva el ingreso puede ser de 20 años. Me refiero a un ingreso fijo mensual que se recibe aparte de la generación de energía.

Por esta razón, algunas de las plantas y/o unidades que hoy están en operación al interior de los campos productores se pueden optimizar y alistar para participar en las subastas.

No podemos perder de vista que para aprovechar los ingresos que provienen de la generación de energía la planta debe cumplir un atributo, y es estar conectada al sistema interconectado nacional, de lo contrario seguirá siendo un activo pasivo sin mayor aporte que el autoconsumo.

Para cumplir ese atributo existe un procedimiento de asignación de capacidad de transporte que tiene obligaciones exigentes pero que son objetivas, públicas y transparentes, de manera que si el activo tiene merito tendrá acceso a los ingresos que reporta la actividad de generación de energía eléctrica.

*Abogado en OGE Legal Services

La transición energética en Bogotá y el déficit del SITP

El programa de gobierno del presidente electo Gustavo Petro desea acelerar la transición energética que necesitamos para lograr el objetivo de reducir en 51% las emisiones GEI a 2030 y la carbono neutralidad en 2050.

Por: DARÍO HIDALGO

1 de julio de 2022.   El transporte bogotano juega un papel muy importante en los objetivos de reducir emisiones y la carbono neutralidad. Bogotá ya inició la incorporación de flotas eléctricas en el transporte público y construye la primera línea del metro y las troncales de la Avenida 68 y la Avenida Cali, que serán de buses eléctricos (la capital solo puede licitar esa tecnología por decisión del Concejo). La Gobernación de Cundinamarca, por su parte, acaba de iniciar las obras del primer tren de cercanías, el Regiotram de Occidente.

En portafolio están el Corredor Verde de la Carrera Séptima (con e-buses), la segunda línea del metro, que eventualmente logrará la decisión definitiva de inversión en el actual gobierno nacional, así como el corredor Calle 13 que también tendrá corredor de transporte masivo (e-buses).

Un poco más atrás van la planeación del Regiotram del Norte y el Cable de San Cristóbal, en estudios de factibilidad, y a nivel de idea las líneas 3, 4 y 5 del metro, 14 corredores verdes y otros 5 cables, todo parte del Conpes de Movilidad Bogotá-Región. El nuevo gobierno será clave en el seguimiento de lo que ya está en marcha y la culminación de la planeación de lo que está avanzado.

Durante la campaña se plantearon dudas sobre la primera línea del metro y seguramente existirá alguna revisión, pero se esperaría que continuará sin contratiempos, así como las troncales y el corredor verde de la Carrera Séptima que hacen parte del paquete existente de recursos para transporte masivo en Bogotá.

Lo interesante será ver nuevas propuestas, más allá de la confirmación de la financiación para la Línea 2 y la Calle 13. Por ejemplo, apoyo al Regiotram del Norte y avance con otras líneas de metro y corredores verdes. En Chile, cada presidente suma proyectos, ese ejemplo es útil para nosotros acostumbrados a discutir lo que ya está en marcha.

El componente de transporte público debe complementarse con aceleración de la electrificación de flota del SITP. Los contratistas de 2010 tienen que reemplazar su flota, y de acuerdo con los contratos que dejó la administración de Samuel Moreno y Clara López, lo pueden hacer con vehículos convencionales. Para poder hacerlo con flota eléctrica requerirían apoyo financiero adicional. 

Además, están las flotas para las troncales y corredores verdes en proceso. Allí el Gobierno Nacional puede darle una mano a la ciudad y contribuir con el diferencial de costo total de propiedad (capital más operación) de forma que se siga avanzando en la electrificación del transporte público de la capital.

Ahora bien, la transición energética también debe cubrir el transporte de carga y los vehículos particulares (carros y sobre todo motos). Allí hay varias posibles líneas de apoyo desde el Gobierno Nacional: recursos para la chatarrización de flotas de camiones y volquetas para reemplazo de vehículos eléctricos en el componente de logística urbana (un poco más complejo en carga regional y nacional por problemas de autonomía de los camiones); continuidad y profundización de esquemas tributarios para la adquisición de motos y carros eléctricos; apoyo en el fortalecimiento de las redes eléctricas para que puedan atender la carga adicional, y puesta en marcha de sitios de carga rápida. También temas regulatorios para facilitar la implantación de redes y tarificación inteligentes. Puede ser interesante que Colombia ponga fecha final a la venta de vehículos de combustible fósil en nuestro país, por ejemplo 2035.

Otro lado de la transición está en el cambio modal: a nivel urbano pasa por infraestructura peatonal y de bicicletas segura al tiempo que se mejoran los servicios de transporte público (con apoyo financiero a la población más pobre para hacerlos asequibles). A nivel nacional la intermodalidad con redes férreas y fluviales (allí hay planes maestros y propuestas desde las regiones).

Por último, pero lo más urgente: el apoyo al déficit financiero del SITP que drena actualmente las finanzas distritales. El programa de gobierno habla de apoyo a cobro por congestión; eso está bien, pero se requieren fuentes nuevas, por ejemplo, un cambio en los impuestos de propiedad para que los vehículos más contaminantes paguen más. Ahora sólo se paga con base en el valor del vehículo, y no por su impacto ni en congestión, ni en uso del espacio público, ni en contaminación, ni accidentalidad.

Los principios indicados por personas cercanas al Pacto Histórico, como el exdirector del IDU William Camargo, muestran que esta agenda es cercana a las intenciones del nuevo gobierno.

Publicado originalmente en eltiempo.com

Hacia el gran Acuerdo Nacional

Las palabras de Fabio Valencia Cossio cuando se posesionó como presidente del Congreso de la República fueron premonitorias: “O cambiamos o nos cambian”. Y como no cambiaron, los cambiaron.

Por: AMILKAR D. ACOSTA*

25 de junio de 2022.   Los resultados de la primera vuelta de la elección presidencial mandaron un mensaje contundente: el cambio es ahora. El resultado fue arrasador. El 68,5% de los ciudadanos votaron por el cambio, en contra del continuismo, contra la corrupción y las falsas promesas.

Vencedor en la primera vuelta presidencial y victorioso en el balotaje de la segunda, Gustavo Petro Urrego se erige en el cuarto presidente de la República oriundo del Caribe colombiano. Es también la primera vez que resulta electa como fórmula vicepresidencial una mujer afro, de la Colombia profunda, símbolo de la resistencia y auténtica representante de los nadie del escritor uruguayo Eduardo Galeano.

Ya en la primera vuelta el electorado se había pronunciado a favor del cambio y optó por el que propuso el Pacto Histórico. El primero en reconocer su triunfo fue su contendor Rodolfo Hernández, quien en una declaración que lo enaltece llamó al presidente electo “para felicitarlo por el triunfo y ofrecerle mi apoyo para cumplir las promesas de cambio por la que Colombia votó”.

Por su parte, el ex presidente Álvaro Uribe se pronunció y manifestó con una gran dosis de sindéresis y realismo que “para defender la democracia es menester acatarla. Gustavo Petro es el nuevo presidente. Que nos guíe un sentimiento: Primero Colombia”. De hecho, el presidente Petro invitó al expresidente Uribe y este aceptó reunirse para dialogar en torno al que podría ser un Acuerdo sobre lo fundamental, como lo planteó en su momento el inmolado dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado. Ello es un buen presagio, así como la consolidación de la coalición de gobierno en el Congreso, que ya supera las mayorías necesarias para su gobernabilidad.

Petro, en su primer discurso después de los resultados que arrojó el preconteo, le tendió la mano a sus adversarios y reiteró su propuesta de un Acuerdo Nacional, con el objeto de restañar las heridas dejadas por la contienda e hizo un generoso llamado a la unión en la diferencia. Ello, además de plausible, resulta de la mayor conveniencia para el país y para el buen suceso de la gestión de gobierno en el próximo cuatrienio (2022–2026).

Bien dijo el ex presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy que “se puede ganar con la mitad, pero no se puede gobernar con la mitad en contra”. Además de que, como lo afirmó el ex canciller chileno Gabriel Valdés, “en el sistema democrático el que ganó no puede destruir al que perdió, ni el que perdió puede hacer invivible la Nación tratando de destruir al que ganó”, sin llevarse de calle las instituciones democráticas del país.

En su primer discurso después de su elección, Gustavo Petro, para despejar y disipar dudas sobre sus reales intenciones y marcar distancia con el execrado Socialismo del siglo XXI, fue categórico en afirmar que “vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia. No porque lo adoremos, sino porque se trata primero de superar la premodernidad en Colombia”. Y fue más lejos al afirmar que “no se puede redistribuir sin producir”.

Si lo interpretamos bien, su apuesta es por el Capitalismo progresista, denominado así por el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, “sustentado en una comprensión clara de los elementos que fomentan el crecimiento y el bienestar de la sociedad, que nos ofrece una opción para salir del lodazal y mejorar la calidad de vida de la población”.

A este respecto, vale la pena traer a colación la acotación del historiador Eduardo Posada a la obra el Liberalismo y sus descontentos de Francis Fukuyama. Resalta que, aunque en concepto de Fukuyama la democracia liberal y la economía de mercado siguen siendo “las mejores alternativas disponibles para organizar las sociedades humanas”, hoy, más que antes, defiende la intervención gubernamental, que no se puede confundir ni estigmatizar tildándola de intervencionista, dada la necesidad de “mayores regulaciones del sistema capitalista y mayor protección social”. Concluye Posada diciendo que “esa sería parte del destino de las democracias liberales que logren funcionar debidamente”. Con ello Fukuyama le corrige la plana al fracasado modelo neoliberal que relega al Estado al puesto trasero, propicia y promueve el capitalismo salvaje,  que tantos estragos sociales ha causado.

El mensaje del Presidente electo al país nacional fue, además de conciliador, tranquilizador y se comprometió a dejar atrás las estériles confrontaciones y la polarización, para abrirle paso al diálogo y la concertación, con respeto y garantías para la oposición. Y ello está muy bien, porque el nuestro es un país en donde rige un régimen presidencialista, en el que el presidente de la República está investido además como Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y suprema autoridad administrativa.

Este súper poder del ejecutivo sólo puede ser balanceado con el cabal respecto del sistema de los frenos y contrapesos, inspirados en la obra cumbre del Barón de Montesquieu El espíritu de las leyes (1748), en la cual hizo tanto énfasis en la importancia de que el poder debe ser controlado por el poder, para que evitar el autoritarismo.

Finalmente, digamos como colofón que lo que está en juego en este momento es la vigencia y el fortalecimiento de la democracia, y esta no se reduce a los ritos de elegir al primer mandatario del país y al legislativo cada cuatro años, se trata de preservar el equilibrio de los poderes públicos y sobre todo de ejercer democráticamente el poder.

El gran juisconsulto austríaco Hans Kelsen supo distinguir muy bien entre la legitimidad de origen de la legitimidad del ejercicio del poder, la cual se refrenda cotidianamente con los actos de gobierno. Es claro, además, que el ejercicio democrático de la ciudadanía no termina con el voto.

*Exministro de Minas y Energía y miembro de Número de la ACCE.

La invasión a Ucrania y la encrucijada energética europea

En los últimos meses, y como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania, el mundo ha vuelto a pensar sobre la seguridad energética. Adicionalmente, se ha observado un aumento en los precios de la energía y el consecuente aumento de los ingresos de los países exportadores y de los costos para los consumidores.

Por: RICARDO DELGADO*

3 de junio de 2022.   Ante la contingencia y el posible desabastecimiento de gas natural en Europa al cesar las importaciones desde Rusia, el carbón mineral ha suministrado parte de la energía que antes proveía el gas. Esto, sumado a la necesidad de sustitución del petróleo ruso, ha llevado a un incremento generalizado del precio internacional de los energéticos y al aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente en los países europeos.

Europa logró pasar el invierno 2021-2022 sin que la crisis del desabastecimiento energético la alcanzara, en gran medida porque las sanciones a Rusia no se ejecutaron en ese periodo y porque Rusia no cesó el suministro de energía. Pero ese equilibrio inestable no va a durar para siempre.

Esta coyuntura ha llevado al planteamiento de diferentes opciones de respuesta y a la visualización de impactos permanentes que podrían llevar a la modificación de los escenarios energéticos futuros. Una de las primeras discusiones tiene que ver con el aspecto de seguridad del abastecimiento y el eventual conflicto con el cumplimiento de las restricciones ambientales y de los objetivos climáticos de los diferentes países.

Alternativas de suministro energético

Respecto al caso europeo, una de las estrategias podría ser la de hacer permanente el uso de “emergencia” que se ha hecho del carbón como alternativa energética. Esto reñiría con el cumplimiento de los objetivos climáticos planteados, pero tendría beneficios en cuanto al aprovechamiento de las reservas locales y de las múltiples fuentes disponibles para la importación de carbón.

Un segundo escenario contempla la construcción de nuevas instalaciones para la importación de gas natural licuado (GNL) que podría comprarse a diferentes países en el mercado internacional, disminuyendo el riesgo de depender de una única fuente.

La tercera alternativa podría ser la sustitución del gas natural ruso con el desarrollo de las potenciales reservas de yacimientos no convencionales. Esta opción no es tan de corto plazo ya que depende del éxito en la identificación y desarrollo de esos yacimientos, pero de ser exitosa garantizaría la autonomía energética de la región.

Como cuarta alternativa está la construcción de gasoductos adicionales que permitan llevar gas natural importado desde puertos españoles y portugueses hacia el resto del continente. De esta manera, se podría utilizar la capacidad de regasificación de España y Portugal, además de su posición geográfica para importar GNL sin construir nuevas terminales.

Las cuatro alternativas pueden llegar a ser exitosas a la hora de garantizar la sustitución del gas natural ruso por gas de otro origen o por carbón mineral. El cambio en el origen del gas natural importado no es una solución de mínimo costo, de haberlo sido no se habría llegado a la dependencia del gas ruso como la fuente más económica.

La búsqueda de gas barato llevó a que Rusia fuera el proveedor principal de Europa. No es claro si en las cuentas que llevaron a definir que esa era la mejor opción, se incluyó el costo de la confiabilidad por depender de una única fuente.

El gas de yacimientos no convencionales europeo tiene un costo de producción que es alto si se compara con la alternativa de importación desde Rusia, lo mismo pasa con la importación de GNL. Sin embargo, es fácil ser profeta del pasado y concluir que de haber ponderado apropiadamente el costo de la dependencia de Rusia, las opciones de los yacimientos no convencionales locales y la importación de GNL podrían haber sido más favorecidas.

Una lógica similar se podría aplicar a la hora de ponderar las opciones de sustitución planteadas anteriormente. Disminuir la dependencia del gas ruso mediante la diversificación de fuentes de suministro de gas y el uso de carbón puede parecer la solución de mínimo costo si no se incluye el riesgo climático.

El inconveniente de las cuatro opciones planteadas anteriormente es que la primera va directamente contra los objetivos climáticos al sustituir un combustible por otro con mayores emisiones. Las otras tres opciones implicarían grandes inversiones en activos que correrían el riesgo de quedar varados si se quisieran cumplir los objetivos climáticos de mitad de siglo. Podrían ser inversiones que llevaran a un bloqueo de carbono en la región.

De hecho, algunos detractores de esas opciones argumentan que, en momentos en que Europa busca alcanzar la carbono neutralidad, la construcción de nueva infraestructura para el uso de combustibles fósiles no sería una buena señal hacia el cumplimiento de la meta. Pero sigue estando en juego la seguridad energética de la región.

Entre tanto, la opción más probable de inmediato plazo para mantener caliente a Europa durante el próximo invierno es el carbón. Invierno que coincidirá con las discusiones climáticas de la COP27.

Una quinta opción considera que la crisis energética causada por el gas natural y petróleo rusos podría acelerar la transición energética hacia la carbono neutralidad.

Finalmente, las fuentes renovables no convencionales de energía como la geotermia (con potencial para calefacción de espacios en Europa mediante bombas de calor geotérmicas), la energía eólica y solar, y el hidrógeno verde son todas locales y cumplirían el objetivo de suministrar la energía sin depender de fuentes extranjeras. Al mismo tiempo, los altos costos de los combustibles podrían acelerar el desarrollo de la electromovilidad y masificarla anticipadamente.

También se ha barajado la posibilidad de construir nuevos gasoductos que tengan la capacidad de transportar hidrógeno de manera que puedan ser reutilizados cuando el gas natural ya sea incompatible con el nivel de emisiones objetivo del futuro. Esta posibilidad surge como alternativa a la cuarta opción descrita y sería complementada con nuevas líneas de transmisión que conecten la península ibérica con el resto de Europa para aprovechar las complementariedades de los recursos solar y eólico en el continente.

El costo del incumplimiento climático podría ser subestimado como en su momento se subestimó el riesgo de depender del gas ruso.

La selección de la alternativa de mínimo costo debería hacerse incluyendo no sólo el costo de los julios de energía, sino también del costo de la seguridad y el potencial costo del incumplimiento climático.

Finalmente, Europa ha liderado al mundo y ha señalado el camino a seguir para estabilizar el clima. El mundo está pendiente de la selección que haga el Viejo Continente en momentos de escasez energética, altos costos de la energía y restricciones climáticas.

Esa misma encrucijada es la que países en vías de desarrollo enfrentan en la selección entre energía barata y confiable junto a la ambición climática. Veremos si el presente se prioriza sobre el futuro y si la restricción ambiental es de opcional cumplimiento cuando las cosas se ponen difíciles.

*Investigador del CREE